Todos los entrenadores coinciden en algo: "el Clausura, es el torneomás difícil", dicen cada vez que se les pregunta. Y las explicaciones están a la orden del día. Los equipos se juegan ‘la ropa’ en esas 15 fechas. Los que quieren definir el Uruguayo y pelean por el cetro, los que se quieren asegurar un lugar en las copas internacionales, y los que se prenden con uñas y dientes a la tabla de salvación en esa lucha titánica por no descender.

El Apertura es como una entrada en calor. Los equipos se están armando, y cuando entran en caja, ya pasó la mitad del campeonato. Pero en el Clausura, no hay revancha. cada punto parece más importante, y a medida que pasan las fechas, las necesidades aumentan. Por eso es el torneo más duro. Todos necesitan sumar, y todos saben que es el último tren que pasa para alcanzar sus metas.

Eso lo hace más emotivo, más parejo, más competitivo. Y sino, que lo diga Wanderers, que tuvo a un Villa Teresa tremendo y goleador, o Defensor, que se enfrentó a un Racing letal. Ejemplos sobran, y alcanza con repasar las imágenes de Cerro y Danubio, jugado como si fuese una final.

El Clausura invita, motiva, y mantiene a todos en vilo. El fútbol, agradecido, claro.

DESDE EL ARCO / JOSÉ MASTANDREA