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Ingeniero y entrenador: dos señores

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Una imprudencia de Matías Castro, que hizo el gol del triunfo de Danubio y lo gritó ante la tribuna de Rampla, aunque no miró ni gesticuló en dirección a la hinchada local, y la ira de ésta no sólo porque el visitante ganó de atrás, sino por algunos fallos arbitrales erróneos en perjuicio del equipo "picapiedra", pudieron armar un combo ayer en el estadio Olímpico capaz de derivar en un lío de poporciones.

No fue así, por fortuna; y hay que destacarlo, igual que cuando la violencia se impone: la policía tuvo una intervención firme y correcta; y, en el ojo del huracán, cuando hinchas de Rampla querían entrar al pasillo de los vestuarios, no para abrazar al juez, y los jugadores locales volvían desde el túnel, un ingeniero y un técnico actuaron como señores.

Sí, el presidente de Rampla, Lucas Blasina, bajó los decibeles de las protestas; y, al hablarle a Ovación, con los futbolistas pasando por detrás suyo, "Chifle" Barrios —aunque con las palabras saliéndole a mil por la boca— se refirió a "errores como tenemos todos", no jugó para la tribuna.

A los dos les tocó perder; pero, en el fondo, fueron dos triunfadores.

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