LA CLAVE
La noticia de que la Copa América se jugará en Brasil y no en Argentina, debido a los pésimos datos de la pandemia de este último, muestra algo que no se suele decir. Pese a que hace más de un mes que el gobierno kirchnerista volvió a imponer severas restricciones a la movilidad, agudizadas aún más luego, sus cifras de contagios y muertes no paran de crecer. Eso muestra que la cosa no es tan lineal como afirma la oposición, de que alcanza con cerrar la economía para “salvar vidas”.