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El Ministerio de la desidia

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@|Después de 15 años de gobiernos progresistas, de a poco nos vamos enterando de la falsedad del slogan que esgrimían sobre la preocupación por los más necesitados.

Cuando el Frente Amplio asumió el gobierno en 2005, con el apoyo del resto del sistema político, crearon el Ministerio de Desarrollo Social, para supuestamente apoyar a quienes como consecuencia de la crisis del 2002, habían quedado en situación vulnerable. Los hechos nos demuestran que esta creación no fue otra cosa que el armado de un comité de base en las sombras. Es por todos bien sabido que los pobres son el sustento para los partidos de izquierda, pues consideran que estos no están al corriente de la realidad, debido a su poca o nula escolaridad y que las necesidades diarias les impiden estar informados.

Esta afirmación está sustentada por las palabras que en su momento expresó uno de los ídolos para la izquierda uruguaya: Hugo Chávez: “La revolución trata de mantener a los pobres, pobres, pero con esperanza. Porque los pobres son los que votan por nosotros y nos dan el poder. No los podemos pasar a la clase media, porque se convierten en nuestros enemigos”.

Sin duda que esta es la base sobre la cual se han apoyado todos los regímenes progresistas de izquierda que han alcanzado el poder en Latinoamérica. Uruguay no ha sido la excepción y el surgimiento del Covid-19 ha destapado la mentira que desde el Mides nos querían hacer creer.

Se vanagloriaban de estar apoyando a los más necesitados y no bien se aplicaron distintas medidas para combatir el virus, pero que afectaban la economía, empezaron a surgir en todos lados miles de necesitados que debieron acercarse a ollas populares que organizaron distintas ONG y a los cuales además el MIDES les hizo entrega de canastas de alimentos.

El MIDES durante el gobierno frentista fue dirigido en dos oportunidades por Marina Arismendi.

Después de 100 días de asunción del nuevo gobierno, se han descubierto varias situaciones que demuestran que quienes estaban al frente del MIDES no les preocupaba el despilfarro y la mala atención de los más pobres.

Se encontró abandonado en un depósito un contenedor que el Cotolengo Don Orione les había cedido y el cual había sido donado por Canadá con infinidad de insumos médicos, muchos de los cuales eran útiles en esta pandemia. Posteriormente, en la caja fuerte que estaba en la oficina del Sr. Eduardo Méndez, director de la División Logística e Infraestructura, se encontraron cuatro revólveres prontos para ser utilizados. Lo extraño es que estas armas no figuraban en ningún inventario del MIDES.

Recientemente se encontró en depósitos del MIDES infinidad de alimentos vencidos y otros artículos que estaban abandonados en lugar de haberlos entregado a quienes los estaban necesitando.

Es por eso importante que se hagan auditorías y controles en todas las reparticiones, pues viendo esto, demuestra desprecio y falta de empatía por la tarea para la cual fueron designados.

Estamos con un gobierno que demuestra usar nuestros impuestos con responsabilidad, sin apoyar proyectos faraónicos destinados a fracasar (Regasificadora, Puerto Aguas Profundas, Alur, etc).

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