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¿Se "nettiza" el gobierno?

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Pablo Da Silveira
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El presidente del Codicen, profesor Wilson Netto, tiene un lugar bien ganado como especialista en deformar la realidad y festejar éxitos inexistentes.

Quien no conozca Uruguay y escuche sus palabras, puede pensar que estamos en algún lugar entre Finlandia y Singapur.

Netto empezó su carrera vendiendo la idea de que todo andaba bien en UTU, al tiempo que escondía todos los datos que permitieran evaluarla. Luego, ya en el Codicen, ha festejado la caída de la repetición en Primaria, sin mencionar las presiones que reciben los maestros ni al hecho de que esa caída tuvo como contracara una explosión de la repetición en el Ciclo Básico. También festejó la caída del abandono estudiantil en la enseñanza media, sin mencionar la manipulación de las cifras de inasistencia que viene siendo denunciada desde dentro del sistema. Y últimamente festeja el aumento de las tasas de promoción en Secundaria, sin mencionar que se está impulsando una rebaja de los niveles de exigencia similar a la que antes se impuso en Primaria. Todo esto sin hablar de aquel falso y patético festejo tras malinterpretar los resultados de la última medición de PISA.

Uno hubiera esperado que, en nombre de la seriedad en el manejo de los asuntos públicos, el gobierno le hubiera pedido a Netto que no vendiera tanto humo, al tiempo que le hubiera exigido abandonar la burda treta de esconderse detrás de un discurso vago, monocorde y soporífero. Pero no sólo no lo hizo, sino que está ocurriendo lo contrario: en los últimos días aparecieron indicios de que el gobierno, y el propio presidente de la República, han decidido encarar el año 2018 recurriendo a las maniobras del señor Netto.

En su edición del jueves pasado, el semanario Búsqueda publicó una entrevista al presidente de la República en la que éste afirma que la educación será su prioridad para 2018. Esto ya es un hecho llamativo, porque el primero de enero de 2017 Vázquez había definido a la educación y al sistema de cuidados como las prioridades para el año que recién terminó. Como es evidente, esas palabras no se tradujeron en logros significativos.

Pero hay más. En la entrevista Vázquez festeja los buenos resultados que se estarían logrando en educación, y para probarlo hace afirmaciones como esta: "estamos logrando cosas muy importantes, sobre todo en esa interfaz que hay entre el niño y la niña que sale de Primaria y pasan a Secundaria, al Ciclo Básico, con los acompañamientos que se están haciendo".

Dicho en breve, el presidente Vázquez empieza a hablar como Wilson Netto. Además recurre a sus mismas maniobras, como dirigir la atención hacia problemas que son secundarios. Cualquiera sabe que la gran fuga de estudiantes no se produce en el pasaje de la educación Primaria a la Media.

Vázquez prometió en campaña logros tremendamente ambiciosos. Por ejemplo, que para el año 2020 el 75% de los jóvenes esté terminando bachillerato. Con el tiempo jugando en contra y muy lejos de alcanzarlos, el presidente parece haber caído en la tentación de "nettizarse". Y no sólo él. El mismo jueves 28 de diciembre (vaya fecha) el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, confirmó que 2018 será para el gobierno el año de la educación.

Parece que tendremos que prepararnos para doce meses de venta de humo bien organizada, con la que se intentará ocultar uno de los mayores fracasos de este gobierno.

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