Publicidad

Nueva chance al Mercosur

Compartir esta noticia
SEGUIR
AGUSTÍN ITURRALDE
Introduzca el texto aquí

Uruguay asumió la Presidencia pro témpore del Mercosur por lo que resta del 2020. El bloque es una de las regiones más cerradas y proteccionistas del mundo.

El presidente de la República remarcó la intención de aprovechar este liderazgo para avanzar en la ratificación de los acuerdos con la Unión Europea y el EFTA y la concreción de otros nuevos.

Crear un Mercado Común del Sur donde los bienes, los servicios, las personas y los capitales pudieran circular libremente era una visión que generó mucha ilusión en 1991. Sin embargo la realidad quedó lejos de aquel proyecto del cual solo queda el nombre del bloque. Los verdaderos objetivos del Mercosur fueron dos: profundizar la integración comercial entre sus miembros y servir de plataforma para integrarnos al resto del mundo como un todo.

Los resultados del tratado de Asunción son divergentes considerando estas dos líneas. El Mercosur fue eficaz como acuerdo de libre comercio y un fracaso como unión aduanera. En su primera etapa el Mercosur nos permitió consolidar un camino de apertura a la región que nos sacó del proteccionismo dirigista que había reinado en Uruguay desde mitad del siglo XX. Sin dudas se trata de un proceso muy positivo que había tenido como antecedentes a los tratados PEC y Cauce. Sin embargo, el Mercosur buscaba ser más que una zona de libre comercio. Tenía vocación de plataforma desde la cual seguir abriéndonos al resto del mundo. En una unión aduanera los países ceden al bloque sus estrategias de inserción internacional. Desde ese punto de vista el Mercosur fracasó sin matices. Luego de casi 30 años el único tratado de libre comercio relevante firmado es el de la Unión Europea que aún no está en funcionamiento. La proporción de la riqueza mundial que pasa por el comercio internacional es cada vez mayor. Ninguno de los rebrotes proteccionistas que vemos desde 2008 va a revertir esta tendencia. El mundo avanzó muchísimo en materia de acuerdos comerciales en los últimos 15 años, países como Australia y Nueva Zelanda son un ejemplo de esto. Carecer de acuerdos de preferencia comercial con los grandes mercados es una enorme desventaja para Uruguay frente a sus competidores. El proteccionismo es especialmente dañino para los países chicos. Esto es así por un motivo simple: los países grandes tienen una escala que les permite obtener internamente algunas de las ganancias asociadas al comercio. Los países chicos necesitan comerciar para aprovechar las economías de escala o los mejores productos de la competencia. Es por esto que la evidencia muestra que los países chicos tienden a ser más abiertos que los grandes.

Uruguay tiene condiciones para dar un salto de desarrollo económico y social. Para eso será clave completar reformas que apuntalen la productividad. Es el único camino verdadero si queremos aumentar el bienestar de las personas. En la inserción internacional del Uruguay nos jugamos mucho de este partido. La integración con los vecinos fue un estupendo instrumento para salir del encierro de mitad del siglo XX que tan caro costó. Hoy necesitamos ir a más. Las palabras del Presidente de la República fueron sensatas y bien orientadas. La mejor forma de defender el Mercosur es hacerlo útil para nuestras personas y empresas.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premiumAgustín Iturralde

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad