Publicidad

Un plan para la coalición

Compartir esta noticia

Las encuestas parecen mostrar vientos de cambio que dan valor a quienes legítimamente tienen la intención de ocupar la primera magistratura del país, pero nada hace pensar que quien gane lo hará con mayorías parlamentarias, por lo que surge la idea de conformar una coalición para hacer creíble una propuesta de gobierno.

Las encuestas parecen mostrar vientos de cambio que dan valor a quienes legítimamente tienen la intención de ocupar la primera magistratura del país, pero nada hace pensar que quien gane lo hará con mayorías parlamentarias, por lo que surge la idea de conformar una coalición para hacer creíble una propuesta de gobierno.

El acuerdo debe ser realizado previo a las elecciones, para dar, justamente, esa sensación de tranquilidad que todo votante pretende tener al depositar la confianza en un candidato y su equipo.

Las personas son todas diferentes, habrá quienes se sientan atraídos por ciertos nombres o palabras políticamente correctas, pero muchos, hoy indecisos, tratarán de elegir el mejor o más creíble o incluso el más razonable plan de gobierno. La propuesta tendrá que incluir variados temas que tendrán que priorizarse para definir cuáles y cómo se realizarán con el ajustado presupuesto de un período de gobierno.

Desde lo social, la seguridad pública, la educación, la atención de la salud, la seguridad social, las posibles soluciones habitacionales, el régimen de adopciones y la situación de las cárceles son apenas algunos aspectos no resueltos que requieren de atención inmediata. No basta con expresar que son prioridades, se debe explicar cómo se dará solución a estos temas y cómo se financiarán.

En lo económico ya se podrá analizar si el sistema de leyes para la transparencia fiscal, eliminando el secreto bancario, dándole facultades extraordinarias a la DGI y al Banco Central, así como las limitaciones respecto de las sociedades comerciales y la creciente presión fiscal, han dado el resultado deseado o simplemente han ahuyentado la inversión y la creación de nuevos empleos.

Las empresas públicas y sus competencias, en particular en las áreas en las que se les reserva el poder monopólico, deberían ser objeto de revisión de modo de lograr la mayor eficiencia en beneficio del país, sin que sus directorios se conviertan en una reserva de cargos para correligionarios del partido ganador.

Las empresas privadas de capital público han sido el ejemplo de mala administración y sueldos exuberantes, por lo cual urge establecer un sistema de contralor que limite sus facultades de gasto y determine los objetivos de la gestión e incluso habría que definir si fue una buena idea habilitar su creación.

El comercio exterior, su apertura y definición de socios estratégicos no puede seguir dilatándose año tras año dejando que las coyunturas pasen, perdiendo oportunidades de conseguir mercados para los productos nacionales.

Promover la inversión privada en el sector público sin insistir tozudamente en un sistema que no ha dado resultado y flexibilizarlo sin olvidar que siguen vigentes normas más amigables como las leyes 15.637 y 17.555.

En lo que respecta al mercado del trabajo, ¿será posible que se discuta sin apasionamientos la regulación de la actividad sindical dando verdadera representación a los trabajadores, garantizando el voto secreto, mayorías y quórums mínimos obligatorios para tomar decisiones?

No pretende lo anterior agotar ni mínimamente los temas de agenda para un posible acuerdo de coalición para el próximo gobierno, solo se trata de dar algunos ejemplos que muestran el difícil trabajo que queda por delante en tan poco tiempo, que requerirá del apoyo de equipos técnicos calificados en las diversas áreas.

SEGUIR
Casilda Echevarría

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad