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¿Qué riesgos enfrenta la economía uruguaya y qué impacto tendrían si se materializan?

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Una mesera limpia una mesa en un local gastronómico de Montevideo. Foto: Estefanía Leal
Mesera del restaurant Facal usando tapabocas, o mascarilla, desinfectando mesas - Nota sobre protocolo sanitario en locales comerciales sobre Av. 18 de Julio para prevenir los contagios de coronavirus, medidas sanitarias para los clientes y trabajadores en plena pandemia de coronavirus Covid19 en Montevideo, ND 20210423, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

BANCO CENTRAL

En su Informe de Política Monetaria correspondiente al tercer trimestre, el BCU evaluó tres riesgos domésticos y les adjudicó probabilidad de ocurrencia y de impacto sobre la economía uruguaya.

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En plena fase de recuperación de la actividad, se espera que la economía uruguaya crezca entre 3% y 3,05% según analistas privados (a través de las encuestas de FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus y del Banco Central) y entre 3,4% y 3,5% según las estimaciones del Banco Central (BCU) y del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) respectivamente.

Para 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay aumentaría 3,2% y 3,15% según analistas (encuestados por FocusEconomics y el BCU respectivamente) y 2,5% en la visión del MEF.

Pero, como ocurre en toda proyección económica, estas estimaciones tienen riesgos que de materializarse pueden impactar negativamente en la actividad y por ende llevar a una menor expansión o incluso estancamiento o caída del PIB.

En su Informe de Política Monetaria correspondiente al tercer trimestre, divulgado el miércoles, el BCU evaluó tres riesgos domésticos y les adjudicó probabilidad de ocurrencia y de impacto sobre la economía uruguaya.

Uno de los riesgos identificados es la “pérdida del grado inversor” que otorgan las calificadoras de riesgo a la deuda uruguaya.

Actualmente, tres de cinco calificadoras (Moody’s, Standard & Poor’s y R&I) le dan una nota a la deuda uruguaya que está un escalón por encima del mínimo dentro del grado inversor. En tanto, las otras dos (FitchRatings y DBRS Morningstar) le asignan una calificación que es la mínima dentro del grado inversor y en el caso de Fitch con perspectiva “negativa”.

El informe del BCU le asignó al riesgo de perder el grado inversor “una baja probabilidad de ocurrencia, teniendo en cuenta que el gobierno está implementando medidas que permitirán reducir paulatinamente el déficit fiscal y asegurar la sostenibilidad de la deuda a largo plazo; asimismo el impacto de este evento sobre la actividad sería reducido”.

El segundo riesgo que evaluó el Central es el de un “desalineamiento de las expectativas de inflación respecto del rango meta” del gobierno. Ese rango meta es actualmente que la inflación se ubique entre 3% y 7% y a partir de septiembre próximo cambia a entre 3% y 6%.

Según la encuesta del BCU entre analistas privados, la estimación de inflación para este año es de 7,3%, para 2022 de 6,63% y para 2023 de 6,05%.

En ese sentido, el informe del Central indicó que “si bien las expectativas de los agentes se han mantenido fuera del rango, las mismas exhiben una tendencia gradual a la baja en forma constante”. Además, “esta evolución se da al inicio de una nueva ronda de negociación salarial”, contextualizó.

Por eso, el BCU “ha decidido mantener la probabilidad de materialización de este riesgo en el entorno medio-bajo. Se entiende que este riesgo tendría un efecto bajo sobre la actividad económica”.

El tercer y último riesgo local que podría afectar la actividad que analizó el Central es el de “la expansión del coronavirus a nivel doméstico”.

“Teniendo en cuenta el avance de del proceso de vacunación y la significativa reducción del número de nuevos contagios y fallecidos, se decidió reducir este riesgo hasta un nivel de probabilidad medio-bajo”, señaló el informe. A su vez, el “impacto potencial” sobre la actividad es “medio-alto”, agregó.

En resumen, de los tres riesgos identificados a nivel local, uno de ellos cuenta con baja probabilidad de ocurrencia (pérdida de grado inversor) y dos con una probabilidad medio-baja (desalineamiento de expectativas de inflación y expansión del COVID-19 en Uruguay). En cuanto al impacto sobre la actividad, uno de los riesgos tiene un efecto bajo (desalineamiento de expectativas de inflación), otro un efecto medio (pérdida de grado inversor) y el tercero un efecto medio-alto (expansión del COVID-19).

Riesgos sobre precios.

El BCU evaluó también cómo estos tres riesgos pueden impactar en la inflación.

La probabilidad de ocurrencia es la misma, pero el efecto que pueden tener sobre los precios al consumo es distinta.

En el caso de la pérdida del grado inversor, el impacto que tendría sobre la inflación en caso de materializarse es “medio-bajo”. Por su parte, el riesgo de una expansión del COVID-19 en el territorio nacional tendría un impacto “bajo” a “medio-bajo” sobre los precios.

Pesos uruguayos. Foto: Archivo El País
Pesos uruguayos. Foto: Archivo El País

En tanto, el riesgo de un desalineamiento de las expectativas de inflación tendría un impacto “medio-alto” sobre los precios (en caso de materializarse).

¿Por qué? El informe del BCU argumentó que “una mayor inflación esperada” por parte de los analistas, “podría determinar aumentos salariales mayores a los lineamientos del gobierno, con consecuencias desfavorables sobre la inflación no transable y la competitividad del sector transable (aquel que comercia con el exterior), comprometiendo la velocidad de la desinflación en el escenario base”.

Según el Central, “la consistencia de las políticas fiscal, monetaria y de ingresos constituye un elemento clave para mitigar este riesgo.

A nivel internacional.

El BCU también evaluó qué riesgos a nivel internacional enfrenta la economía uruguaya. En ese sentido, identificó “cinco grandes riesgos, agrupados conceptualmente por zonas: Estados Unidos, Europa, China, la región y geopolítico”

La región con elevada incerteza preocupa
El BCU busca tener mejores datos sobre el sector financiero no bancarios (aseguradoras, AFAP, administradoras de crédito). Foto: Archivo El País

El riesgo internacional geopolítico que enfrenta la economía uruguaya es el de “la materialización de efectos de la pandemia más persistentes o más profundos en los principales socios comerciales”. Este riesgo tiene una probabilidad “medio-baja” de ocurrencia, pero con la capacidad de impactar “en forma negativa sobre el nivel de actividad previsto, impacto que se evalúa como alto”, afirmó el BCU.

El riesgo de la región es que en Argentina y Brasil “persisten desequilibrios macroeconómicos de carácter estructural”, indicó el informe. Esto tiene “alta probabilidad de materialización e impacto medio sobre el PIB proyectado”, agregó. Según el BCU, en la región “persiste una elevada incertidumbre económica y política” y eso “podría provocar nuevos eventos cambiarios y financieros, los que impactarían en forma negativa sobre el nivel de actividad de Uruguay y provocarían una mayor volatilidad financiera y cambiaria”.

El tercer riesgo es “una eventual desaceleración abrupta de la economía china” que “provocaría efectos recesivos sobre la economía mundial y una caída de los precios de nuestros productos de exportación”, dijo el BCU. Sin embargo, “se le asigna baja probabilidad”.

El cuarto riesgo es un “endurecimiento de las condiciones financieras en EE.UU.” que genere “salidas de capitales” desde mercados emergentes como Uruguay, explicó el informe. Su probabilidad de ocurrir es “baja” y su impacto “medio o medio-bajo”, evaluó el BCU. El último riesgo es el de “estancamiento y/o deflación en los países europeos” que afecte las ventas uruguayas a esos mercados. Este tiene “baja” probabilidad y un efecto “medio-bajo”, indicó el BCU.

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