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FMI asegura que la deuda Argentina "no es sostenible" y pide colaboración a acreedores

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El ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

NEGOCIACIONES

El Fondo Monetario Internacional claramente les dijo a los acreedores privados que deben bajar sus aspiraciones si pretenden cobrar.

Al término de una semana de revisar los números en Buenos Aires, el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió que la deuda argentina u201cno es sostenibleu201d y, claramente, les dijo a los acreedores privados que deben bajar sus aspiraciones si pretenden cobrar.

El comunicado del FMI no emplea la palabra quita, pero el mensaje fue claro: u201cSe requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidadu201d.

La deuda pública global de Argentina superaba los 311.000 millones de dólares a mediados de 2019, más del 90% del PIB.

u201cNuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factibleu201d, argumentó el organismo.

La deuda de Argentina con el FMI alcanza actualmente a los 44.000 millones de dólares. A dos meses de asumir, el presidente Alberto Fernández dijo que así como está, la deuda es impagable y reclama al FMI y los bonistas renegociar los plazos, el capital y los intereses.

Argentina había cancelado su deuda por completo con el FMI en 2006 pero en el gobierno de Mauricio Macri tomó el mayor crédito de la historia por 57.000 millones de dólares.

Los inversores de bonos argentinos estaban atentos a las declaraciones del FMI sobre la sostenibilidad de la deuda del país y a la eventual recomendación de una fuerte reestructuración de pasivos la misión del organismo en Buenos Aires.

La misión del FMI, que permaneció una semana en Buenos Aires, consideró que el superávit primario necesario para reducir la deuda pública -que llegó a cerca del 90% del PIB- e impulsar el crecimiento u201cno es económicamente ni políticamente factibleu201d.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se reunirá esta semana con el ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, en una reunión ministerial del G20 que tendrá lugar en Arabia Saudí.

Kristalina Georgieva
Kristalina Georgieva. Foto: Reuters

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Los precios de los bonos extrabursátiles se han derrumbado en promedio un 3,5% en lo que va del año debido a la incertidumbre sobre la capacidad de Argentina de pagar el préstamo de 44.000 millones de dólares con el FMI, su mayor acreedor de deuda, y otros miles de millones de dólares en poder de tenedores privados.

u201cBásicamente están pidiendo una gran quitau201d, dijo Gabriel Zelpo, director de la consultora económica Seido, y afirmó que el pronunciamiento de ayer del FMI le dio a Guzmán más poder para pedirles a los acreedores que acepten.

Agregó que si bien la postura del FMI no era totalmente inesperada, es negativa para los tenedores de bonos e implica negociaciones potencialmente más duras. u201cImplica un período más largo de reestructuración y un período más largo para volver al mercadou201d, dijo Zelpo.

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