Al menos 12 personas, entre ellas cinco extranjeros y tres guardias libios, murieron ayer en un ataque perpetrado por un grupo armado en el hotel Corinthia de Trípoli, reivindicado por el Estado Islámico que llamó a inundar Europa de inmigrantes ilegales desde las costas libias para convertirla en un "infierno", informaron fuentes de seguridad.

El ataque comenzó con la detonación de un coche-bomba en la puerta y continuó con un tiroteo intenso en el hall y la toma de rehenes, finalmente asesinados. Los atacantes, entre cuatro ó cinco, se hicieron explotar cuando se vieron rodeados.

El grupo, autodenominado "Provincia de Trípoli del Estado Islámico", vinculado con la organización yihadista que actúa en Siria e Irak, difundió un mensaje en las redes sociales en el cual advirtió que el objetivo del ataque eran "diplomáticos extranjeros".

Según dijeron, el ataque fue en represalia por la muerte el 3 de enero pasado en una prisión estadounidense de Al Libi, uno de los líderes de Al Qaeda e ideólogo de los atentados a las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania.

Un ciudadano estadounidense figura entre las víctimas del ataque, reportó vía Twitter la NBC News. Otra de las víctimas es un filipino. En total los muertos son cinco extranjeros, tres guardias y al menos cuatro atacantes. Otras fuentes afirman que los atacantes eran cinco. Fuentes de las fuerzas de seguridad dijeron que los atacantes tomaron a un grupo de rehenes tras irrumpir en el hotel y luego hicieron detonar explosivos tras ser rodeados por los agentes.

En tanto, el Estado Islámico dio un ultimátum de 24 horas por la vida de Kenji Goto Jogo, el segundo rehén japonés por quien los yihadistas exigieron liberar a un fallida kamikaze iraquí en prisión en Jordania, y amenazó además con asesinar al piloto de ese país Muadh Kasasibah capturado hace semanas. "Este es mi último mensaje, me quedan 24 horas de vida, quizás menos al piloto jordano", dijo Goto, quien en un mensaje de audio en inglés pide la liberación de la fallida kamikaze iraquí Sajida al-Rishawi, la "viuda negra" encarcelada en Jordania.

El mensaje fue reportado en su cuenta de Twitter el portal Site, que monitorea portales yihadistas.

"El balón ahora está en manos de un tribunal jordano", dijo Goto.

En las imágenes del nuevo video-mensaje se ve al rehén japonés Kenji Goto Jogo con una foto de Muadh Kasasibah. En el mensaje se afirma que cualquier retraso por parte de Amman en la liberación de una fallida kamikaze iraquí significará la muerte del piloto.

El líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, ordenó una fatua (decreto) la mutilación genital de dos millones de niñas iraquíes residentes en la ciudad de Mosul con el objetivo de "distanciarlas del libertinaje y la inmoralidad". De lo contrario, "se enfrentarán a duros castigos", afirma el líder de la organización terrorista, informó la agencia AINA. "Esto afectaría potencialmente a cuatro millones de mujeres", afirma la coordinadora humanitaria de la ONU, Jacqueline Badcock, añadiendo que "esto es algo muy nuevo en Irak, particularmente en esta área". "Provoca una gran preocupación y debe ser abordado", advierte. "Cuando el Estado Islámico llegó a Mosul, la gente les recibió con una calurosa bienvenida, pero, como consecuencia de los horribles deseos de EI, especialmente la práctica de la mutilación femenina a la fuerza, está comenzando a quedar patente para la población que el EI no sabe hacer otra cosa que torturar", afirma Asil Jamal, activista de derechos humanos. La ablación femenina viola los derechos a la salud, seguridad e integridad física de las personas; el derecho a ser libre de torturas y tratos crueles inhumanos, así como el derecho a la vida, ya que muchas veces provoca la muerte.

El sangriento califato se propone mutilar a dos millones de niñas en Irak