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Trump se niega a renunciar: rechaza la presión y afirma que seguirá hasta el 20 de enero

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Funcionarios de la Policía Metropolitana de Washington DC montan guardia en las cercanías del Capitolio. Foto: AFP

CRISIS POLÍTICA EN ESTADOS UNIDOS

El presidente saliente se encuentra bajo una creciente presión política debido a que los demócratas se aprestan a plantear un pedido de juicio político.

Donald Trump estaba cada vez más solo, y al sentirse casi acorralado, es posible que en lugar de lamerse las heridas al final de su presidencia, decida que la mejor defensa ante el aluvión de críticas es un buen ataque. Trump ha probado a lo largo de los últimos cuatro largos años que puede ser imprevisible y errático en sus decisiones. La oposición demócrata y cada vez un número mayor de republicanos que comienzan a soltar lastre viven con incertidumbre, ansiedad e incluso miedo las 12 jornadas que quedan hasta que el próximo día 20 el presidente Trump deje definitivamente la Casa Blanca y Joe Biden asuma la presidencia de la principal potencia del mundo.

Trump, que se encuentra bajo creciente presión política debido a que los legisladores del Partido Demócrata liderados por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se aprestan a plantear un pedido de juicio político -el segundo de su mandato- contra al presidente como consecuencia de su actitud de azuzar a una turba para que asatara la sede del Congreso. Pelosi ha reclamado la dimisión del mandatario por considerar que ha tenido una conducta indigna del máximo cargo del país y violentar los principios democráticos que han definido la historia del líder del mundo occidental.

Otros demócratas indignados y un puñado de republicanos acompañan la posición de Pelosi y del jefe demócrata en el senado, Chuck Schumer, y exigen que Trump presente renuncia de inmediato tras el asalto de la turba al edificio legislativo en Washington DC.

Trump se mantiene firme.

Pero, si bien el presidente ha mantenido silencio en las últimas horas, sobre todo después que fue suspendido por Twitter -su medio preferido de expresión y de comunicación directa con sus partidarios- en cambio, en reuniones privadas se ha mostrado firme en rechazar la presión y las amenazas de las principales figura del Partido Demócrata de hacerle otro juicio político. En esos encuentro privados, Trump dejó en claro que no presentará renuncia y continuará en el desempeño del cargo hasta el mediodía del miércoles 20 de enero, cuando será reemplazado por Joe Biden, el triunfador en las elecciones presidenciales.

Trump ha ratificado que no concurrirá a la ceremonia a traspaso del mando, lo que ha sido bien recibido por Biden, pese a que quiebra una tradición histórica de la democracia estadounidense.

Sin duda, la suspensión que la impone Twitter es un fuerte golpe. Cuando anunció su candidatura a la presidencia en 2015, Trump tenía 2,98 millones de seguidores en Twitter. La cifra aumentó a 13 millones cuando ganó las elecciones en noviembre del 2016. El viernes, antes de ser clausurada, le seguían 88 millones. Trump ha sido el gran amo de Twitter, igual que en su día Obama lo fue de Facebook, John F. Kennedy de la televisión o Roosevelt de la radio. Su cuenta personal ha desvirtuado los dos perfiles oficiales (@potus y @whitehouse), pese a las numerosas críticas recibidas por pervertir su función institucional con la incontinencia verbal.

Donald Trump. Foto: Reuters
Donald Trump. Foto: Reuters

Ante las dudas sobre lo que pueda aún ordenar un presidente herido, que dejará como legado un intento de insurrección alentado por él mismo contra la democracia de Estados Unidos, los líderes demócratas están intentando adoptar serias medidas. Más allá de su reclamación de que se aplique la 25ª enmienda -abre el camino a la destitución del presidente, a los que el vicepresidente Mike Pence se niega a poner en marcha- o se proceda a un impeachment exprés del mandatario, Pelosi, se ha movido en el terreno de lo práctico y explicó ayer sábado que conversó con el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, para mantener a “un presidente inestable” lejos de los códigos nucleares que controla.

“La situación de este presidente volátil e inestable no podría ser más peligrosa y debemos hacer todo lo que podamos para proteger al pueblo estadounidense de su desequilibrado asalto a nuestro país y nuestra democracia”, escribió Pelosi en una carta.

La presidenta de la Cámara de Representantes insistió en que recurriría al juicio político contra Trump si el vicepresidente Pence, no comenzaba el proceso para que su Gabinete sacara del poder a Trump con la enmienda constitucional por incapacidad.

Mientras, el presidente coquetea con la idea de concederse un perdón a sí mismo para eludir posibles investigaciones judiciales una vez abandone la Casa Blanca. Que un presidente se perdone a sí mismo sería algo inédito en la historia de Estados Unidos, pero Trump ya ha hablado en público repetidamente sobre esa opción, defendiendo que tiene el “derecho absoluto” a hacerlo. El republicano planteó esa opción durante la investigación de la llamada trama rusa, que indagó los supuestos lazos entre Rusia y su campaña en las elecciones de 2016.

La demócrata Nancy Pelosi, de extensa trayectoria política, fue reelegida presidenta de la Cámara de Representantes. Foto: AFP
Nancy Pelosi. Foto: AFP

El caso se cerró sin que Trump fuese acusado de ningún delito. Sin embargo, el fiscal especial del caso, Robert Mueller, insistió en todo momento en que el mandatario no fue exonerado, lo que hace que potencialmente pueda ser enjuiciado cuando deje la Casa Blanca. La mayor amenaza legal a la que se enfrenta Trump ahora mismo es una investigación por fraude del Estado de Nueva York relacionada con sus negocios. Aunque este es un caso de alcance estatal que no estaría protegido por un perdón presidencial, dado que a Trump se le investiga como ciudadano particular, sin vínculo con las decisiones tomadas desde su llegada al poder en 2016.

Incógnita sobre la agenda de Trump.

La agenda diaria de Trump hasta el día en que tome posesión Biden, es una incógnita. Hasta ahora, solo hay una información general, sin detalles, al respecto. “El presidente trabajará desde primera hora de la mañana hasta tarde en la noche. Hará muchas llamadas y mantendrá muchas reuniones”, decía el mensaje del viernes facilitado a la prensa por la Casa Blanca.

Trabajadores retiran las vallas de seguridad en las inmediaciones del Capitolio. Foto: Reuters
Trabajadores retiran las vallas de seguridad en las inmediaciones del Capitolio. Foto: Reuters

Pese a su apelación a cerrar heridas tras el asalto al Capitolio, Trump estaría supuestamente planeando con sigilo viajar la semana que viene a la frontera sur del país para recordar en sus últimos días, junto al muro que quería ampliar con México, su posición de halcón en la política migratoria. También estaría pensando, según The New York Times, en conceder una entrevista antes de abandonar el poder.

Desde Twitter, antes de que su cuenta fuera suspendida definitivamente, el mandatario anunciaba que no asistirá a la toma de posesión de Biden, la primera vez que ocurre desde 1869. Frente a la tradición, la familia Trump saldrá de la Casa Blanca rumbo a su residencia de Florida el día 19, y no el 20. Casi una salida por la puerta trasera.

“El Congreso debe decidir sobre Trump” dice Biden

Joe Biden, afirmó que desde hace tiempo cree que Donald Trump no es apto para ocupar el cargo de presidente, aunque destacó que le corresponde al Congreso decidir sobre una segunda acusación contra el mandatario. Comentó que está concentrado en contener la pandemia de COVID-19, garantizar una vacunación rápida y fortalecer la economía. “Lo que el Congreso haga es decisión del Congreso, pero... vamos a tener que estar listos para comenzar a funcionar”, dijo Biden.

Lisa Murkowski, primera voz republicana que exige la renuncia
Lisa Murkowski. Foto: AFP

Lisa Murkowski, de Alaska, se convirtió el viernes en la primera senadora del Partido Republicano en pedir la dimisión del presidente Donald Trump, al que se acusa de haber instigado el asalto al Capitolio del pasado miércoles, que dejó cinco muertos.

“Quiero que renuncie. Lo quiero fuera. Ha causado bastante daño”, dijo Murkowski en una entrevista con el diario Anchorage Daily News en relación al asalto violento de los seguidores de Trump al Congreso para interrumpir una sesión en la que los legisladores iban a certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

“Creo que debería irse. Dijo que no se presentará, no aparecerá en la toma de posesión (de Biden)”, aseguró la senadora en referencia al anuncio de Trump de que no participará en la transmisión del mando a Biden el próximo 20 de enero.

La senadora, de 63 años y que ocupa un escaño en la Cámara Alta desde 2002, acusó al gobernante de no concentrarse “en lo que está pasando” con la pandemia del coronavirus, que ha dejado 21,8 millones de contagios y más de 368.000 muertes en Estados Unidos. “O está jugando golf o en su Despacho Oval echando humo y arrojando debajo del ómnibus a todas las personas que le han sido leales y fieles, comenzando por el vicepresidente”, Mike Pence, dijo Murkowski.

Aseguró que Trump en realidad “no quiere quedarse”, pero no renuncia “por el título” y “por su ego. Necesita salir. Necesita hacer lo correcto, pero no creo que sea capaz de hacer algo bueno”. (Con información de EFE)

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