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ELECCIONES BRASILEÑAS

Lula enfrentará una oposición legislativa más férrea a la que enfrentó en sus anteriores gobiernos

El Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayor bancada en Diputados, con 99 representantes. Pero también dentro de su propia coalición, Lula deberá ser conciliador.

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Lula. Foto: AFP.
Lula.
Foto: AFP.

AFP, O GLOBO (GDA)

El presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, ya enfrenta su primer desafío: lidiar con el silencio del presidente Jair Bolsonaro, derrotado en las urnas el domingo. Pero más allá de lo circunstancial, el reto mayor de Lula será asegurar la gobernabilidad en un Congreso que, en la elección del 2 de octubre, se movió a la derecha con la elección de conservadores y aliados de Bolsonaro. Esto conformará una oposición legislativa más férrea a la que enfrentó en sus otros dos gobiernos. El Partido Liberal de Bolsonaro tendrá la mayor bancada en Diputados, con 99 representantes.

Pero también dentro de su propia coalición, Lula deberá ser conciliador. El presidente electo encabezó hasta octubre un frente progresista formado por diez partidos de izquierda y centroizquierda, que tuvo al Partido de los Trabajadores (PT) como punta de lanza, pero al que después de la primera vuelta se unieron fuerzas de centro y derecha que también acabaron siendo fundamentales para su apretada victoria.

De hecho, esas corrientes fueron determinantes hasta para el cambio cromático de la campaña de Lula, que durante el último mes dejó de lado el tradicional rojo del PT para adoptar el blanco de la “paz y la democracia” como marca.

“No es una victoria mía o del PT. Es una victoria de todas las mujeres y los hombres que aman la democracia, que quieren libertad, cultura, educación, fraternidad e igualdad”, declaró Lula tras su triunfo, y subrayó que “Brasil y su pueblo” han derrotado en las urnas “al fascismo y al autoritarismo” que encarna Bolsonaro.

En lo que el PT bautizó como la “fiesta de la victoria”, Lula fue arropado por viejos compañeros de esa formación, pero también por la senadora Simone Tebet, de centroderecha y tercera en la primera vuelta, y la senadora Eliziane Gama, conservadora y evangélica que tendió puentes entre el líder progresista y esa corriente religiosa. Así, y con la mayoría de centro y centroderecha que dominará el Parlamento en la nueva legislatura que comenzará en 2023, Lula se verá obligado a usar todo el pragmatismo que ha caracterizado su vida política para poder garantizar la gobernabilidad a partir del 1 de enero.

Desafío económico

Coordinadores de campaña y aliados de Lula estiman una participación activa de economistas liberales en la transición del gobierno e incluso en la Explanada de los Ministerios. En las articulaciones de la recta final de la segunda vuelta, Lula enfatizó que su gobierno no será manejado sólo por el PT.

Aún sin decir los nombres que comandarán carteras importantes, como Finanzas o Planificación, el presidente electo ya dejó claro que necesitará nombres fuera de su partido para abordar el desarrollo económico.

“La presencia de gente con ‘know how’, con experiencia de dirección del Banco Central, Ministerio de Hacienda, Economía, Planificación, nos da seguridad de que no será cosa de la cabeza de un ilustrado. Será el resultado de un diálogo amplio con un grupo de personas. Brasil es un paciente que está en la UCI. Y no es sólo un médico quien atenderá los diversos problemas”, argumenta el senador electo por Piauí y coordinador de la campaña de Lula, Wellington Dias (PT-PI). Sostiene que la unión de diferentes puntos de vista será importante ya en la transición, incluyendo la participación de economistas liberales que ahora apoyan la campaña.

El expresidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, dijo a O Globo que los técnicos con inclinación liberal deben participar en los debates y diálogos con los miembros del gobierno de Lula. Señala además que reservó “el 100%” de su tiempo en ayudar a la campaña de Lula en la recta final y en dialogar con los agentes del mercado sobre las perspectivas poselectorales.

El expresidente del Banco Central se reunió con empresarios y la pregunta que más escuchó es cómo será el 2023 con Lula al frente del Planalto.

“Tiene que haber algo de esa línea (de participación liberal); es consecuente con lo que hizo Lula durante su período como presidente. No tomó una línea radical. Fue muy pragmático y fue la razón por la que su gobierno tuvo éxito. Mi expectativa es en esa dirección”, apunta.

Similar a 2002

Los aliados de Lula han comparado el momento actual con las elecciones de 2002, cuando el PT fue elegido para su primer mandato. En aquella ocasión, el expresidente eligió un equipo que blindara el trípode macroeconómico, formado por tipos de cambio flotantes, metas de inflación y metas fiscales. Por lo tanto, aseguró la estabilidad y fomentó el crecimiento.

Los PT saben que algunas elecciones del segundo mandato de Lula y la Nueva Matriz Económica de Dilma Rousseff son objeto de críticas de los economistas que se presentan a colaborar hoy. Para el senador electo y posible miembro del gobierno de Lula, Flávio Dino (PSB-MA), el arreglo será similar al de hace 20 años:

“Ya lo experimentamos en 2003. Tenías un equipo que estuvo en gran medida comprometido con el trípode macroeconómico, desde el comienzo mismo del gobierno de Lula. Y estaba el propio Meirelles como presidente del Banco Central. Entonces, esta unión es posible, siempre que haya un vértice. El vértice es el Presidente de la República. Lula siempre supo y sabrá, una vez más, combinar nuestros compromisos sociales, que son indeclinables, y la búsqueda progresiva del ajuste fiscal”, analiza Dino.

REUNIÓN

Fernández viajó a Brasil al día siguiente del balotaje para la primera visita oficial

Con la intención de relanzar de inmediato el vínculo con Brasil y de poner “fin a las hostilidades”, el presidente argentino, Alberto Fernández, viajó para saludar en persona a Luiz Inácio Lula da Silva después del triunfo electoral del domingo.

“No quería estar ausente hoy, sabiendo los momentos difíciles que le tocaron pasar. Es un día de reivindicación”, dijo el mandatario de Argentina tras una reunión de dos horas con el presidente electo.

Es la primera vez que el mandatario argentino viaja en visita oficial a Brasil desde que asumió, en 2019. El Presidente nunca concretó una reunión bilateral con Bolsonaro, con quien mantuvo fuertes desencuentros. Bolsonaro y Fernández habían mantenido un breve diálogo durante la cumbre de las Américas, en Los Ángeles, en junio pasado, donde los mandatarios hablaron sobre la situación energética.

Debe tener 40% más ministerios para aliados

Lula evitó anticipar qué nombres pretende tomar para componer su nuevo gobierno, pero reveló su intención de aumentar el número de ministerios hasta en un 40%. Habrá al menos nueve carpetas más además de las 23 actuales.

Es sabido que el tercer gobierno de Lula tendrá una menor participación de representantes del PT en comparación con las administraciones de 2003 y 2007, debido a la formación de una gama más amplia de alianzas. El nuevo formato permitirá al PT dar cabida a aliados de los diez partidos de coalición y nuevos partidos que deban sumarse durante la formación del gobierno.

Lula dio algunos consejos sobre a quién puede llevar a su equipo: para comandar la economía, por ejemplo, afirmó que pretende colocar a un político con conocimientos técnicos. Sin embargo, los nombres para ocupar puestos clave de gestión siguen abiertos.

El presidente electo ya indicó que reactivará ministerios como Planificación, Finanzas y Pequeñas Empresas (fusionados por Economía); Igualdad Racial, Derechos Humanos y Mujer (también unificada en el gobierno de Bolsonaro); Seguridad Social, Seguridad Pública y Pueblos Originarios (área ahora subordinada a Justicia), además de Pesca (hoy anexa a Agricultura) y Cultura (que pasó a formar parte de la estructura de Turismo).

Bolsa de San Pablo se estabiliza tras caer

La Bolsa de San Pablo moderaba ayer sus pérdidas a media sesión después de caer más de un 2% en la apertura, tras la victoria de Lula da Silva. El índice Ibovespa, referencia del parqué brasileño, cedía alrededor de un 0,7% y se situaba cerca de los 114.000 puntos básicos a media sesión, con las empresas estatales como las principales perjudicadas en la jornada de este lunes, entre ellas la petrolera Petrobras y el Banco do Brasil.

En el mercado de divisas, el dólar estadounidense, después de subir casi un 0,3% en el arranque de la jornada, pasaba a depreciarse un 1,2% en Brasil con una cotización de 5,23 reales para la compra y la venta. Las acciones de Petrobras, uno de los buques insignia de la Bolsa de San Pablo, acentuaban sus pérdidas hasta cerca del 10 %. Lula adelantó durante la campaña que no piensa privatizar la petrolera y que pretende modificar la política de precios de los combustibles, actualmente determinada por las fluctuaciones del mercado internacional.

Por otro lado, existe incertidumbre entre los agentes económicos sobre cuál será la reacción de Bolsonaro sobre el resultado de las elecciones.

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