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Hong Kong se mantiene en la calle contra China

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Joshua Wong. Foto: AFP.
ANTHONY WALLACE

MOVILIZACIÓN CONTRA RÉGIMEN COMUNISTA

Gobierno de la ciudad retiró proyecto sobre extradiciones.

Joshua Wong, símbolo de la “Revolución de los Paraguas”, fue liberado ayer lunes y de inmediato se sumó a la movilización en Hong Kong en contra del régimen comunista en China.

Cerca de dos millones de manifestantes vestidos de negro salieron a la calle el domingo, según los organizadores, para pedir la dimisión de la jefe del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, y la retirada del proyecto de ley, actualmente suspendido, que autorizaba las extradiciones a la China continental y que originó las protestas hace una semana.

Este giro de 180 grados de Lam suspendiendo este proyecto supone uno de los cambios políticos más significativos en Hong Kong desde que Reino Unido devolvió el territorio a China en 1997, y puso en tela de juicio la capacidad de la dirigente para seguir al frente de la región.

Las manifestaciones siguieron ayer lunes. Cientos de personas bloquearon una calle cerca de las oficinas de Lam para exigir un diálogo con las autoridades y la marcha atrás de las acusaciones de revuelta -pasible de duras penas de prisión- contra opositores que enfrentaron a las fuerzas de seguridad el 12 de junio.

En 2014, Joshua Wong, que en aquel entonces tenía 17 años, se convirtió en una de las figuras más destacadas de la “Revolución de los Paraguas”, que bloqueó el centro financiero de la ciudad durante semanas para exigir el sufragio universal.

Tras salir de la cárcel ayer lunes, donde estaba desde mayo por hechos vinculados a aquella revuelta, el activista se sumó a las críticas contra la jefa del ejecutivo pro chino.

Lam “ya no está calificada para ser la dirigente de Hong Kong”, dijo desde el exterior de la cárcel.

China, por su parte, reiteró también ayer lunes su apoyo a Lam. “El gobierno central seguirá apoyando firmemente a la jefa del ejecutivo de la Región administrativa especial” (Hong Kong), declaró el ministerio chino de Relaciones Exteriores.

Wong también aseguró que iba a movilizarse para conseguir la anulación del polémico proyecto de ley que autoriza las extradiciones a China. “Ahora que he salido de la cárcel, me voy a sumar a los habitantes de Hong Kong para oponerme a esta diabólica ley de extradición a China”, agregó.

Este proyecto de ley colocaría a la población de la excolonia británica a merced del sistema judicial de China, controlado por el Partido Comunista. Los círculos empresariales temen que la reforma perjudique la imagen internacional de Hong Kong y su atractivo como centro financiero.

En la protesta del domingo “tuvimos casi dos millones de personas”, afirmó a la prensa Jimmy Sham, del Frente Civil por los Derechos Humanos, unas cifras que duplican la participación reivindicada el domingo anterior, en una ciudad de 7,3 millones de habitantes.

La policía, por su parte, dio una estimación casi seis veces inferior, al calcular 338.000 personas en el momento de mayor afluencia.

En la protesta de ayer lunes también acudió Wong, recibido entre grandes aplausos y aclamaciones por la multitud congregada y, tras subirse a una escalera plegable, se dirigió a los manifestantes.

“Lam tiene que dimitir inmediatamente y debía haber retirado el proyecto de extradición hace días”, proclamó Wong, entre el entusiasmo de los congregados.

Respecto a si pretende convertirse en el líder de las protestas, del que carecen por ahora, Wong señaló que “Carrie Lam es la auténtica líder, ya que ha hecho movilizarse a millones de personas en las calles”.

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