Redacción El País
Las reservas de Paso Severino, principal fuente de agua dulce para abastecer la zona metropolitana, subieron ayer por primera vez desde el 1° de junio tras las últimas lluvias que dieron un “bálsamo” a la crítica situación, tal como lo catalogó ayer el presidente de OSE, Raúl Montero.

El caudal se ubica en 1.134.484 metros cúbicos (m3), según informó Presidencia en su último informe diario. Esto implica 17.002 m3 más que ayer, cuando el volumen se ubicaba en 1.117.482 m3, el mínimo histórico hasta ahora.

Este jueves también bajó la demanda diaria de la zona metropolitana en más de 11.000 m3 (500.686 m3). Presidencia indicó que OSE toma de Paso Severino unos 150.000 m3 al día, que se mezclan con agua más salada para completar la demanda.

En tanto, los niveles de sodio y cloruros disminuyeron ayer con respecto al miércoles, ubicándose en las tres líneas por debajo del límite de 440 miligramos por litro (mg/l) y de cloruros (720 mg/l).

El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) informó que las lluvias desde las 7:00 horas del miércoles al mismo horario de ayer jueves arrojaron 7,6 milímetros (mm) en Paso Severino y 15,5 mm en el Santa Lucía próximo a la represa de Aguas Corrientes.

Sumado a las lluvias del martes, Paso Severino acumuló 20,7 mm y esa zona del Santa Lucía llegó a 28,5 mm. Es un volumen que duplica las precipitaciones de junio. Fuentes de OSE dijeron a El País que esto evita la pérdida de 20 centímetros diarios de Paso Severino.

Tras varias semanas de silencio, el presidente de OSE, Raúl Montero, habló ayer temprano tras las esperadas precipitaciones en la zona metropolitana, que catalogó de “bálsamo”, en medio de la histórica sequía.

En una instancia organizada por el Instituto Manuel Oribe, el titular de la empresa estatal planteó que las “dos noches favorables” brindaron “tranquilidad” para correr “unos cuantos días” la emergencia hídrica.

Montero planteó, además, en declaraciones consignadas por radio Monte Carlo que “cayó agua” en la cuenca del Santa Lucía, que a su vez provee a Paso Severino. “Las informaciones precarias que tenemos ahora son buenas y auspiciosas”, expresó.

Pese a la foto diferente por estas horas, el jerarca dijo que “OSE está viviendo uno de los peores momentos de su historia reciente”. La situación que afecta a más de la mitad de la población es “muy dura”, manifestó.

Por otro lado, Montero valoró como de “suma importancia” el Proyecto Arazatí. OSE analiza las ofertas presentadas por dos consorcios hace tres semanas, para contar con una fuente alternativa de abastecimiento para la zona metropolitana.

El jerarca descartó las críticas de “mayor carestía” con esta obra de carácter privado, gestionada por OSE. “El procedimiento implica que no se compute la deuda desde el momento cero, como si pasaría si hubiera llamado a licitación y la hubiera financiado con cualquier organismo internacional”, acotó.

El titular de OSE sostuvo que si Arazatí estuviera funcionando, contaría con “20 veces más reservas que las que tenemos ahora”, que se ubican en 1.134.484 m3.

A su turno, el gerente general de OSE, Arturo Castagnino, destacó que con Arazatí se pasará a contar con “dos centros de producción de agua potable”, así como se tomará el recurso de “dos fuentes independientes” y contarán con “sistemas de aducción y de bombeo independientes” para la zona metropolitana.

Castagnino negó que deba hacerse Arazatí o el Proyecto Casupá, que impulsó el Frente Amplio: “No tenemos nada que elegir. Hay que hacer Arazatí cuanto antes y también hay que hacer Casupá”. Esto, dijo, porque Casupá “responde a zona de Aguas Corrientes”, mientras que la iniciativa impulsada por el gobierno es “la seguridad de todo el sistema”.