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Almagro habló de Mujica, su expulsión "estalinista" del FA, y se definió "blanco" y "batllista"

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Luis Almagro en la Plaza Independencia. Foto: Fernando Ponzetto.

SECRETARIO GENERAL DE LA OEA

"Tuve cinco años en los que me daba vergüenza ajena escuchar los posicionamientos de Uruguay", dijo quien fuera canciller durante el gobierno de José Mujica.

Luis Almagro, excanciller y actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), se refirió a su vínculo con el expresidente José Mujica, quien lo designó ministro de su gabinete durante su presidencia (2010-2015). Además, criticó la postura del Frente Amplio, destacó el posicionamiento internacional actual de Uruguay, y habló qué futuro pronostica tras su salida del organismo con sede en Washington (Estados Unidos).

En diálogo con "Punto de encuentro" (Radio Universal), Almagro fue consultado sobre qué reflexiones tiene hoy del expresidente Mujica. "Tuve la oportunidad de aprender de política al lado de alguien que es un monstruo en la política, con otra forma de manejar las cosas. Por eso a mí me abrió un camino bastante fuerte porque yo no lo había pisado. Tiene mucho del manejo florentino de la política, tiene mucho del juego político. Yo soy más unidireccional, de principios y de pegarme a la norma digamos. Él es más del manejo de las cosas", dijo. 

En esa línea, Almagro señaló que Mujica le "abrió mucho la cabeza", y le "agradeció" porque le "proyectó a cargos como el de canciller, que (es) un agradecimiento muy grande la posibilidad de haberlo ejercido".

Consultado sobre dónde se ve después de su gestión en la OEA, manifestó: "Me gustaría retirarme como (José) Artigas, irme a tomar mate al Paraguay". Frente a la repregunta de si se retiraría de la política tras su cargo en el organismo internacional, retrucó: "Uno dice 'voy a hacer tal cosa' y después las circunstancias, la coyuntura, lo que la gente quiere, lo que la gente no quiere, te lleva para otro lado completamente".

"Yo no pedí ninguno de los cargos que he ejercido. Todos me los fueron ofrecidos y yo fui aceptando y marchando. Es muy difícil que en ese contexto yo pueda decir 'este va a ser mi camino'", aseguró.

Sobre si siente que el Frente Amplio no le va a volver ofrecer un cargo, luego de ser expulsado de esa fuerza política en diciembre de 2018, respondió: "Ah, no, estoy expulsado del Frente Amplio por unanimidad de votación estalinista y procedimiento estalinista sin escuchar los descargos", y agregó: "Esa clase de procedimientos pensé que no existían más en el mundo".

Frente a la repregunta de si aceptaría un cargo del Partido Nacional, dijo: "Siempre fui blanco. Es muy difícil dejar de ser blanco porque es algo que uno aprende de chico, es condicionado psicológicamente y todo". No obstante, agregó luego: "También siempre fui batllista. Soy todo batllista: escuela pública, liceo público, universidad pública, empleo público, o sea más batllista que yo no hay nada en el Uruguay también", dijo entre risas.

Por otro lado, respondió al pedido de renuncia que hicieron el expresidente de Bolivia Evo Morales y el Grupo de Puebla. "Los mandatos hay que cumplirlos, pero además yo vengo de una Asamblea General donde 30 países apoyaron la gestión". Además, puntualizó que el Grupo de Puebla "no tiene una dimensión oficial pública de nada, es un club de amigos ideológicos que tiene definiciones muy ideológicas, entre ellos defensor de la dictadura cubana, venezolana".

Respecto a las intervenciones del embajador uruguayo en la OEA, Washington Abdala y el canciller Francisco Bustillo con condenas al gobierno de Venezuela, las calificó de "excelentes", y comentó: "Tuve cinco años en los que me daba vergüenza ajena escuchar los posicionamientos de Uruguay. No por lo que defendieran ideológicamente, sino por el razonamiento lógico político. No tenía el menor sentido y era de muy baja calidad en su expresión política".

Contó que además cuando comenzó a trabajar en la OEA y empezó a "decir" que en Venezuela ocurrían "crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, torturas, el uso sistemático de la represión", no eran muchos los que tenían el "coraje político en aceptar que estas cosas estaban pasando".

Asimismo aseguró que esto le generó un costo político: "Estuve un rato remando medio solo y con mucho fuego cruzado, y gente tratando de ideologizar eso, tratando de transformarlo en una visión de izquierda o derecha cuando los Derechos Humanos, la dimensión de crisis humanitaria que tienen hoy, la dimensión de crisis migratoria que hay, no dejan lugar a dudas de que deberíamos haber hecho más en ese momento para evitar esto de ahora". Respecto a si esto le costó problemas en Uruguay, respondió: "Sí, ahí también".

En ese sentido, remarcó que si la comunidad internacional "no pone presión sobre el régimen (de Nicolás Maduro), este va a seguir toda la vida".

Por otro lado, contó que desde Washington (Estados Unidos) se ve a Uruguay "muy bien", y tiene "hoy una enorme capacidad de abrir espacios, tanto o más, probablemente, que en la época de (José) Mujica en la que se hicieron muchas cosas con Estados Unidos".

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