ELECCIONES

Es un clásico en las elecciones nacionales: los canales de televisión hacen móviles en vivo desde los circuitos y, a medida que pasa el día, van actualizando el porcentaje de participación.

Cuando llueve el ritmo se enlentece y después del mediodía, tras el almuerzo dominguero, se suele agilizar. Pero, a fin de cuentas, casi siempre sucede lo mismo: votan cerca del 90% de los habilitados.

En las elecciones universitarias, como las que UdelaR realizó el miércoles, cambia la lógica. También es un sufragio obligatorio, pero la participación varía según el orden al que vota la persona. Los docentes son los que más concurren a las urnas, habiendo alcanzado este año el 93%, según los datos de la Corte Electoral. A la inversa, entre los egresados se da la menor adhesión: votó el 71%. Y entre los estudiantes lo hizo el 80%.

De los 262.175 habilitados, han sufragado 198.112 (el 76% del padrón). El guarismo es apenas inferior a las dos últimas elecciones universitarias y caben al menos dos lecturas. Esta vez —y por primera vez— no estaban obligados a sufragar los mayores de 75 años. La otra mirada, más escéptica de la necesidad de estas elecciones, es que se haya dado un "descontento" que se traduce en baja de votantes y cifras altas de sobres en blanco o anulados. El 15 de mayo la Corte Electoral comenzará el escrutinio final.