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Rezago educativo en edades tempranas multiplica el porcentaje de repetición, según investigación

Un libro de ANEP y Udelar advierte por "dificultades importantes" en el sistema, tras analizar la trayectoria educativa de un cohorte, así como sugiere activar alertas tempranas.

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Escuela Rural 50 de Florida
Una investigación de ANEP y Udelar analizó la trayectoria cohorte.
Foto: Darwin Borrelli

Los niveles “severos” de rezago de los estudiantes en su desarrollo temprano no solo anticipan “aprendizajes descendidos” a lo largo de su trayectoria educativa, sino que multiplican los porcentajes de repetición.

Esto se desprende del libro “De la cuna a las aulas: desarrollo infantil, alerta temprana y trayectoria escolar”, de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), presentado ayer.

El texto de 220 páginas, al que accedió El País, analiza los resultados de una investigación longitudinal, de una cohorte de 15.519 alumnos, entre 2017 y el año pasado. Sobre ese universo se realizó un seguimiento de la trayectoria estudiantil de quienes terminaron la Educación Inicial en escuelas y jardines públicos en 2016 y debían egresar de sexto de primaria en 2022, incluido el período de pandemia por covid.

Tomando la imagen del semáforo, el estudio constató que un 60% de los alumnos que la Evaluación Infantil Temprana (EIT) de 2016 valoró como “rojos” -con “rezagos severos”- repitieron “al menos en una oportunidad” entre primero y sexto de Primaria. Un 46% de ellos no logró la promoción de primero a segundo en su primer año en Primaria.

A su vez, la cifra de quienes repitieron al menos una vez se ubicó en 37% entre los catalogados “amarillos” -con “rezagos leves”-; y un 10% entre los clasificados “verdes” -“sin rezagos”-. Es decir, seis de cada 10 del grupo con mayores dificultades repitieron, frente a uno del grupo opuesto. Las situaciones de rezago en el desarrollo temprano hacen alusión a niños que, “para su edad, demuestran dificultades, más o menos severas, en áreas vinculadas al razonamiento, al lenguaje y la comunicación, aspectos socio-emocionales y vinculares, a su motricidad, etc.”.

Primaria redujo la repetición escolar, que en 2022 llegó al mínimo histórico: 2,83%. Sin embargo, “uno de cada cinco alumnos que asisten a la escuela pública termina sexto grado en situación de extraedad”. Hay, además, una “concentración” de repetición en primeros grados.

No obstante, el panorama cambiará a partir de este año ya que el Plan de Educación Básica Integrada (EBI) eliminó la repetición en primero, tercero y quinto año de Primaria.

“Los estudios longitudinales desarrollados en Uruguay desde principios de la década del 2000 muestran que la repetición de un solo año escolar durante la enseñanza primaria es un potente predictor, tal vez el más importante, de rezagos en la enseñanza media, desde los primeros años, y del abandono posterior de los estudios, antes de la culminación de los ciclos obligatorios”, se acota el libro.

En esa línea, se señala que “los rezagos vinculados al desarrollo temprano, tal como son captados al término de la educación inicial, no solo anticipan riesgos sustantivamente mayores de repetición a lo largo de la enseñanza primaria, sino que también impactan en el nivel de logro alcanzado”.

La repetición y los bajos aprendizajes “están fuertemente asociados entre sí: los repetidores aprenden menos y quienes se rezagan en los aprendizajes tienen altas posibilidades de repetir, sin que exista un consenso claro respecto a cuál es la causa y cuál la consecuencia”.

Ambas situaciones, se agrega, afectan más a “los más pobres y a quienes asisten a escuelas de contexto sociocultural y económico más crítico” y “a los varones más que a las niñas”.

Investigación con sugerencias

Apuesta por las alertas tempranas

Además, de presentar un análisis de la trayectoria educativa con sus conclusiones, el libro sugiere implementar un sistema de alertas tempranas (SAT), que permita identificar aquellas “señales de alertas o riesgo educativo” con suficiente tiempo para que se pueda brindar “apoyos necesarios” a niños.

El principal objetivo es “identificar situaciones de riesgo educativo y disparar las respuestas necesarias”. En este sentido, se plantea que “debe necesariamente ir acompañado de acciones diferenciadas, según el nivel y el tipo de riesgo detectado”.

El libro presentado ayer propone el desarrollo de “instrumentos estandarizados de evaluación de aprendizajes para los primeros grados -y, especialmente, para primero- que permitan realizar un seguimiento de los estudiantes desde el momento mismo en que transitan desde el nivel inicial hacia la enseñanza primaria”.

Además, marca como clave “monitorear en forma continua las trayectorias de aquellos niños sobre los que se encendieron alertas”, para definir qué medidas “es necesario mantener, cuáles deberían cancelarse y cuáles, en cambio habría que activar”.

Dificultades importantes

“El sistema educativo uruguayo sigue mostrando dificultades importantes para garantizar que todos los niños de cada generación ingresen, transiten y culminen los ciclos obligatorios, desde inicial hasta la educación media superior, que lo hagan en los tiempos previstos y alcanzando los resultados esperados, incluidos logros de aprendizaje”, concluye.

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