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La sociedad necesita al periodismo

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Savater: el periodismo es un guardián de la pluralidad que debe contar lo que ocurre como pasó. Foto: F. Ponzetto

100 años de El País

Savater pide que no sea solo entretenimiento y que combata u201cla estrechez mentalu201d.

Fernando Savater tiene la manía de leer todos los días por la mañana los diarios en su iPad y después va a los kioskos a comprarlos, dice medio en broma y medio en serio, para confirmar lo que ya leyó. El prolífico pensador, catedrático y escritor español (de ensayos, novelas, una maravillosa autobiografía), nacido en San Sebastián en 1947, reflexionó con gracia bien hispana sobre los desafíos de un periodismo al que concibe como gran "ordenador" o quizás descodificador para el gran público de la realidad mundial.

Al hablar sobre "El Periodismo de calidad como respuesta a los desafíos en la era de Internet", invitado por El País en el marco de los festejos por su centenario, Savater consideró que el periodismo "es un esfuerzo a favor de la verdad que es la base de la libertad" y que "el periodismo se basa en tomarse en serio la exigencia de libertad" y debe combatir la creencia de que "no hay hechos sino interpretaciones y que todo depende del cristal con el que se mire".

"El periodismo es un avance civilizatorio. Organiza el alud de novedades de manera manejable. Transforma la mente. Nos enteramos de las cosas que no nos interesan que son importantes. Está bien saber que todo eso existe y gracias al periódico lo sé. Es algo importante socialmente", consideró. Y, de esta forma, es un antídoto contra "la estrechez mental". "El periodismo es lo que más ha hecho para dejar las anteojeras mentales. El periodista tiene que salir todos los días a enfrentar la realidad. Necesitamos alguien que los ordene (a los hechos), que los interprete", consideró Savater.

La exigencia de veracidad debe estar siempre presente en momentos en que "se lanza la teoría y luego se buscan hechos que la sustenten" cuando en realidad "hay cosas que hay que contar tal y como pasaron".

En este sentido narró una anécdota sobre Georges Clemenceau, primer ministro francés durante la Primera Guerra Mundial. Cuando le preguntaron que dirían los historiadores sobre ese momento, el político contó que "no podrán decir que Bélgica invadió Alemania". "Hay que contar cómo fue, luego especulamos. Primero los hechos. Hay algunas cosas que son esenciales, hay cosas que no se pueden obviar", resumió Savater.

Ciclo de conferencias de El País. Foto: Fernando Ponzetto
Ciclo de conferencias de El País. Foto: Fernando Ponzetto

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"El periodismo es único y no se puede perder. He sido un lector de periódicos desde niño y me ha gustado muchísimo", explicó, porque, entre otras cosas, "es algo que sostiene la propia cordura humanista en un mundo que tiende a lo maníaco, a lo unilateral". Así, el periodismo muestra que "hay muchas formas de ser humano" y se constituye entonces "en un guardián de la pluralidad humana".

Savater reflexionó luego que el periodismo no puede ser solamente entretenimiento. En este sentido, contó que cuando el ex primer ministro español, José Luis Zapatero, lo nombró en una comisión que tenía que aconsejar respecto a los contenidos de la Televisión Española, se reunió con la máxi- ma autoridad de la estatal British Broadcasting Corporation (BBC) que le confesó que "nunca" había intentado determinar qué es lo que el público quería. "No podemos dar pan y circo. Hay que dar lo que se necesita", dice Savater que le dijeron. Y si bien el periodismo no puede ser "ni lúgubre ni aburrido" debe "evitar estar exclusivamente en el rango del entretenimiento, que está muy cubierto". "No podemos contar solo cosas divertidas. Tiene que tener esa parte necesaria si no corremos riesgos serios. La dosificación es difícil", resumió.

Sobre la corrupción.

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Savater se involucró hace años en Unión Progreso y Democracia (UPyd), un partido centrista que combatía con fuerza los separatismos en España y que hizo del combate a la corrupción una de sus banderas. En la charla reflexionó con un dejo de amargura que pese a los esfuerzos hechos, la mayoría de la población española siguió votando a los grandes partidos, el PSOE y el Partido Popular, pese a que UPyD demostró que, en gran medida, eran corruptos. "Tuvimos la animadversión de todo el mundo. No hubo un entusiasmo agradecido. La gente se escandaliza siempre de la corrupción de los demás. Quieren creer que son mejores. La ética es lo que le falta a los demás", dijo con ironía. Esto daña la imagen de la política y genera el caldo de cultivo para opciones que crecen al amparo de ese descrédito.

Para Savater, no debería desprestigiarse la política porque se debe distinguir la actividad de las personas. "Donde hay libertad hay personas que van a emplearla mal. Lo que no debe haber es impunidad", opinó.

Poniéndole el pecho a la ETA
Fernando Savater. Foto: AFP

Fernando Savater nació en San Sebastián, Guipúzcoa, corazón del nacionalismo vasco. Antifranquista convencido, nadie lo podía acusar de derechista cuando fue de los primeros en enfrentar con la palabra a la banda terrorista ETA en un momento en que era muy difícil hacerlo. Fue amenazado y tuvo custodia. Savater es un prolífico filósofo divulgador que ha escrito sobre literatura infantil, sobre las carreras de caballos que lo apasionan, sobre su admirado Voltaire ("El jardín de las dudas"), una autobiografía ("Mira por donde") y una gran cantidad de obras en las que también aborda temas éticos. Entre el liberalismo y la socialdemocracia, se ha mostrado favorable al aborto y la eutanasia.

Ha sido un crítico feroz de los nacionalismos periféricos en España y ha remarcado la necesidad de defender al castellano como la lengua común de ese país. "El nacionalismo es una inflamación de la nación igual que la apendicitis es una inflamación del apéndice", escribió mordaz. De hecho, Savater quisiera una especie de gobierno global y dice que los humanos no tienen raíces sino piernas para caminar.


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