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Dime qué genes tienes y te diré cómo estarás en el futuro: el negocio de la genética crece en Uruguay

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INFORME

Seis empresas dedicadas a estudios genéticos cuentan cómo ha ido creciendo la demanda, el parate de la pandemia, el alcance y las limitaciones para este tipo de análisis en el país.

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¿Usted es alérgico a la lactosa, o celíaco?, ¿su hijo será sano al nacer?, ¿padece una enfermedad rara?, ¿puede prevenir el cáncer que padecieron sus familiares? Las empresas de análisis genéticos crecen en el mundo conforme evoluciona la tecnología y la conciencia sobre la importancia de este tipo de estudios.

Se vive un gran avance en las técnicas de secuenciación de genes, tanto en la calidad de la información como en la rapidez de los resultados, lo que deriva en diagnósticos y tratamientos más eficientes.

En Uruguay, han surgido empresas en el rubro que se suman a las de larga trayectoria, aunque éste es un mercado pequeño en el que la economía de escala pone un tope. Los estudios genéticos más sencillos se realizan en el país, mientras que para secuenciaciones de genes más complejas se envían muestras al exterior. Es más económico recurrir a laboratorios internacionales que adquirir algunas tecnologías. Aun con limitantes, los nacionales mejoraron equipos y potenciaron sus capacidades de interpretación de datos.

Otro aspecto que pesa es que el Plan Integral de Atención en Salud (PIAS) no cubre los estudios genéticos; no están incluidos en la canasta de prestaciones. Esto hace al mercado local poco atractivo para el ingreso de empresas del rubro, y cuesta arriba para mucha gente. ¿Cuánto cuestan este tipo de estudios? Algunas referencias: una prueba de intolerancia a los alimentos está en torno a los $ 8.700; un panel dirigido de cáncer ronda los US$ 800; lo más caro suele ser el exoma completo (secuenciar todo el genoma) por US$ 3.300.

La demanda iba en alza hasta que la pandemia marcó un parate por la baja de consultas médicas, pero las empresas consultadas por El Empresario proyectan retomar el alza apenas acabe la crisis sanitaria, siguiendo las tendencias globales.

Milton Fornella, director de LAC
LAC

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En sus inicios, el Laboratorio de Análisis Clínicos (LAC) atendía de dos a 10 consultas al año y en 2019 llegó a esos mismos números, pero al mes (antes de la pandemia), explicó su director, Milton Fornella. «La demanda que más ha crecido es la de test prenatales no invasivos que se realizan con la sangre de la madre y tests de algunas alteraciones genéticas», afirmó. El LAC, fundado en 1999, trabaja con todas las instituciones del país. Resuelve los estudios de análisis genéticos simples y de mediana complejidad en sus instalaciones, y envía las muestras de alta complejidad a la Clínica Mayo de Minnesota (EE.UU.), donde son fuertes en oncología, neurogenética y cardiogenética, entre otros frentes. Desde Uruguay, el laboratorio utiliza un software de la Clínica Mayo. Fornella explicó que en este sector, si bien se compite, se requiere trabajar en red. En tal sentido, localmente, el LAC tiene alianzas con Atgen y Genia. Últimamente, han surgido nuevos desarrollos de drogas en relación a genes alterados en «tumores sólidos» (de próstata, mama, pulmón, etc.), donde el diagnóstico es fundamental. «Hay tratamientos de cáncer con nuevas drogas. Muchas instituciones se están dedicando a ese tema, también en Uruguay, por ejemplo, el Instituto Pasteur», agregó. Insistió en que es fundamental ser «racionales» y trabajar «en conjunto».
En el LAC trabajan 64 personas.
Según proyecta Fornella, un área de gran crecimiento potencial es la del bienestar, que está orientada más que todo a la prevención

Sandra Ferer

Genodiagnosis

«La demanda venía en aumento antes de la pandemia, en parte porque los estudios son más económicos y de mayor rendimiento que tiempo atrás, en el sentido de que existe mayor probabilidad de detectar genes en los portadores de una mutación o anomalía. En cinco años se quintuplicó la cantidad de paneles que se realizan», dijo Sandra Feder, directora y biotecnóloga de Genodiagnosis. Esta empresa surgió en 1992, con un área de citogenética en el Instituto Clemente Estable. Se dedica a cuatro áreas: citogenética (cariotipos), estudios moleculares de enfermedades raras, filiaciones y diagnóstico prenatal. Estos dos últimos están entre los más demandados. La empresa cuenta con un equipo de seis personas. Están aliados a Genlives y a laboratorios del exterior para las secuenciaciones. Sobre los precios al cliente, aclaró que un estudio que hace algunos años costaba US$ 5.000, hoy está en US$ 1.000, por la masificación de ciertas tecnologías, aunque es un sector que sigue siendo caro. Además, para hacer análisis moleculares en el extranjero, se debe pagar el Impuesto a la Renta de No Residentes (IRNR), lo que encarece el proceso.
Genodiagnosis es prestadora del Estado (Pereira Rossell y BPS, entre otros) y de mutualistas privadas; otros laboratorios también les derivan pacientes. «Nuestro diferencial es el trato directo y humano porque, al no ser un laboratorio grande, podemos conocer a los pacientes y sus familias. Como hay patologías hereditarias, debemos incluir a las familias», explicó.

Gustavo Riedel, director de Genómica e Investigación Clínica Latam de Dasa.

Genia

Esta empresa uruguaya fue comprada por Diagnósticos Da America (Dasa) de Brasil, uno de los líderes en el rubro de análisis genéticos del mundo, en diciembre de 2019.
«Dado que la operación está ubicada en Zonamérica, una zona franca en Uruguay, será nuestra puerta de entrada a América Latina y permitirá la internacionalización de Dasa, a través de nuestra marca GeneOne. También estamos iniciando operaciones en Argentina, Chile y Colombia», explicó Gustavo Riedel, director de Genómica e Investigación Clínica Latam de Dasa.
Los centros de operaciones técnicas de Dasa forman uno de los mayores parques tecnológicos especializados en secuenciación genética de la región. La compañía tiene 40.000 empleados y opera en 13 estados brasileños. Genia en Uruguay, por su parte, tiene 70 colaboradores. Las verticales de abordaje son: oncología, onohematología, cardiología, enfermedades raras, reproducción, medicina fetal. Y están estudiando una nueva vertical en el campo de la oftalmología. «Ofrecemos más de 800 exámenes genómicos y estamos procesando más de 10.000 secuencias completas del genoma humano, liderados por la Universidad de San Pablo, asociada a Dasa», informó. Desde 2018, la empresa ha tenido un crecimiento del orden del 30% anual. En los últimos cuatro años invirtió US$ 42 millones en instalaciones, dispositivos, adquisiciones y educación médica. «La internacionalización es un logro y una apuesta», afirmó Riedel.

Ricardo di Lazzaro Filho, médico, fundador y co-ceo del laboratorio Genera. Foto: Cortesía

Genera

Luciendo un carrito de compras online, en marzo se inauguró Genera como nuevo player en Uruguay. Bajo la promesa «estás muy cerca de descubrir lo que tu ADN dice de vos», ofrece su plataforma digital para test de ADN (para búsquedas de parientes), de ancestralidad (sobre los orígenes) y bien-estar (detección de riesgos de enfermedades, alergias, paneles de nutrición y fitness en base al autoconocimiento, etcétera). Quienes compran el servicio -hay test por US$ 75- reciben un kit que sirve para tomar una muestra de saliva y enviarla a la oficina en Uruguay, y de ahí a Brasil. Su fundador y co-CEO Ricardo di Lazzaro Filho explicó desde Brasil que Genera nació en 2010 en su país y en 2019 recibió una inversión de la empresa Dasa para su plan de expansión a Uruguay, Argentina y Chile. «Nuestro fuerte es el e-commerce de los tests genéticos. En Brasil, más de 100 clínicas venden nuestros tests. En Uruguay tenemos tres personas en marketing y operaciones y la ayuda de Genia, porque también es parte de Dasa», explicó. Las ventas de los tests de Genera se multiplicaron por 15 de 2019 a 2020. Desde su fundación a la fecha, ha realizado 100.000 test genéticos en su laboratorio en San Pablo, compuesto por 20 personas. «Estos tests no requieren pase médico, son estudios de historia genética para que la gente se conozca más. Este tema creció mucho en EE.UU. y Europa, ahora es el turno de América Latina», dijo. La meta de Genera es llegar a los 10 millones de tests para la región en cinco años.

Andrés Abin, su director científico de ATGen

ATGen

Surgió hace 20 años como una spin-off incubada en la Facultad de Ciencias de la Udelar y fue creciendo sostenidamente. En la actualidad, cuenta con tres divisiones: salud humana, veterinaria y cowork para el desarrollo de productos biotecnológicos. Entre sus servicios, ofrece estudios de predisposiciones a enfermedades o alergias, enfermedades congénitas, precardíacos, test celíacos, prenatales, test de VIH.
Andrés Abin, su director científico, explica que el examen más solicitado es el sexado prenatal y algunos vinculados a enfermedades infecciosas. Los estudios son realizados en el laboratorio y se derivan a EE.UU. algunos casos de patologías de baja frecuencia, como el prenatal de trisomías. La empresa suma 170 empleados y un equipo multidisciplinario de más de 20 profesionales de la biotecnología y bionegocios.
Consultado sobre la situación del sector, respondió: «La biología molecular ha ido in crescendo. Por los altos precios, su crecimiento ha sido lento, pero ahora es más rápido. Los laboratorios que nos dedicamos exclusivamente al tema molecular somos muy pocos. Pero debe haber entre 20 y 30 laboratorios nuevos en Uruguay, entre públicos y privados, que se crearon en torno al COVID-19. Muchos podrían desaparecer cuando la situación sanitaria se encauce, a menos que continúen con otros tipos de análisis clínicos. Es lógico que busquen otros tests, para poder seguir en el mercado. Sostener un laboratorio exclusivamente molecular es más difícil, son muy caros y altamente especializados».

Elio Alzogaray, gerente de ventas de ADN Uruguay

ADN Uruguay

Es una de las empresas del rubro más nuevas en el mercado local. «Quitando el año 2020, que fue en descenso, hemos venido creciendo desde que nos fundamos hace cinco años. Nuestro fuerte es oncología, fertilidad y enfermedades raras; todas las muestras las derivamos al exterior», dijo Elio Alzogaray, gerente de ventas de ADN Uruguay, una empresa comercial que representa a los laboratorios internacionales Bioarray (empresa española en el área de investigación de enfermedades raras y técnicas de reproducción asistidas), DDC (una de las grandes estadounidenses en estudios de paternidad y filiación) y BGI (originariamente de China, con sedes también en Dinamarca y en las Américas).
De enviar muy pocas pruebas de análisis genético al exterior en sus orígenes, la compañía llegó a un promedio de más de 100 estudios al mes, en 2019. En plena pandemia, sufrió una baja del 50% y actualmente se está recuperando. «Al contar con socios internacionales, tenemos el potencial de que se realicen, a través de nosotros, más de 2.500 pruebas al mes.
El plan es crecer 20% para el año 2022 y para eso estamos haciendo lanzamientos frecuentes», agregó. En esa línea, en febrero lanzaron un nuevo test de ADN fetal no invasivo y, en junio, un servicio de análisis de sensibilidad a los alimentos y mascotas, con comunicaciones vía Instagram. A veces recurren a Google Ads.
«El volumen de estudios podría ser mayor si el sistema nacional de salud cubriera los estudios genéticos, pero en Uruguay no se ha podido lograr», afirmó.

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