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Mejoras en programas para jóvenes

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Foto: Pixabay

OPINIÓN

Los programas sociales más efectivos son los que incluyen una batería de herramientas: coaching personal, actividades grupales e incentivos.

No es suficiente sacar a los jóvenes vulnerables de las esquinas y encerrarlos entre las cuatro paredes de un centro educativo informal. La literatura científica mundial muestra que los programas bien estructurados, que incluyen una batería de herramientas, arrojan resultados muy prometedores. Es clave el contenido que se ofrece. No se puede improvisar.

Los investigadores Lavecchia, Oreopoulos y Brown acaban de publicar una evaluación de impacto del programa Pathways To Education en el journal American Economic Review: Insights. Los jóvenes que participaron en este programa 20 años atrás tienen hoy, como adultos, una tasa de empleo mayor, un salario mejor y necesitan menos de ayudas sociales en comparación con los que no tuvieron acceso a Pathways to Education.

El programa en detalle

Pathways to Education es una organización sin fines de lucro que ofrece un programa multifacético para apoyar a los jóvenes en riesgo. Comenzó como iniciativa de trabajadores sociales que se ocupaban de atender a familias de dos mil unidades de apartamentos en Regent Park, Toronto. Esta comunidad de familias ha enfrentado históricamente elevados niveles de pobreza y delito. Cuando se inició Pathways to Education, menos del 50% de los jóvenes de Regent Park terminaban el liceo y más de la mitad de los hogares no tenían ingresos.

El programa Pathways está abierto a todos los estudiantes que vivan en Regent Park y que quieran asistir al liceo. Como comenzó en 2001 y ya algunos jóvenes por su edad no clasificaban para el programa, Lavecchia y sus colegas miden el efecto de Pathways comparando a quienes tenían acceso al programa respecto a otros niños que, pese a vivir en la misma comunidad, se pasaban por poco en edad y no podían acceder al programa. En los últimos 15 años, Pathways to Education se expandió a otras 20 ciudades dentro de 8 provincias en Canadá, incluyendo tres comunidades adicionales en Toronto.

Sumar a la familia

La participación en el programa es voluntaria, y existe un compromiso escrito de los padres para aceptar las exigencias de Pathways y para dejar establecido que quieren aspirar a metas altas en materia educativa. La participación en el programa es elevada: cerca del 90% de los jóvenes que clasifican para el programa terminan asistiendo. Esto es bien interesante también para la realidad uruguaya: la gente vota con los pies. Es decir, si en Casavalle se abre un centro educativo autogestionado por la comunidad o un programa de capacitación laboral y se forman filas desde las 4 de la mañana para anotarse, por algo será: la gente está expresando —con sus pies— “esto funciona”. Al diseñador de política pública le conviene ir para descubrir que elemento está siendo tan atractivo para atraer a población en riesgo: puede copiar lo que funciona o apoyar económicamente el programa, por los efectos positivos que tiene para la comunidad en su conjunto.

Pathways se basa en cuatro pilares: tutor como consejero personal, incentivos financieros, ayuda académica y respaldo social. Al anotarse en el programa, se le asigna un trabajador social —que está fulltime para Pathways to Education— para que apoye a la dupla joven-padres.

Los jóvenes se reúnen con el trabajador social dos veces al mes para conversar sobre su participación en el programa, su asistencia al liceo, su performance académica, sus postulaciones a la universidad si es el caso, su búsqueda de trabajo, y otros temas que pueden surgir. Por ejemplo, cuando van a egresar de Pathways, el trabajador social los ayuda a armar un CV, a practicar cómo enfrentarse a una entrevista de trabajo, y a asistir a visitas a instituciones educativas terciarias o potenciales empleadores. También el trabajador social tiene la función de ser el punto de contacto entre el liceo y los padres.

Los incentivos económicos que otorga Pathways to Education consisten en apoyo en forma de boletos de transporte y útiles escolares, y ayuda monetaria para cuando egrese del programa y quiera ir a una institución de educación terciaria.

El apoyo académico que otorga Pathways consiste en que el joven pueda dirigirse a un tutor para que lo aconseje en sesiones uno a uno o en sesiones grupales. Los tutores son voluntarios que reciben capacitación cinco horas por semana. El tutor está disponible cuatro tardes a la semana para reforzar las materias claves que se dictan en el liceo y es obligatorio presentarse ante al tutor para los que tienen un bajo rendimiento académico en su centro educativo.

En cuanto al apoyo social que ofrece Pathways, consiste en al menos dos actividades al mes donde los jóvenes eligen de una lista de opciones (eventos deportivos, teatro, cocina, reciclaje comunitario, artes marciales). Las actividades se diseñan para favorecer la amistad entre los participantes y contribuir a desarrollar habilidades de trabajo en grupo.

Involucrarse en servicio a la comunidad

Pathways to Education nació como iniciativa de personas concretas que se lanzaron a desarrollar e implementar este proyecto y se sostiene con la suma de fondos públicos y aportes de donantes. En Uruguay hay un buen número de programas que nacieron y se sostienen así. Se necesita más gente que desarrolle programas para llegar a comunidades a las que hoy no se llega (me enteré con alegría que un director de colegio de Montevideo, que se había jubilado, abandonó la tranquilidad para lanzarse a comenzar un centro educativo en una comunidad semi-rural en el norte de nuestro país) o que se lance a ayudar en estos proyectos (con tiempo y con dinero).

Involucrarse está al alcance de todos. Hace unos días me contaba un alumno que tengo en la UM que su padre —que también es profesor de la universidad— lo llevó a él y a varios de sus exalumnos a participar del programa OLLAS UM que consiste en conseguir alimentos, cocinar y salir a repartir a gente necesitada. Me encantó esa iniciativa de un profesor de llevarse a su hijo y exalumnos a un programa voluntariado. Ya se ve que la familia es clave.

(*) Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Montevideo (UM)

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