La última Encuesta de Expectativas del Banco Central del Uruguay (BCU) realizada este mes, revela una corrección significativa en las proyecciones de crecimiento económico para el año 2023. Los analistas, en mediana, estiman ahora un crecimiento cercano al 0,7%. Este dato supone una disminución notable desde el 1,0% proyectado en agosto y el 2,5% estimado en enero. El dato de actividad económica mostró una contracción interanual del 2,5% del Producto Bruto Interno (PIB) durante el segundo trimestre. Esta contracción, particularmente acusada en el sector primario, ha afectado a la mayoría de los sectores económicos, señalando una desaceleración generalizada en la economía de Uruguay. Si bien, hay indicios de recuperación incipiente aún es frágil, debido a que la expansión de cada uno de los factores de la demanda estará especialmente limitada en el corto plazo.
En términos del consumo, la política fiscal de Uruguay se enfoca en la reducción del déficit, lo que inevitablemente restringe el alcance del consumo público. Paralelamente, se proyecta un aumento en el gasto de los hogares, impulsado por mejoras en el mercado laboral y la recuperación del salario real. Sin embargo, este potencial aumento en el consumo interno enfrenta un obstáculo significativo: la desviación de una parte importante del consumo privado hacia Argentina, motivada por una situación de precios relativos desfavorables para Uruguay.
Este fenómeno de desviación de consumo no es trivial, ya que tiene un impacto directo y tangible en el comercio minorista local. La Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay informa que más de la mitad de las empresas, un 58%, reporta un impacto negativo debido a los precios relativos desfavorables con Argentina, con las empresas de bienes no durables siendo las más afectadas. La situación impacta de manera desigual a las empresas según su tamaño, las más pequeñas son las más afectadas. Se espera que esta situación de precios relativos desfavorables continúe en los primeros meses de 2024, aunque el gobierno entrante planea cambios en la política económica, no todos se implementarán de inmediato.
Por otro lado, 2023 y 2024 se presentan con retos significativos para la inversión bruta fija en Uruguay, la culminación de los proyectos de UPM 2 y el Ferrocarril, resulta en una disminución de estímulos de inversión.
Finalmente, el sector externo, que ha contribuido negativamente al crecimiento en el segundo trimestre de 2023 por una disminución del 6% en las exportaciones en comparación con el segundo trimestre de 2022, y un incremento del 8% de las importaciones. Esta tendencia persistió durante los meses siguientes, observándose a octubre de 2023 una reducción interanual del 16% en las exportaciones de bienes, con un acumulado de US$ 9.468 millones. Aunque las solicitudes de exportación en el mes de octubre aumentaron del 14% en términos interanuales. Si observamos las exportaciones en el último año móvil a octubre, medidos en términos de dólares constantes, crecen únicamente las exportaciones de Molinería (7%), Madera (6%) y Cereales (5%). Las exportaciones de los demás bienes más relevantes caen: Semillas (-68%), Carne y despojos (-28%), Lácteos (-10%), Plástico y derivados (-9%) y Productos farmacéuticos (-2%).
Asimismo, persisten preocupaciones para su expansión a mediano y largo plazo, que se tornan más relevantes en un contexto de limitaciones de los demás factores de demanda detallados antes. El FMI destaca que América Latina, incluido Uruguay, enfrenta desafíos estructurales en el comercio, como [1]infraestructura deficiente y barreras arancelarias y no arancelarias elevadas. La participación del comercio en el PIB de América Latina es solo del 47%, unos 20 puntos porcentuales por debajo de otros mercados emergentes. En Uruguay, este indicador es del 34% para el comercio de bienes, y asciende a 57% si se incluyen bienes y servicios.
El comercio intrarregional en América Latina representa menos del 20% del total, en contraste con otras regiones donde este tipo de comercio es más prominente. La canasta comercial de la región ha permanecido concentrada en pocas industrias, con una participación limitada en las cadenas de valor mundiales. Esto se refleja en la dependencia de muchos países de la exportación de materias primas en lugar de bienes intermedios o finales. En concreto, en Uruguay, las exportaciones de bienes primarios superan el 65%, con un predominio de productos como carne, celulosa, soja, productos lácteos, madera y arroz.
En segundo lugar, Uruguay muestra una falta de diversificación en sus destinos comerciales. Las exportaciones de bienes intrarregionales se mantienen estables en alrededor de un cuarto de las exportaciones totales. Uruguay, con sus recursos naturales y capacidad agrícola, tiene la oportunidad de expandir su presencia en mercados emergentes y explorar nichos de mercado en sectores de alto valor agregado. La diversificación de productos y mercados, junto con una mayor integración en las cadenas de valor mundiales, podría abrir nuevas avenidas para el crecimiento económico.
En este contexto, el FMI sugiere que, para revertir esta tendencia, es esencial fortalecer la integración comercial, tanto a nivel regional como global. La reducción de barreras comerciales, la mejora de la infraestructura de transporte y aduanas, y la implementación de políticas atractivas para inversiones son pasos cruciales. La cooperación multilateral y la coordinación de políticas comerciales son fundamentales para mitigar las consecuencias no intencionadas de las acciones políticas y aprovechar las oportunidades que ofrece la digitalización de servicios.
En conclusión, la situación de las exportaciones en Uruguay refleja los desafíos más amplios que enfrenta la región en su conjunto. Abordar estos desafíos requerirá una combinación de políticas internas y cooperación regional.
- Sofía Harguindeguy es Gerente del Área de Consultoría Económica de Grant Thornton Uruguay y Paraguay
[1] October 2023 Regional Economic Outlook: Western Hemisphere, “Trade Integration and Implications of Global Fragmentation for Latin America and the Caribbean” (Background Paper 2), prepared by Rafael Machado Parente (co-lead), Flavien Moreau (co-lead), Rina Bhattacharya, and Samuel Pienknagura under the guidance of Gustavo Adler and Anna Ivanova.