Publicidad

Crédito a empresas “a la uruguaya”: avances y desafíos

Aunque el stock de créditos ha experimentado un crecimiento notable, todavía posee un gran potencial de expansión a mediano plazo.

Compartir esta noticia
.
Getty Images

En los últimos años, hemos sido testigos de fluctuaciones significativas en las políticas de crédito y las condiciones económicas globales. Sin embargo, Uruguay ha demostrado una resiliencia notable en comparación con sus pares regionales. A pesar de enfrentar una desaceleración económica en 2023, el país ha sobresalido en la región gracias a la mejora de su riesgo soberano, alcanzando mínimos históricos y manteniéndose firme en su calificación de grado inversor. Las agencias de calificación destacan especialmente la solidez del sector financiero uruguayo, el cual aún presenta un alto potencial de crecimiento a mediano plazo. En esta columna, exploraremos la evolución del crédito al sector corporativo en Uruguay, identificando los desafíos clave y discutiendo las oportunidades para su mejora.

Panorama actual. De acuerdo con información del Banco Central del Uruguay, el crédito bancario ha manifestado un notable crecimiento. Tras un período de estancamiento, en el que las cifras fluctuaron entre los 8 y 9,5 mil millones de dólares desde 2013, el stock de crédito corporativo ganó un dinamismo significativo a partir de 2021. Al concluir 2023, el volumen ascendió a más de 12 mil millones de dólares, destacándose el incremento del 20% interanual en 2022 y del 12% en 2023.

.
.

No obstante, medido como porcentaje del PIB, el crédito corporativo de Uruguay aún es bajo en términos internacionales, con un ratio que se encuentra entre los menores de la región, apenas alcanzando el 16% en 2023. Esta proporción contrasta con la de economías como la de Estados Unidos y Japón, donde los stocks de créditos alcanzaron el 79% y 88% respectivamente, según el Bank of International Settlements. Por su parte, Brasil y Chile registran ratios del 21% y 50%, evidenciando así un considerable potencial de crecimiento para Uruguay en el ámbito del crédito bancario empresarial.

Otro aspecto diferenciador de Uruguay es la importancia que tiene como oferente crediticio el sector público. El Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) otorga el 25% del total de créditos a empresas. Esta relevante participación no pasa desapercibida a nivel internacional. De acuerdo con el último análisis de la industria bancaria realizado por Standard & Poor's en noviembre de 2023, “la presencia significativa de bancos de propiedad estatal distorsiona, en cierta medida, la competencia y las utilidades”.

.
.

En cuanto a la divisa de los préstamos, el crédito corporativo en Uruguay muestra una clara preferencia por el dólar, que representa el 78% del total. Sin embargo, una perspectiva histórica revela un aumento notable en los créditos denominados en pesos uruguayos. Este cambio ha elevado la proporción del financiamiento en moneda local del 15% en 2015 al 22% en 2023, un crecimiento que podría intensificarse gracias a la reciente moderación de la inflación y la implementación de políticas monetarias efectivas. Además, la tendencia hacia la desdolarización de los créditos podría tener impactos significativos en la política monetaria, potencialmente mejorando la efectividad del canal crediticio en la transmisión de dicha política.

.
.

En cuanto a la distribución del crédito por sector económico, durante 2023, el stock de crédito aumentó en todos los principales sectores de actividad, a excepción de la industria. En ese contexto, el sector agropecuario se mantuvo como el principal sector demandante de crédito.

Finalmente, respecto a los costos del crédito, se evidenció una escalada de las tasas de interés en dólares, en sintonía con los movimientos internacionales, en el marco de un contexto de volatilidad inflacionaria. Esta situación también estuvo presente a nivel nacional. Asimismo, se observó una notable disparidad en las tasas de interés activas entre los diferentes sectores, con cargas financieras particularmente más elevadas para el sector agropecuario en contraste con la industria manufacturera. En 2023 se registró una brecha sin precedentes entre sectores, que superó el 3%, una diferencia significativa en comparación con el margen histórico, que generalmente no rebasaba el 0,6%. Tal disparidad se atribuye probablemente a la fragilidad experimentada por el sector agropecuario como consecuencia de la sequía.

.
.

Formas alternativas de financiamiento. Como se ha señalado, los créditos corporativos provenientes del sector bancario en Uruguay son relativamente bajos en comparación con el contexto internacional. Sin embargo, esta no es la única fuente de financiamiento disponible. Un análisis realizado por Exante en 2022, basado en datos de 2.000 empresas uruguayas, reveló que la mayoría de ellas se financia principalmente con fondos propios, ya sea a través de aportes de los dueños o accionistas, o mediante la reinversión de utilidades. Según este análisis, casi el 50% de estas empresas, que son predominantemente grandes y medianas y por tanto tienen mejor acceso al crédito, no tenían deudas financieras significativas en relación con su volumen de facturación. Esto sugiere que, si se extendiera el análisis a todas las empresas uruguayas, incluidas las más pequeñas, el porcentaje de aquellas sin deudas financieras relevantes probablemente sería aún más bajo. Esta tendencia en el financiamiento podría estar explicando las diferencias observadas en la comparación internacional.

Dinámicas y desafíos. El crédito es reconocido ampliamente como un pilar fundamental para la actividad económica, siendo esencial para financiar las inversiones de las empresas. Aunque el stock de créditos ha experimentado un crecimiento notable, todavía posee un gran potencial de expansión a mediano plazo.

Entre los desafíos que enfrentan las empresas al buscar crédito corporativo, se encuentran las rigideces en las condiciones actuales de crédito. Además, la volatilidad de la moneda local añade una capa de complejidad adicional en la gestión de deudas y en la planificación financiera a largo plazo. Asimismo, se encuentran con un mercado de capitales poco desarrollado que se centra en financiar infraestructuras a largo plazo. Sin embargo, diversificar su enfoque podría aportar beneficios significativos. La inclusión de plataformas de financiamiento colectivo facilitaría el acceso al crédito para las Pymes, introduciendo más dinamismo y diversidad en el sector financiero.

En este contexto, el papel del Banco Central es decisivo para entender por qué Uruguay está rezagado en comparación con los niveles internacionales y para crear un entorno más propicio para el crédito corporativo. Al mejorar estas condiciones, no solo se facilitaría la expansión y el crecimiento de las empresas, impactando en el crecimiento económico general de Uruguay.

- Sofía Harguindeguy es Gerente del Área de Consultoría Económica de Grant Thornton Uruguay y Paraguay

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad