La capital de España es a veces una escala hacia otro destino. De todas maneras, un solo día puede servir para conocer bastante de sus encantos, desde ir un museo, visitar sitios típicos e ir de tapas.

Muchas veces Madrid es destino final del viaje, pero otras es una escala hacia otro destino. Si lo que hay es poco tiempo, a continuación un recorrido para disfrutar de esta maravillosa ciudad en 24 horas.

El Museo del Prado conmemora el V centenario del fallecimiento del Bosco con la primera muestra monográfica que se le dedica en España y la más completa realizada hasta la fecha. A la colección del Museo del Prado, que incluye obras maestras como El jardín de las delicias, Carro del Heno o Adoración de los Magos, se suman préstamos reunidos por primera vez en esta exposición, como Tríptico de las tentaciones de san Antonio Abad del Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa, Cristo camino del Calvario de Patrimonio Nacional, Coronación de espinas de la National Gallery de Londres y el dibujo del Hombre-árbol de la Albertina de Viena. Y luego de visitarla, un café con dulces en la cafetería del Prado completa el panorama de la mañana. Por el gran interés que despierta la muestra aconsejan comprar antes los tickets (MuseoDelPrado.es).

El célebre Café Gijón es parada imprescindible para los nostálgicos de los lugares tradicionales de Madrid. Fundado en 1888, se convirtió en un catálogo de tertulias y albergó a las primeras figuras de la literatura, artes plásticas, músicos, actores, bohemios, musas de mesa e intelectuales. Nombres míticos como César González Ruano, Severo Ochoa, Raul del Pozo, Manuel Vicent, Manuel Alexandre, pasaron por sus mesas. Sus diligentes mozos van a ofrecer el almuerzo a la carta o, muy conveniente, el menú completo por 12,5 euros, que incluye vino, café y platos como el lenguado rebozado y merluza a la sidra. Una delicia a precio accesible. También hay un menú todavía más elaborado por 25 euros (Paseo Recoletos 21; CafeGijon.com).

Los 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes son motivo de conmemoración permanente todo este año 2016. Si bien muchos de los eventos ya bajaron de cartel, hay varios sitios en la capital española para acercarse más a este impresionante escritor.

Se puede, por ejemplo, elegir visitar la iglesia de San Sebastián, ubicada en la calle Atocha, a la que acudía con su familia cuando vivían en esa zona, ya que el escritor habitó en diferentes casas de la ciudad. Este templo tuvo entre sus feligreses a importantes celebridades como Lope de Vega o Gustavo Adolfo Bécquer.

Otra opción es ir al Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso, que ubicado muy próximo al domicilio de Cervantes, en el conocido Barrio de las Letras, alberga sus restos mortales y los de su esposa, Catalina de Salazar. Fue enterrado allí por deseo propio del conocido como Príncipe de los Ingenios, como muestra de agradecimiento, ya que a través de la congregación de trinitarios, tanto él como su hermano fueron liberados cuando estuvieron presos en Argel.

Si aún tiene tiempo la capital basta acercarse hasta la Plaza de España donde se erige el monumento a Miguel de Cervantes que se inauguró, inacabado, en el año 1929 y se terminó en 1960. Fue promovido por Alfonso XIII con motivo del tercer centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote.

El piso gourmet del Corte Inglés de Serrano 52 es un dato imprescindible en la capital española. En una terraza panorámica se encuentran varias propuestas gastronómicas diferentes y de vanguardia, de las que se pueden destacar dos: los helados Rocambolesc, del chef Jordi Roca (uno de los dueños del famoso Celler de Can Roca en Girona), que tiene helados ultra premium y sofisticados, con su propuesta en seis sabores (manzanas al horno, chocolate, vainilla, coco con violeta, yogurt y sorbete de plátano) y deliciosos agregados como fruta natural, nubes de violeta (una especie de gomitas) o de lima, todos diferentes.

La otra gran apuesta en este lugar es StreetXO, del chef de moda en España, David Muñoz (que tiene tres estrellas Michelin en su restorán DiverXO). Es un lugar fashion: alrededor de la barra se sirve comida de calle de distintos estilos del mundo, bajo el intenso ritmo de la música electrónica. Hay desde lasaña coreana de wantán hasta costilla de raya y hojas de banana, pasando por el saltado peruano. En ambos se prueba lo mejor y más nuevo de la comida española de avanzada, a precios accesibles y con una vista incomparable.

Un panorama clásico de los madrileños es irse de tapas a la hermosa y evocadora Plaza Santa Ana. Ahora repleta de aires primaverales, hay que aprovechar sus mesas al aire libre y gran oferta para comer y tomar. Antes o después de eso se puede ir a ver bailes flamencos en el mítico Villa Rosa (TablaoFlamencoVillaRosa.com/es/). Fundado en 1911, hoy ofrece buena gastronomía española y espectáculos de altísima calidad todos los días, con artistas de reconocido prestigio nacional e internacional y bajo la dirección artística del coreógrafo y bailaor flamenco Jonatan Miró. Antes de irse es momento de probar tapas —croquetas, tortilla de papas, patatas bravas— junto a una tradicional sangría. Está la opción de El Lateral, que tiene una carta de tragos eclécticos y modernos, donde destaca el pisco sour de fruta de la pasión (Plaza Santa Ana 12; Lateral.com). *En base a EL MERCURIO/GDA

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