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No todas las infecciones de oído son iguales: en qué se diferencian y qué tratamientos requieren

Estas afecciones pueden causar un gran malestar por la presencia de dolor, disminución de la audición e, incluso, provocar fiebre.

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Mujer con molestia en los oídos.
Mujer con molestia en los oídos.
Foto: Freepik

Redacción El País
Las infecciones de oído, comunes durante la infancia, pero que pueden suceder más adelante en la vida, son diversas y tienen sintomatologías y tratamientos variados. Antes de los tres años, la mayoría de los niños habrá experimentado al menos una de estas infecciones, indicó el Manual MSD.

El oído se divide en tres áreas —externa, media e interna— cada una susceptible a infecciones. La otitis externa, localizada en el oído más superficial, es el resultado de prácticas como el uso de hisopos o el contacto frecuente con agua, lo que puede derivar en inflamación, dolor, enrojecimiento, pérdida de audición y supuración.

En cuanto al oído medio, las infecciones se deben a menudo a un drenaje insuficiente de la trompa de Eustaquio, un tubo que se extiende entre el oído medio y la faringe y que regula la presión del oído alrededor del tímpano, según explicó MedlinePlus. Estas infecciones se presentan con dolor, fiebre, disminución de la audición y enrojecimiento del tímpano.

Por último, las afecciones del oído interno pueden afectar la cóclea y los canales del equilibrio, generando así una pérdida de audición y vértigo severo. El tratamiento de estos síntomas se enfoca en la administración de líquidos y medicamentos que mitiguen el vértigo, se apuntó en el manual.

Con respecto al tratamiento, es importante comprender que no todas las infecciones del oído requieren antibióticos orales. Las del oído externo pueden resolverse con limpiezas y antibióticos tópicos aplicados localmente, mientras que las del oído medio podrían precisar antibióticos orales y otras intervenciones si se presentan recurrencias debidas a la acumulación de líquido.

Algunos niños tienen una mayor tendencia a desarrollar estas afecciones. Esto se debe, en parte, a una trompa de Eustaquio inmadura que propicia la acumulación de líquidos en el oído medio, lo que puede llevar a infecciones recurrentes e impactar en el desarrollo del lenguaje. En tales casos, los especialistas pueden sugerir la colocación quirúrgica de tubos de drenaje para aliviar el problema. Una persistencia del fluido por más de tres meses, o múltiples episodios infecciosos en un año, pueden ameritar una consulta con un otorrinolaringólogo y la posible necesidad de los tubos mencionados.

A pesar de una creencia extendida de que los oídos deben limpiarse, estos poseen mecanismos naturales de limpieza y no requieren de hisopos de algodón ni velas auriculares, métodos que pueden ser contraproducentes y peligrosos. De igual forma, existen gotas de venta libre que facilitan la evaporación del agua sin recurrir a prácticas invasivas de limpieza, indicó el Manual MSD.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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