El cáncer podría ser tratado un día como una enfermedad crónica, según el nobel de Química sueco Tomas Lindahl, quien recibirá este año el galardón por sus estudios sobre la reparación del ADN, un camino en el que hay que seguir avanzando si se quiere hallar una cura para esa y otras enfermedades.
Lindahl será premiado junto al estadounidense Paul Modrich y al turco Aziz Sancar por revelar los mecanismos con los que las células reparan el ácido desoxirribonucleico (ADN) y protegen la información genética, lo que ha mejorado la comprensión de enfermedades hereditarias y facilitado terapias contra el cáncer.
Experto en esa enfermedad, este científico nacido en Estocolmo (1938) desarrolla su trabajo como jefe de grupo emérito del Instituto Francis Crick de investigación biomédica en Londres.
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