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Fue una de las primeras mujeres afrodescendientes en hacer periodismo en Uruguay y se sabe muy poco sobre ella

La historia de María Esperanza Barrios es todavía un mapa incompleto, pero su trabajo dejó una huella que perdura.

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María Esperanza Barrios.
Ilustración: Carolina Angulo/Uruguayas rebeldes II

Hay, apenas, un rastro, unas líneas sueltas que no llegan a completar una historia, las huellas aisladas de lo que fue. Hay, apenas, un rastro. Y sin embargo, todas esas piezas, unidas, quieren decir algo, tienen un sentido, resuenan aún en el paso del tiempo.

Hay un nombre: María Esperanza Barrios. Hay una fecha de nacimiento: 18 de diciembre de 1892. Una de muerte: 2 de octubre de 1926. Y hay un lugar: San Carlos, Maldonado.

Hay una foto: los ojos mirando a la cámara, la expresión severa de quien sostiene la existencia en los ideales, el pelo recogido y espeso le cubre parte de la frente, la boca apretada que expande la seriedad.

Hay un texto publicado en una revista: “Arrastremos hacia la instrucción a toda esa masa que hoy se encuentra con sus inteligencias dormidas (…) Ayudémonos los unos a los otros. No seamos egoístas, dejemos eso a un lado, que solo sirve para acarrearnos odios y distanciamientos que tanto nos afean, y prestémosle ayuda con la fidelidad y el desinterés que se merecen todos aquellos que necesitan apoyo y que tantas luces hay que inculcarles para que se instruyan”.

Hay una revista: Nuestra Raza, que María Esperanza fundó en su ciudad junto a sus hermanos, Ventura y Pilar, en 1917. Y una definición: “Periódico social, noticioso. Órgano de la colectividad de color. De la raza, para la raza, por la raza”.

Y hay una certeza: María Esperanza fue una de las primeras (sino la primera) mujeres afrodescendientes en ejercer el periodismo en Uruguay. También, dice Alejandro Gortazar, -docente de Literatura y Doctor en Letras- en el artículo Hacer comunidad: la Revista Nuestra Raza, es la fundadora de la publicación periódica realizada únicamente por intelectuales afrodescendientes más importante en la historia del país.

¿Quién fue, entonces, María Esperanza Barrios? ¿Cuáles fueron sus aportes a la cultura del Uruguay? ¿Por qué importa, en el contexto del 3 de diciembre, Día del Candombe, la Cultura Afrouruguaya y la Equidad Racial, y en cualquier contexto, intentar reconstruir su historia?

“María Esperanza Barrios fue una mujer adelantada a su tiempo en la historia del periodismo y la literatura uruguayos, sobre todo por ser negra en una época en que la raza seguía siendo un tema tabú en las relaciones políticas, sociales y económicas del país, llamado la Suiza de América porque se enorgullece de su (falsa) blancura”, dice Gabriela Chabatura, periodista brasileña que actualmente trabaja en TV Globo y en el diario Globo Esporte como editora.

Gabriela vivió un tiempo en Uruguay y, un día, mientras estaba en la Biblioteca Nacional, encontró un libro que se llamaba Campo Afuera, escrito por Pilar Barrios. “La obra me llamó la atención porque pensé que era de una mujer negra. Pero cuando investigué sobre la autora, me di cuenta de que era un hombre negro y que tenía una hermana, María Esperanza Barrios. A partir de ahí, no paré de buscar para saber quién era”.

La de María Esperanza es una historia incompleta. Y, a través de la investigación María Esperanza Barrios: a voz insurgente da mulher negra no jornalismo uruguaio (la voz insurgente de la mujer negra en el periodismo uruguayo, en español) que realizó para su especialización en “Educación, Cultura y Relaciones Étnico-Raciales” en la Universidad de São Paulo, Gabriela intentó completar algunos de los huecos que estaban vacíos.

Todavía hay espacios en blanco. Sin embargo, la investigación de Gabriela -que le abrió la puerta para seguir indagando en la vida y obra de la periodista uruguaya- es uno de los mayores aportes para conocerla.

“Todo lo que se sabe de su vida es que se casó con Gumersindo Pedro Zabala en 1922 y murió el 2 de octubre de 1926 en Montevideo. La causa de su muerte, sin embargo, aún no ha sido revelada. Hasta la fecha, sólo disponemos de un retrato de Barrios, publicado en la portada de Nuestra Raza en 1935”, cuenta. También, que desde muy joven se interesó por los problemas de su gente.

En 1912 empezó a colaborar con el diario La Verdad, de Montevideo y, un año después, quedaría como corresponsal, para el que escribía sobre los acontecimientos sociales de Maldonado. En algunas ocasiones se hizo cargo de la “Página de la mujer” de la publicación.

Cinco años después fundó en su ciudad la revista Nuestra Raza, que tuvo, con ella y sus hermanos a la cabeza, una primera etapa que no duró mucho tiempo por problemas económicos. Volvió a editarse en Montevideo entre 1933 y 1948.

En ese primer momento, María Esperanza escribió textos informativos, crónicas, editoriales y críticas culturales. Uno de los temas recurrentes de su trabajo fue el reclamo por los derechos de las personas afrodescendientes y, sobre todo, de los niños y niñas.

Aunque en la constitución de 1830 se había establecido que “en el territorio del estado nadie” nacería esclavo y se había prohibido el tráfico, el proceso de abolición de la esclavitud fue largo y lento. Cuando María Esperanza nació habían pasado apenas unos 50 años y la población afrodescendiente intentaba integrarse libre a una sociedad que aún los expulsaba. En este contexto, su trabajo fue un grito colectivo por su gente.

“María Esperanza Barrios desempeñó un papel fundamental en la prensa negra durante las primeras décadas del siglo XX”, dice Gabriela. “Ella fue clave para el desarrollo del pensamiento y el surgimiento de hombres y mujeres negros que permanecieron olvidados e invisibles a lo largo de la historia de la formación de Uruguay. Sus escritos fueron fundamentales para alimentar el debate sobre el lugar del sujeto negro/afrodescendiente en la sociedad de la época y, por lo tanto, para romper con la normatividad de que el lugar reservado para ellos era el de la subalternidad”.

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