En Milongas, tangos y otros vientos, Maia Castro reúne creaciones propias y de terceros, para transitar de modo personal por la gran música popular del Río de la Plata. El disco, sin embargo, está lejos de ser un caso aislado, dado que ni nació en una torre de marfil, ni de un arrebato del momento.

En primer lugar, porque surgió luego de una gira por la región y Europa, de la que tiene mucho más que los aplausos en vivo. También conserva este disco la frescura del escenario, la espontaneidad.

Pero más allá de eso, este disco se puede poner en paralelo con otros que vienen saliendo al mercado, como Tríptica en vivo, de Mónica Navarro, con quien comparte (además de la calidad interpretativa y la fuerte personalidad de las cantantes), la presencia de Horacio di Yorio, que en ambos casos trabajó esmeradamente como pianista, director musical y encargado de los arreglos.

Los dos trabajos discográficos comparten, además del bandoneón de Nario Recoba, un recorrido similar, original, que habla de todo un encare ante el llamado dos por cuatro. En ellos hay canciones de la autoría de ellas mismas, y también clásicos del tango, que resurgen con vigor. Castro revitaliza Volver, como Navarro lo hizo con Cambalache. Y ambas se animan también con el rock argentino, Castro con La bestia pop, del Indio Solari, y Navarro con Mañana en el Abasto, de Luca Prodan, en los dos casos, con un excelente resultado. La presencia de Federico Lima en Maia Castro en vivo, es otro elemento a destacar.

Piano, arreglos y dirección musical: Horacio di Yorio. Composición, voz y guitarra: Maia Castro.

Crítica