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Daft Punk: el final del dúo francés que desató unas cuantas revoluciones musicales

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Daft Punk preserva su vida privada detrás de los cascos. (Foto: Google Images)

PERFIL

El lunes, el dúo francés publicó "Epílogo", un video que marca el final de un camino que comenzó en 1993 y que revolucionó la música electrónica. Esta es su historia.

Daft Punk preserva su vida privada detrás de los cascos. (Foto: Google Images)

Con el final de Daft Punk se cierra la historia de una de las grandes revoluciones musicales de los últimos 25 años. Y no es una exageración. Cada uno de los cuatro discos publicados por el dúo protagonizado por los franceses Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter marcó el camino a seguir por toda una generación. Todo empezó en 1997 con Homework, que incluía el hit futurista “Around The World”; y terminó en 2013 con Random Access Memories, su homenaje al funk sinfónico que hizo bailar al mundo al ritmo de las irresistibles “Get Lucky” y “Lose Yourself To Dance”.

Y, en el medio de ambos proyectos —el primero, grabado en el cuarto de Bangalter; el último, en los mejores estudios de Estados Unidos y Francia—, alimentaron unas cuantas revoluciones. Y no estamos hablando solamente de música.

El concepto detrás de Daft Punk fue realmente innovador. El más notorio es el de su estética, una de las claves de su éxito. Al igual que bandas más marginales como The Residents, los franceses querían escaparle al estrellato. O por lo menos buscaban que nadie los conociera o convertir a Daft Punk en una impersonal máquina bailable.

Inspirados en las bizarras contratapas de las recopilaciones de Isaac Asimov que se publicaron en los ochenta, el dúo adoptó la imagen de robots para cada una de sus apariciones públicas. “No somos cantantes, no somos modelos;la humanidad no encontraría ningún placer en vernos la cara”, le dijo Homem-Cristo a Rolling Stone en 2013. 

Pero lo que comenzó como un concepto para despegarse del ego que suele rodear al artista internacional, se terminó convirtiendo en una de las imágenes más reconocibles de la escena musical de los últimos años. Fue una movida que terminó generando un mayor interés en su música y que, en cuestión de años, sería copiado por los DJs Marshmello y Deadmau5.

Pero la imagen del dúo no era un simple capricho. Era la forma de completar el concepto futurista que atravesó cada uno de sus trabajos y que se complementaba con videoclips inspirados en la ciencia ficción y con la icónica pirámide de luces LED que definía sus presentaciones. Con esta maravilla tecnológica, los franceses demostraron que un show de música electrónica podía tener la misma teatralidad que los recitales de estadios protagonizados por Madonna y Michael Jackson.

Bangalter y Homem -Christo, que se conocieron mientras cursaban la secundaria en París, fueron esenciales para el desarrollo mundial de la música electrónica. Todo empezó a mediados de los noventa cuando grabaron Homework de forma casera con sintetizadores, baterías electrónicas y los samplers que definieron la primera época del hip-hop y del tecno. Construyeron un sonido único a base de elementos de la música disco y de la personalidad más under del house de Chicago para transformarlas en un producto pop destinado a quedar en la memoria.

“Fue una revolución”, dijo David Guetta —el DJ que terminó de llevar la música electrónica al mainstream— para definir el efecto que le produjo escuchar Homework. Además de la instrumental “Da Funk”, el álbum incluía la mántrica “Around the World” —con una única frase repetida durante cuatro minutos—, que se volvió un hit de MTV y que puso a la escena house francesa en el radar mundial.

El camino continuó con Discovery, de 2001, que confirmó que eran más que unos one-hit wonder. De la mano de las inoxidables “One More Time”, “Aerodynamic”, “Face to Face” y “Harder, Better, Faster, Stronger” terminaron de conquistar al mercado estadounidense y demostraron que el Auto-Tune —presentado al mundo en 1998 por Cher y su hit “Believe”— podía ser utilizado como un instrumento más en el estudio, y como una herramienta para completar la imagen robótica que los definía.

El efecto de ese álbum fue tan grande que influyó a toda una generación de DJs que luego dominarían las listas de éxitos gracias a sus fusiones con el pop: Avicii, Skrillex, Swedish House Mafia y el propio Guetta. Pero la ola expansiva también llegó al hip-hop, cuando Kanye West, en 2007, los sampleó en “Stronger”, un hit que se volvería faro para los raperos jóvenes. La unión de universos se completó en 2013, cuando el dúo produjo Yeezus, uno de los discos más influyentes de la última época del hip-hop.

La obra de Daft Punk incluye la película animada Interstella 5555 (2003), el álbum Human After All (2005) y hasta la banda sonora de la película futurista de Disney, Tron: Legacy (2010), pero su legado definitivo quedó registrado en Random Access Memories (2013). Para este álbum que definiría el revival de la música funk y disco —cuyos ecos se pueden ver en Future Nostalgia, de Dua Lipa—, el dúo reclutó a grandes figuras del género: el guitarrista Nile Rodgers y el visionario Giorgio Moroder. Fue un clásico instantáneo.

De la mano de “Get Lucky” y “Lose Yourself To Dance” —ambas protagonizadas por el falsete de Pharrell Williams—, alcanzaron la sofisticación gracias a la unión entre la tradición electrónica y analógica. Lo mejor de ese álbum llega con “Touch”, donde el cantante Paul Williams encarna a un robot que anhela, aunque sea por una vez, sentir el calor humano. Es el momento más emotivo de la discografía del dúo.

Salvo por su colaboración The Weeknd (los hits “Starboy” y “I Feel It Coming”, de 2016), no se supo nada más del grupo hasta ayer, cuando publicaron “Epílogo”, el video que anuncia el final de su camino. Es una noticia amarga, pero quedan los discos y un legado que crece cada día. Y ese es el mejor consuelo.

A continuación, el video de despedida de Daft Punk:

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