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Agustina Bravo: la joven uruguaya que mezcla el deporte con el estudio y sueña con llegar a los Juegos Olímpicos

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Agustina Bravo junto a SVR Ráfaga, la yegua que utilizó en los Panamericanos de 2019.

HISTORIA

Además de practicar equitación, la deportista de 21 años trabaja en servicios financieros y se encuentra terminando su carrera universitaria.

Agustina Bravo junto a SVR Ráfaga, la yegua que utilizó en los Panamericanos de 2019.
Agustina Bravo junto a SVR Ráfaga, la yegua que utilizó en los Panamericanos de 2019.

Agustina Bravo apenas sabía leer cuando vio un cartel que la conquistó, mientras caminaba serenamente por la playa: “Se alquilan caballos y van cabalgatas”, decía.

Tenía solo cinco años. Estaba con sus padres en el balneario Punta Colorada, como cualquier otro verano de vacaciones en familia. Pero no sería uno más.

Desde entonces, no tuvieron más remedio que llevarla el resto de los días a dar una vuelta diaria en un caballo criollo. Así creció el interés de una deportista ecuestre que hoy, a su corta edad (21), ya consiguió mucho -fue múltiple campeona nacional y federal, se convirtió en la atleta ecuestre más joven en participar de los Juegos Panamericanos de Lima en 2019 y recibió una distinción del Comité Olímpico uruguayo- pero va por más.

Se siente lista para representar a Uruguay en los próximos Juegos Odesur, que se desarrollarán en octubre, y sueña sin escalas: primero, con clasificar para los Panamericanos de 2023 en Santiago de Chile y, luego, con llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024.

“Es la primera vez que Uruguay se presenta a los Odesur con un equipo competitivo y tiene chances de grandes logros. En lo individual, el caballo nuestro cada día anda mejor, así que tenemos mucha expectativa de, en un mundo ideal, obtener un cupo por equipo para el Panamericano y sino obtener dos plazas individuales”, dijo.

En diálogo con Ovación, la equitadora revivió la emoción que sintió el día del debut en los Panamericanos: “Es difícil ponerlo en palabras. Cuando uno se afloja libera toda esa tensión y, en mi caso, fue un llanto de felicidad. Yo tenía ese nudo en el pecho hasta mi debut”.

Agustina bravo junto a Sandiago, su caballo actual.
Agustina bravo junto a Sandiago, su caballo actual.

Ahora, se está preparando para competir junto a un equipo de siete personas, entre los que se encuentran sus padres, una veterinaria, una psicóloga deportiva, un herrero, un acupunturista y quiropráctico y un caballerizo para acondicionar a su caballo.

Bravo sueña en grande, pero también mantiene los pies sobre la tierra. Estudia administración de empresas, trabaja seis horas en una empresa de servicios financieros y sabe que nada le será sencillo.

La conexión con el caballo

Agustina Bravo
La emoción en los Panamericanos.

"El caballo es un espejo. Si uno está triste y se sube, el caballo está triste. Si uno se acerca con miedo, ellos lo perciben. Si uno esta contento, ellos están contentos. Es impresionante el vínculo que se genera. Y más cuando uno va todos los días", reflexionó.

Financiamiento y costos

Agustina Bravo se entrena de martes a domingos para prepararse y afrontar los Odesur.
Agustina Bravo se entrena de martes a domingos para prepararse y afrontar los Odesur.

La deportista ha sabido tejer “redes de contacto” para fraccionar sus traslados, según explicó. “De Montevideo a Buenos Aires trasladar un caballo no te sale menos de US$ 5.000”.

"Uno va tejiendo redes de contactos en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Esto es muy chiquitito. En los caballos es un público muy reducido y una cosa te lleva a la otra. Naturalmente, cuando no estás en una etapa de alto rendimiento, existen competencias que son promocionales para los chicos, donde se alquilan caballos y pagás una inscripción que te incluye todo", resumió.

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