Alexis Viera: su lección al hombre que le disparó, el gesto que tuvo Suárez con él y su revancha en la vida

El exarquero contó detalles de su proyecto deportivo en Colombia, recordó sus pasajes por Nacional y Peñarol y contó por qué es una persona feliz.

Alexis Viera, exarquero uruguayo.
Foto: Estefanía Leal.
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Imagínense por un segundo estar en los zapatos de un hombre que tenía una vida hecha (y derecha), con una carrera de más de 20 años a su espalda. Que construyó una familia y se ganó el cariño de una hinchada en un país ajeno al suyo. Que a sus 36 años todavía estaba vigente como arquero y tenía un montón de metas y objetivos dentro del fútbol profesional. Imagínense por un segundo ser ese hombre.

Ahora hagan el mismo ejercicio, pero sin contar con sus piernas. Háganlo. Pero ya no es necesario que se lo imaginen más. Porque esa comenzó a ser la nueva realidad de Alexis Viera a partir del 2015, luego de ser baleado en su casa en un intento de rapiña y que los médicos le dijeran que no volvería a caminar más.

Pasó tres días en coma. A los dos años, decidió ir visitar a la cárcel a la persona que le disparó para perdonarlo. Con el tiempo refutó la evidencia de los libros de medicina: largó sus muletas y volvió a caminar.

Aun con dificultades en el tranco, pero mañoso para conmover y servir de inspiración a muchos, la historia del golero uruguayo no solo dejó una huella en el país, sino que también sirvió de inspiración en Colombia, el país que lo sedujo para vivir y donde puso el ojo para invertir en una escuela de fútbol dedicada a adolescentes.

Aunque asegura que el dinero del fútbol no le alcanzó para hacer una diferencia económica, está convencido de que lo verdaderamente importante es “soñar en grande” y vivir cada día como si fuera el último: “Soy una persona que valoro mucho la vida porque acepté lo que me pasó”.

Alexis Viera (44) estuvo en Montevideo para dar una charla en el marco del ciclo “Experiencias que transforman” y habló con Ovación sobre su carrera, el presente y el hecho que le cambió la vida. “Entendí que en el lugar que te pone la vida es donde realmente tenés que dar lo mejor”, dijo.

¿Logró hacer una diferencia económica con el fútbol?
- No. Si no trabajo hoy, no vivo. Uno en el fútbol pudo haber ganado un poquito más que lo gana una persona común, pero la carrera es corta. En mi caso me dio para comprar la casa en Uruguay y en Colombia. Pero no me quedo con eso. El dinero sí es importante, pero no es lo más importante del mundo. El dinero viene siempre en consecuencia de lo que uno es. A partir de ahí, es muy importante tener creatividad para ser diferente a los demás. Ahora, yo hoy, que ya no tengo la posibilidad de jugar al fútbol, no me voy a conformar simplemente con trabajar y recibir un sueldo. Seguramente el sueldo pueda ser bienvenido, y lo voy a aceptar y a cuidar si es lo que tengo, pero no me voy a quedar en esa zona de confort. Quiero más. Quiero cosas grandes en la vida.

Alexis Viera, exarquero uruguayo.
Foto: Estefanía Leal.

-Tiene un proyecto deportivo en Colombia, en el que trabaja con chicos de edades en desarrollo. ¿Cómo empezó esa iniciativa?
- Alquilamos una casa -que tenemos la intención de comprar aunque no tenemos el dinero aún- y tenemos a niños de 13, 14, 15, 16 años viviendo con nosotros. Están en un hotel de cuatro pisos de 19 habitaciones, con cuatro hospedados por habitación. Dejamos todo el primer piso para el equipo de trabajo. Los niños estudian, viven y entrenan. Entendí que para un deportista de alto rendimiento aprender a administrar el tiempo es fundamental y el estudio tradicional no va de la mano con el fútbol porque te quita mucho.

-De hecho a usted le pasó que tuvo que dejar sus estudios siendo muy joven.
- Era el fútbol o el estudio. Dejé de estudiar cuando me subieron a Primera División, que me ponían a entrenar en doble horario. Tuve que tomar una decisión.

-El futbolista tiene una jubilación más anticipada que el resto de los trabajadores. En su caso llegó incluso antes, por un hecho trágico. De todas maneras, llegó a jugar 20 años a nivel profesional y a vivir muchas cosas como, por ejemplo, pasar por Peñarol y después por Nacional. ¿Cómo fueron esas dos experiencias?
- A pesar de que en casa somos todos hinchas de Nacional , yo estaba re contra feliz de que iba a Peñarol ; estaba llegando a un equipo grande. Cuando sos jugador de fútbol se te va el hincha. Yo jugué de la misma manera lo poquito que estuve en Peñarol. Lo viví y lo disfruté y lo jugué igual que cuando estuve en Nacional. Nunca cambié mi manera de jugar.

-Fue compañero de Luis Suárez en Nacional. ¿Qué recuerdos tiene sobre él?
- Luis Suárez me llamó a la clínica para saludarme, cuando yo ya podía hablar, después de estar tres días en coma. Me dijo: ‘No me gusta poner tuits ni mandar mensajes por ahí; prefiero llamarte’. Fuimos compañeros y dice que gracias a él yo llegué a Nacional. Con River fuimos a jugar al Gran Parque Central (en el 2005) y Luis venía jugando muy bien, estaba haciendo goles, pero también errando muchos. Yo le tapé como cuatro o cinco pelotas de gol y empatamos 0-0. Cuando llegué a Nacional al año siguiente me dijo: ‘Gordo, estás en Nacional gracias a mí, ¿no?’.

Alexis Viera, exarquero uruguayo.
Foto: Estefanía Leal.

-Después de Nacional, rehizo su vida en América de Cali (Colombia), donde jugó la mayor cantidad de partidos de su carrera (más de 100). También allí vivió un episodio que marcó su vida para siempre, que fue cuando lo balearon. ¿Cómo fue la experiencia de ir a la cárcel a conocer a la persona que le disparó y qué le dijo cuando lo tuvo enfrente?
- ‘Yo no fui el que te disparó’. Yo le dije que no iba a hablar del pasado; que iba para hablar del presente y en ese momento la vida me estaba abriendo las puertas.

-¿Cómo se dio que lo fuera a visitar?
- Me hicieron una entrevista en la que dije que no sentía odio ni rencor, que ya lo había perdonado. Y al terminar la charla el periodista me dice: ‘Si yo consigo una entrevista con la persona que te disparó, ¿tú tendrías algún problema en ir?’. ‘No, ningún problema’, le dije. Y al año y medio la consiguió y, como le había dado la palabra, fui.

-¿Y qué sintió?
- Para mí, fue como ver a una persona común y corriente porque ya no sentía absolutamente nada.

-Alguna vez dijo que la fórmula para afrontar una crisis era prepararse para los sueños, pero es evidente que ese episodio le cortó muchos. ¿Puede imaginarse en un futuro de acá a 10 años?
- Sueño con tener el complejo deportivo más grande de Colombia y a nivel de Sudamérica, pero no puedo proyectar un Alexis Viera de aquí a 10 años porque no sé qué va a pasar. Tengo una visión y sé que es lo que quiero dentro de mi proyecto de vida. Vivo el día al máximo para ir cumpliendo esos procesos, pero a través de cómo la vida me ha golpeado me he dado cuenta que no siempre es lo que uno quiere. Yo quería seguir jugando al fútbol y no puedo. Entendí que en el lugar que te pone la vida es donde realmente tenés que dar lo mejor. Yo soy un soñador y sueño en grande. No me gusta soñar en pequeño.

Alexis Viera, exarquero uruguayo.
Foto: Estefanía Leal.

-Además de trabajar con chicos, da charlas motivacionales. ¿Qué es lo que busca transmitir?
- Sí. Las charlas no es algo que busco; me van contactando, me van recomendando, después de dar una conferencia. No me dedico al 100%. Me gusta porque siento que estoy ayudando a otras personas a encontrar ese potencial que tienen dentro de sí mismo y hacerles entender que la vida te da y te quita. Que cuando la vida te tira al piso no es el fin del mundo, sino que es la oportunidad que tenés de enfrentar esa situación difícil y a partir de ahí buscar mejorar e ir creciendo día a día. Todo te va fortaleciendo: si estás viviendo un momento difícil, te hace valorar la vida de una manera diferente. El dolor te hace saber que vos podés sobrellevarlo y vencerlo a través de la fortaleza interior y sobre todo la mental.

-Le ha pasado que determinadas personas se le acerquen y le digan que se quieren quitar la vida. ¿Cómo reacciona en ese momento?
- Me ha pasado después de las conferencias que me digan: ‘Me iba a quitar la vida y ahora me di cuenta que toqué fondo’. Hace una semana me escribió una persona en las redes sociales pidiéndome ayuda porque ya no tenía más ganas de vivir. Al leer ese mensaje, le escribí al interno y me puse a hablar con esa persona, que inclusive perdió el trabajo, pero hoy ya aceptó lo que le pasó y está luchando por salir adelante. Yo le dije: ‘Tranquilo, perdiste este, pero la vida te va a poner otro mejor’. No te tenés que quedar encerrado en tu cuarto llorando y haciéndote la víctima.

-¿Hoy siente que es feliz?
- Totalmente. Porque estoy con vida. Porque puedo disfrutar a familia. Porque todo lo que me propongo lo tengo. Todo es un proceso y todo llega en consecuencia de lo que uno le da a lo que tanto quiere. Aprendí a vivir cada día como si fuera el último, a disfrutarlo con mis dolores, mis complicaciones. Pese a la discapacidad que tengo, soy una persona que valora mucho la vida porque acepté lo que me pasó y disfruto de cómo estoy ahora.

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