La clave
Empecemos por lo primero: no estamos de acuerdo con los paros sorpresivos y menos con aquellos que tienen repercusión masiva. Muchos inocentes quedan atrapados en ese conflicto de intereses. Pero el gobierno los ha tolerado abiertamente, sin importar sus consecuencias, salvo en el reciente paro de transportistas de combustibles, donde acaba de decretar su esencialidad. La particularidad es que este sindicato no forma parte del Pit-Cnt y todos los anteriores sí. Eso es discriminación.