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Auxiliares de Primaria

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@| En la primera semana del año se anunció con gran regocijo por parte de las autoridades del Consejo de Educación Inicial y Primaria que se había logrado un gran acuerdo al incorporar como funcionarios públicos a los auxiliares que trabajaban en las distintas escuelas, que hasta el momento venían dependiendo de las comisiones de fomento en cada localidad. 

Más allá que el regocijo y la supuesta reparación de la injusticia que se venía cometiendo fue totalmente a destiempo, porque la resolución se tomó en agosto del año pasado, me parece de absoluta irresponsabilidad el acuerdo alcanzado y ya habla del festival electorero que se comienza a gestar más explícitamente a partir de este anuncio, porque el ingreso masivo de personas como empleados públicos se viene haciendo desde hace años, pero éste ya tiene todo el corte de conseguir simpatías electorales con vistas a las elecciones del año próximo. 

Lo de irresponsabilidad lo digo desde la situación que viene teniendo el gobierno uruguayo, con un déficit fiscal que amenaza continuamente el grado inversor y que ha llevado a luchas internas dentro del partido de gobierno (basta ver lo que costó la solución a los llamados cincuentones). 

Con una rápida cuenta, los 650 auxiliares contratados por el Estado a un sueldo de $16.000 cada uno, multiplicado por 12 meses más las cargas sociales que el Estado debe asumir (aguinaldo, salario vacacional, aportes patronales, Fonasa, aportes jubilatorios patronales, etc.) que asumo muy laxamente del 30%, me da una cifra de USD 5:700.000 (dólares americanos cinco millones setecientos mil) anuales de aumento del costo salarial del Estado. 

Casi seis millones de dólares que si hacemos el mismo ejercicio que se hacía con los cincuentones, en 50 años hablamos de USD 300:000.000 (dólares americanos trescientos millones). 

En un país con un déficit fiscal inmanejable, donde el propio Ministro de Economía reconoce que la carga impositiva no se puede aumentar más (aunque fue él mismo que diseñó el sistema perverso del IRPF que castiga más que nada a los trabajadores y capas medias de la población y que se encargó que llegara a niveles insoportables), en un país donde los empleados públicos han aumentado a niveles poco saludables para un país que vive del turismo y de la producción rural, se da el lujo de aumentar aún más esos desequilibrios gravísimos para conseguir unos votos más el año que viene. 

¿No hubiera sido más productivo (término a la que tanta afición tienen estos gobernantes) invertir esos USD 300:000.000 en reparar el estado ruinoso de las escuelas, en construir nuevas, en mejorar la calidad de la educación que reciben nuestros niños, logrando que esa calidad evite tener que pasarlos de año en año sin que lo hayan aprobado, queriendo mejorar las estadísticas que dan números desastrosos? 

Estimados gobernantes, les dejo esta frase que tiene miles de años del escritor y político romano Cicerón: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”; quizás sea momento de empezar a respetar la verdad.

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