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Javier García
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Casi 2 años quedan de gobierno. Es mucho. Nunca antes viví en democracia la expresión de hartazgo de un pueblo con su gobierno, como está pasando.

Los partidos estamos en aprontes, se anuncian candidaturas, los analistas dibujan el futuro, las encuestas empiezan a aparecer, pero falta mucho tiempo de gestión. No habrá nada que cambie para bien antes de ese período, lamentablemente, porque el gobierno está agotado. El Presidente y sus ministros se quedaron sin batería.

El show periódico de los Consejos de Ministros en el interior, su gira artística, terminó siendo la pista de lanzamiento a la fama de dos pequeños que con escolares preguntas desarmaron a Vázquez. Tanto ministro en la vuelta y despliegue mediático para que lo más importante de la reunión plenaria del gobierno fueran dos niños y no el anuncio de medidas importantes. De eso nada.

Simultáneamente, los datos aparecidos esta semana referidos al empleo son graves. Luego de atravesar el mayor periodo de crecimiento del último siglo con precios de las materias primas que hicieron volar la economía, bastó una desaceleración para que el mercado de trabajo dé señales de alarma. A la creciente tasa de desempleo (9,3%) se le suma otra cifra más impactante y preocupante que es la destrucción de puestos de trabajo: 15.000 en el último año. En los dos años anteriores fueron otros 30.000. El país creció y aún crece (mucho menos pero sigue haciéndolo) pero hay menos trabajo. La economista Alicia Corcoll dijo que si se suma al desempleo los uruguayos que están subempleados o desalentados (que ya no buscan) la "insuficiencia de empleo" es de 320.000 puestos de trabajo. El crecimiento, como el gobierno, se agotó en sí mismo, no sirvió para generar una dinámica positiva con un mercado que demande más trabajo. Crecimos para abajo. Y además se creció pero no se previó. Es verdad que la tecnificación es un fenómeno que suple máquina por persona, pero eso se sabía, ¿qué se hizo para mejorar la calidad de la mano de obra? ¿Qué hizo el gobierno para sentar las bases de un sistema educativo que responda a los nuevos desafíos? Nada. Se destruye empleo y se destruyó simultáneamente el sistema educativo que se entregó a las corporaciones como coto de caza política. Resultado: miles de uruguayos no acceden al trabajo o lo pierden. Mientras vamos a un mercado de trabajo más competitivo y de calidad, 3 de cada 4 jóvenes no terminan el liceo. Dramático. A esto se le sumó el despilfarro de dineros públicos salidos de los bolsillos de los contribuyentes que pagaron amiguismos, clientelismos varios y corrupción rampante.

Alentar el crecimiento a puro consumo interno no es sostenible. Sin mejorar la gestión pública, achicar el gasto improductivo y superfluo y frenar la ola impositiva que reprime el crecimiento, la inversión y el empleo, no habrá mejora real. Es insólito proponer más impuestos como sostiene el Pit-Cnt.

Falta un poco más de un tercio de gobierno en meses, pero falta el gobierno entero en iniciativa y ganas. La crítica al sistema político es generalizada, no se salva nadie. Ni los que tienen la mayor responsabilidad como el FA, ni el resto. El horno no está para bollos y la sociedad está harta y acusa a todos. No queda claro que los responsables son los que tuvieron todo, mayorías y presupuesto durante 13 años. Habría que juntar firmas para que el gobierno se haga cargo. Que los jingles esperen.

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