Es el último libro publicado por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dónde recoge su periplo intelectual y el de los autores que más influyeron en su forma de pensar.

Es una autobiografía intelectual, en tanto recoge las influencias que fueron marcando su alejamiento de las ideas de su juventud hasta abrazar el liberalismo y, al mismo tiempo, una excelente introducción al pensamiento liberal.

El primer capítulo es el más personal. Vargas Llosa cuenta su adhesión juvenil al socialismo, en tiempo en que se deslumbró —como tantos jóvenes de la época— con la revolución cubana, cómo se separó de ella a partir de casos que lo indignaron (en especial el escarnio al que fue sometido el poeta Heberto Padilla) y cómo se fue acercando, a través de la lectura a los autores que analiza en los capítulos siguientes, al liberalismo.

Así lo define: "El liberalismo es una doctrina que no tiene respuestas para todo, como pretende el marxismo, y admite en su seno la divergencia y la crítica, a partir de un cuerpo pequeño pero inequívoco de convicciones. Por ejemplo, que la libertad es el valor supremo y que ella no es divisible y fragmentaria, que es una sola y que debe manifestarse en todos los dominios —el económico, el político, el social, el cultural— en una sociedad genuinamente democrática.

Advierte contra algunas enfermedades infantiles que se anidan, muchas veces, entre los propios liberales: "El liberalismo no es dogmático, sabe que la realidad es compleja y que a menudo las ideas y los programas políticos deben adaptarse a ella si quieren tener éxito, en vez de intentar sujetarla dentro de esquemas rígidos, lo que suele hacerlos fracasar y desencadena la violencia política." Esta crítica esta dirigida, como aclara más adelante en el propio texto, especialmente hacia los economistas.

El análisis de los intelectuales que selecciona es un breve curso de introducción al liberalismo: Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich Hayek, Karl Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin y Jean-Françoise Revel. Rescata la sensatez y la humildad que caracteriza a los liberales frente a sus adversarios que adhieren a ideas colectivistas de izquierda y de derecha, su comprensión de los fenómenos sociales y la sensibilidad que muchas veces le han negado argucias retorcidas, pero sumamente populares. La idea de la superioridad de los cambios graduales por sobre las revoluciones (de consecuencias nefastas) cruza a varios autores, la relevancia del orden espontáneo descripto por Adam Smith y desarrollado por Hayek o la concepción de que la historia no tiene un sentido ineluctable y es el producto de la acción, muchas veces inconsciente, de los hombres también presente en Smith y profundizada por Popper son algunos de los principales aspectos tratados.

Dada la relevancia de Mario Vargas Llosa como el mayor escritor vivo en lengua española, como uno de los intelectuales más influyentes del mundo en materia política y como defensor inclaudicable de las ideas de la Libertad a nivel mundial, La llamada de la tribu debe celebrarse como un aporte inconmensurable en favor de la la sociedad abierta, el Estado de Derecho, la democracia, la libertad económica y los derechos humanos, pilares todos de la única civilización en que vale la pena vivir.