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Con armenios o con azeríes

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CLAUDIO FANTINI
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Mientras Erdogán clausura el secularismo republicano impuesto por Atatürk, las reminiscencias otomanas del sultánico presidente turco expanden la influencia de Turquía hacia el este, sur y suroeste.

Reaviva el conflicto chipriota a través del Estado turco creado en el norte de la isla nueve años después de la invasión de Turquía en 1974, que entonces tuvo una justificación: tras el golpe de Estado en Atenas, los militares griegos quisieron anexar Chipre.

Paralelamente, la proyección de Turquía en Transcaucasia despierta los fantasmas de las masacres y limpiezas étnicas que vaciaron de armenios Najichevan y también Shushi, la antigua capital de Artsaj.

En tanto, sigue expulsando en Siria a los kurdos del este del Éufrates, mientras intenta desmantelar Rojava, el proto-estado igualitarista que los “peshmergas” crearon cuando combatían contra ISIS.

Erdogán cierra el cerco sobre las islas griegas de Rodas y Castelórizo, buscando controlar los yacimientos de hidrocarburos del lecho marítimo que las rodea, en el Mediterráneo Oriental. Al mismo tiempo, interviene en el conflicto libio y acuerda fronteras marítimas con el régimen que rige en Trípoli y pelea contra el que tiene base en Tobruk.

A Irán le inquieta que Ankara esté detrás de la ofensiva azerí sobre el enclave armenio. Mientras que los turcos son sunitas, los azeríes son chiitas, igual que la mayoría de los iraníes y la nomenclatura religiosa que gobierna. Pero Irán tiene una minoría azerí de casi el 20 por ciento de su población y a Teherán le preocupa que un Azerbaiyán triunfal y fortalecido por su alianza con Turquía aliente el separatismo en el noroeste del país. Eso hace probable que, de tomar partido, Irán lo haga por los armenios a pesar de que el ayatola Alí Jamenei tiene sangre azerí.

El posicionamiento que podría tomar Irán figura entre las motivaciones que tiene Israel para ponerse del lado azerí. Mostró ese posicionamiento al venderle armas en el 2016. Además de precios especiales en el petróleo, Israel accede a pistas aéreas en Azerbaiyán, cruciales en una guerra con Irán o si decide atacar centros nucleares iraníes.

Grecia está más cerca de Armenia. También Estados Unidos, a pesar de que Turquía integra la OTAN. Pero para Europa es más difícil tomar partido por los armenios, porque depende de los hidrocarburos que recibe de Azerbaiyán por el oleoducto que los transporta desde Bakú pasando por Tiflis y Ceyhán.

Los europeos en general y griegos en particular, comprenden más la causa armenia porque el cristianismo los acerca a ellos por la misma razón que el Islam acerca a los azeríes y turcos: las religiones moldean culturas.
También el cristianismo ortodoxo eslavo ha sido un puente entre Rusia y Armenia, donde gravita la Iglesia Gregoriana Apostólica armenia.

Los rusos poseen bases militares en Armenia, además de ser sus socios, junto a Bielorrusia, Tadyiquistán, Kirguistán y Kazajistán, en el Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Sin embargo, la lentitud con que Vladimir Putin está actuando desde que se rompió el armisticio muestra el peso que tienen su sintonía política con Ilham liyev, la buena relación entre Moscú y Bakú, y las ventas de armas rusas al ejército azerí. Razones que quizá expliquen también la tibieza del Kremlin frente a las denuncias de que Turquía está reclutando mercenarios sirios para combatir en Nagorno Karabaj.

Las claves de la pacificación están en la propuesta del Grupo de Minsk: la devolución de los siete distritos que rodean el enclave y fueron ocupados por los armenios tras ganar la guerra de la década de 1990, aunque manteniendo el contacto con Armenia a través del corredor de Lachin. Garantizar a Nagorno Karabaj su seguridad hasta la realización de un referéndum sobre el estatus definitivo, negociando mientras tanto el retorno de los azerbaiyanos desplazados entre 1991 y 1994.

Esas claves pueden ser aplicadas mientras haya paridad en la guerra. Si una de las partes vence de manera contundente a la otra, ya no servirán. Y si el vencedor es Azerbaiján, difícilmente se abstenga de reducir la población armenia de Nagorno Karabaj mediante limpiezas étnicas.

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