Hace un par de semanas la Cámara de Diputados de Chile aprobó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Uruguay. Para hacer lo mismo, nosotros tenemos que esperar a que hoy lo autorice el plenario del Frente Amplio, a pesar de que existen sobrados votos para aprobarlo en el Parlamento Nacional.
Cuando Tabaré Vázquez asumió su segunda presidencia había fundadas expectativas de que la tónica de su primer mandato se iba a repetir y que alinearía en el gobierno a todo el Frente Amplio.
La semana pasada, Argentina y el Reino Unido anunciaron la intención de profundizar sus relaciones políticas y comerciales. Se adelantó que existiría voluntad de reanudar los vuelos desde Argentina hacia las islas Malvinas y de avanzar en asuntos relacionados con la prospección petrolera. Estos cambios, de materializarse, tendrán impacto importante en la economía argentina y en el futuro de la región.
Días atrás, cuando se discutía la Rendición de Cuentas en la Cámara de Diputados, tuvo lugar un episodio que es objeto de acalorados comentarios hasta hoy.
Los titulares de las cuatro principales corporaciones empresariales cuestionaron política salarial y fiscal.
La posición de Nin Novoa choca con los intereses de los sectores más radicales del Frente Amplio.
El período de prosperidad —tan desperdiciado— que atravesó nuestro país se debió al notable aumento de las exportaciones. Un reciente informe del Banco Mundial concluye que el "crecimiento sostenido, fuerte e inclusivo" de nuestro país en la última década se debió a que "Uruguay es una economía pequeña y abierta".
Las relaciones internacionales de un país -sobre todo si se trata de un país pequeño como el nuestro- son sumamente importantes. Aun así los asuntos internacionales no tienen un lugar de preferencia en las preocupaciones del ciudadano común. Cuando esa lejanía se da en las filas de los gobernantes la cosa pasa a ser grave.El presidente Vázquez, en un procedimiento que no tiene antecedentes, confió a la autoridad partidaria del Frente Amplio la decisión de si el Uruguay proseguía las negociaciones para ingresar al tratado de comercio internacional conocido como TISA o si se retiraba. Y acató como definitiva la orden de retirar al país que le bajó el comité central frenteamplista. No hubo trámite parlamentario (ni los legisladores del Frente Amplio tuvieron ocasión de intervenir) ni consultas interpartidarias.La semana pasada vimos otra vez a un Vázquez más desorientado que sordo en tiroteo (nunca mejor aplicado el dicho campero) en lo que respecta al manejo de las
Economistas dicen que vienen “años nublados”; piden un sector público eficiente, más inversión y comercio.
Luego de más de cinco años de negociaciones para limar asperezas en temas siempre delicados como las cuotas agrícolas, las leyes de propiedad intelectual y los plazos de patentes farmacéuticas, se acaba de firmar en Auckland el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés). De ahora en más, EE.UU., Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, México, Chile, Perú, Singapur, Malasia, Vietnam y Brunei -economías que representan el 40% de la producción mundial- deberán iniciar los procesos internos para ratificar el acuerdo, en un plazo no mayor a dos años.