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Reducir la brecha de género puede ayudar a que Uruguay obtenga financiamiento más barato

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Moody's. Foto: AFP

INFORME

La crisis provocada por la pandemia del COVID-19 “ha puesto de relieve y exacerbado las actuales desigualdades económicas, de ingresos y riqueza en todo el mundo”, dice informe.

La reducción de las brechas de género respalda las condiciones crediticias de los países, según afirmó un estudio de Moody’s Investors Service publicado ayer, en el que además se sostiene que las políticas de inclusión serán las que “impulsarán la recuperación social y económica en los mercados emergentes”.

La crisis provocada por la pandemia del COVID-19 “ha puesto de relieve y exacerbado las actuales desigualdades económicas, de ingresos y riqueza en todo el mundo”, agregó el informe y señala que la reducción de la desigualdad respalda las condiciones crediticias a través de cuatro canales principales.

En primer lugar, un mayor número de personas económicamente activas, en igualdad de condiciones, aumenta la producción.

Además, el informe establece que “también existe evidencia que sugiere que una mayor participación de la fuerza laboral femenina puede incrementar la productividad”.

En segundo lugar, el aumento en la cantidad de personas empleadas lleva a mayores ingresos salariales que retornan a la economía, lo que a su vez implica un mayor apoyo al consumo.

El tercer canal implica que esos mayores ingresos a su vez amplían la base impositiva, tanto a nivel local como nacional.

El cuarto canal refiere a que “la diversificación de las fuentes de ingresos familiares puede amortiguar posibles crisis, reduciendo así los riesgos de inestabilidad financiera”.

Según se afirmó en el estudio, Moody’s espera que existan más políticas gubernamentales cuyos objetivos sean la seguridad económica de la mujer, “incluyendo capacitación y transferencias directas de efectivo para las menos calificadas, apoyo técnico y líneas de crédito para las propietarias de negocios, en un esfuerzo por garantizar que las disparidades laborales y de ingresos para las mujeres no empeoren después de la pandemia”.

No obstante, el informe de Moody’s advirtió que esas políticas de recuperación “por sí solas no serán suficientes para abordar las deficiencias existentes. Resulta más probable que las políticas sociales fundamentales, en particular con respecto al acceso de las mujeres a la educación y al empleo, generen cambios duraderos”, agregó.

Desde Moody’s consideran además que la desigualdad de género es un indicador de exposición al riesgo social y que también se correlaciona con los ingresos per cápita.

La calificadora incorporó el índice de desigualdad de género de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la evaluación de “los riesgos sociales que enfrentan los soberanos”, y se encontró una “variación significativa” en términos de desigualdad de género entre los mercados emergentes.

“Tiende a haber una correlación más fuerte entre el nivel de ingreso per cápita y desempeño en igualdad de género de un país, que entre el desempeño de género y nivel de calificación de otro país”, indicó el estudio.

Por otra parte, la calificadora señaló que “hay muchos otros beneficios de bienestar social para igualar el acceso y las oportunidades, que mitigan los riesgos sociales”.

Además de poner el foco en los efectos que ha tenido la pandemia en los mercados laborales, el informe de Moody’s señaló que más allá de que “las mujeres constituyen más de la mitad de la población mundial” incluso en algunas de las economías más avanzadas, “su contribución a la producción económica permanece por debajo del potencial”.

Y afirmó que el panorama “es aún más desolador” en las economías emergentes.

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