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Ley de usura: “Hay que tener cuidado con el voluntarismo”, advirtió el presidente del BCU

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Banco Central. Foto: Marcelo Bonjour.
Fachada del edificio sede del Banco Central del Uruguay, BCU, en Diagonal Fabini 777, Ciudad Vieja, Montevideo, ND 20220407, foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

PROYECTOS DE LEY

El presidente del Banco Central, Diego Labat habló sobre los cuidados que debe tener el Parlamento al aprobar una nueva ley de usura.

Tras la salida del referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC), los parlamentarios de la coalición de gobierno fueron claros en el objetivo de querer reactivar algunas iniciativas a nivel legislativo que habían quedado rezagadas.

La vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón dijo que el primer proyecto en la lista de prioridades era la aprobación del proyecto de ley para una nueva reglamentación sobre la usura. “Se trabajó, se llegó a acuerdos y está en condiciones de ser aprobado en Cámara de Diputados”, indicó Argimón el pasado 29 de marzo.

Actualmente, el Parlamento tiene dos proyectos de ley de usura a estudio, uno presentado por Cabildo Abierto y otro por el Partido de la Gente. En paralelo, desde el Frente Amplio se presentó un proyecto de ley -también a estudio del Parlamento- que plantea alternativas para los deudores a partir de la eliminación de intereses, multas, recargos y moras, una especie de “segunda oportunidad”, según planteó el diputado impulsor de esta iniciativa, Felipe Carballo.

En ese contexto, el presidente del Banco Central (BCU), Diego Labat hizo referencia -al participar de un almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) este miércoles- a los proyectos de modificación de la ley de usura que están a estudio del Parlamento y advirtió sobre los “cuidados” que se deben tener en cuenta.

Según resumió el presidente del regulador, actualmente hay dos tipos de “quejas y ruidos” en el mercado de créditos uruguayo. Por un lado, en lo que refiere a las “tasas altas” de interés que cobran bancos y financieras por los préstamos de dinero; y por otro lado, en lo que refiere a la protección del consumidor y la publicidad por parte de estas empresas “que a veces no es del todo clara”, indicó Labat.

“Claramente hay indicios de las dos cosas, lo reconocemos. Pero hay que tener muy claro que tenemos que tener mucho cuidado con el voluntarismo”, señaló el presidente del BCU.

La advertencia tiene que ver con la ley de usura que fue aprobada en el año 2007. “Recomiendo que lean la exposición de motivos” de esa normativa “y diría que todos vamos a estar de acuerdo” con el texto de esa ley, dijo Labat. “Lo que pasa es que la tasa media (de interés) del segmento en ese momento estaba en un 35% y hasta hace un año y poco, cuando fui al Parlamento, estaba en 95%. Es decir que, a pesar de la gran voluntad del Parlamento de regular eso, la tasa -con una inflación más o menos parecida- pasó de 35% a 95%”, recordó el presidente del BCU.

En este sentido, el jerarca remarcó la importancia de “ser muy cuidadosos de no decretar la felicidad”, aunque admitió que “hay que hacer cosas” para cambiar la normativa actual.

La tasa de usura (regulada por la ley 18.212 de 2007) es básicamente la que regula el “precio” máximo que se le puede cobrar a alguien por un préstamo. La principal crítica que se le hace a la normativa vigente es que los consumidores pagan intereses excesivos. Este ha sido un tema de especial interés para Cabildo Abierto. De acuerdo con el senador de este partido, Guido Manini Ríos, la ley de 2007 habilita una “usura desmedida”, “no respeta el espíritu de la Constitución y no protege a los deudores”.

Entre los principales cambios que proponen los dos proyectos de ley están los aspectos vinculados a los intereses; la reestructuración de las deudas de los consumidores; así como también lo que tiene que ver con el tope de la usura. Con la normativa actual, el BCU recopila información y publica un promedio de las tasas aplicadas por los bancos (tasas medias), y esto constituye la base sobre la cual se aplican ciertos porcentajes previstos en la ley y que marcan el tope de la usura.

De acuerdo con Labat, si bien el Parlamento está manejando el tema “con buen tino”, hay que ser “muy cuidadosos de no resolver los problemas solo en el papel y que después la solución sea peor”, concluyó.

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