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La inédita operación de deuda de Uruguay por la que terminó colocando US$ 1.800 millones en moneda local

El gobierno emitió un bono en Unidades Indexadas, reabrió otro en pesos y además recompró títulos.

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Conferencia del Ministerio de Economia y Finanzas
Azucena Arbeleche: la ministra de Economía innovó en el financiamiento de Uruguay.
Foto: Estefania Leal

Redacción El País
El gobierno salió ayer a los mercados internacionales a buscar fondeo en moneda local y además a reperfilar deuda que vencía a corto plazo, con una operación inédita.

¿Cómo fue? Es la primera vez que Uruguay emite a nivel global dos bonos en moneda local -uno en Unidades Indexadas (UI) a la inflación y otro en pesos (que fue una reapertura- en forma simultánea (lo que en la jerga financiera se denomina dual tranche).

El País había adelantado que lo más probable era que el gobierno saliera con una emisión de deuda en UI, lo que ocurrió ayer.

En la mañana de ayer el gobierno anunció la emisión de un bono global en UI con vencimiento global en 2045 (amortizable en tres pagos anuales en 2043, 2044 y 2045) y la reapertura de un bono global en pesos que vence en 2033.

A esto se sumó la posibilidad de recomprar deuda que está en manos de los inversores y que vence a corto plazo.

Concretamente, los inversores podían comprar los bonos globales utilizando como forma de pago: efectivo, bonos globales en UI con vencimientos 2027 y 2028 y/o títulos de deuda emitidos localmente (Notas de Tesorería en UI o Letras de Regulación Monetaria del Banco Central) con vencimiento en 2024 y 2025.

Esta también es la primera vez que en una emisión global se permiten utilizar títulos emitidos localmente como forma de pago.

Según un comunicado divulgado anoche por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) la operación tenía tres objetivos: “continuar con el programa de fondeo del gobierno para el año en curso; apuntalar el proceso de desdolarización de la deuda del gobierno; continuar desarrollando el mercado secundario de bonos en moneda local, estableciendo un nuevo bono de referencia (benchmark) en UI para un plazo de 20 años y aumentando la liquidez del bono de referencia en pesos nominales”.

Ministerio de Economía y Finanzas. Foto: Fernando Ponzetto.
Ministerio de Economía y Finanzas
Foto: Fernando Ponzetto.

¿Qué pasó? Durante la mañana y parte de la tarde, los bancos colocadores que participaron en esta operación -HSBC Securities (USA Inc.), Itaú BBA USA Securities Inc. y Santander Capital Markets LLC- fueron recibiendo la demanda de los inversores.

Luego el gobierno indica una referencia de la tasa de interés a la que podría salir el nuevo bono en UI y eso lleva a los inversores a recalibrar sus pedidos. Si hay mucha demanda, el gobierno puede “apretar” la tasa (es decir, ofrecer pagar un poco menos) y allí habrá inversores que seguirán adelante, otros demandarán menos de lo inicialmente previsto y otros se bajarán.

Una vez definida la tasa de retorno final (fue 3,4% para el bono global en UI al 2045), se consolida el libro de órdenes con los inversores que finalmente aceptan comprar el título de deuda.

Este libro estuvo compuesto por 58 cuentas inversoras de Estados Unidos, Europa, Asia, América Latina y Uruguay. La mayor parte son fondos de inversión que tienen a Uruguay en el radar desde hace tiempo y en el caso del país la mayor parte son las AFAP.

“La demanda total por ambos bonos (incluyendo la demanda con títulos globales en UI de menor plazo) alcanzó un máximo de US$ 2.600 millones equivalente”, según el MEF.

Con ello, ya sobre la hora 16:45 de ayer, el gobierno tenía las cartas sobre la mesa y definió emitir el bono en UI al 2045 por el equivalente a US$ 1.500 millones y a su vez que la reapertura del bono en pesos al 2033 fuera de US$ 300 millones (a una tasa de retorno de 9,15%). Así, Uruguay colocó deuda por US$ 1.800 millones.

De los US$ 1.500 millones equivalente del bono en UI, US$ 1.250 millones fueron efectivo y los otros US$ 250 millones fueron utilizado para el canje con bonos globales en UI de menor madurez.

“La operación implicó bajas concesiones estimadas en las tasas de rendimiento (respecto a las tasas de referencia en el mercado secundario el día antes del anuncio de emisión). En el caso del nuevo bono global en UI, la concesión estimada fue de nueve puntos básicos (0,09%), y una concesión casi nula en la tasa de rendimiento nominal de reapertura del bono global en pesos”, indicó el comunicado del MEF.

Esto significa cuánto más se pagó respecto a lo que marcan las tasas de referencia en el mercado donde se compran y venden bonos ya emitidos, y eso fue mínimo.

El gobierno destacó que “la tasa de rendimiento de 9,15% obtenida en la reapertura del bono global en pesos al 2033, fue menor que la obtenida cuando se emitió por primera vez este bono global en julio de 2023 (9,75%)”.

“La reducción sostenida de la inflación y en las expectativas de inflación en el último año, junto a las mejoras en la calificación crediticia, fueron factores fundamentales para explicar la mejora en los términos de financiamiento”, agregó.

A su vez, la inclusión de los títulos domésticos como instrumentos elegibles (por primera vez en una operación global) “buscó dar mayor flexibilidad financiera a los inversores y potenciar el volumen demandado por los bonos emitidos, procurando así mejores condiciones de fondeo para el gobierno”.

En definitiva, el gobierno consigue fondeo por el equivalente a US$ 1.550 millones en moneda local (tras la crisis de 2002, se busca tener en “caja” el dinero para cubrir pagos de deuda durante 13 meses), despeja vencimientos de deuda de corto plazo por algo menos de US$ 250 millones y además establece un nuevo bono de referencia en UI y le da liquidez al bono en pesos (lo que permite mayores opciones a los inversores que quieren comprarlo o venderlo).

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