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Confianza del consumidor arrastra dos años de caída

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Predisposición a comprar bienes durables explicó mejor desempeño. Foto: Archivo

Recuperación de segunda mitad del año no alcanzó para revertir situación.

Los consumidores uruguayos fueron el año pasado más pesimistas de lo que habían sido en 2015. Se trató, de hecho, del segundo año consecutivo en que se dio este fenómeno. En mayo se había alcanzado el mínimo histórico desde que empezó a relevarse el Índice Sura de Confianza del Consumidor (ICC), casi 10 años atrás. El descalabro político en Brasil, los primeros pasos de Mauricio Macri en Argentina y —especialmente— un dólar que no hacía más que trepar alimentaron este hundimiento.

Después de seis meses de caída libre, en julio esa tendencia empezó a revertirse. El consumidor uruguayo continuó pesimista, pero un poco menos que en los meses previos. La segunda mitad del año mostró, en general, un mejor desempeño que el que había tenido la primera.

"El hecho de que (el ICC) se esté recuperando nos dice que tenemos un consumidor todavía cauto, pero que podría empezar a mostrar algunas señales de comenzar a recuperar su consumo", resumió la Investigadora Senior del Departamento de Economía de la Universidad Católica, Silvia Vázquez.

En la segunda mitad de 2016 los uruguayos estuvieron más afines a adquirir bienes durables. Esto impulsó que el ICC recuperara parte del terreno perdido en el primer semestre. De todas maneras, esto no fue suficiente y el año finalizó con un peor desempeño que el que había tenido en 2015.

El ICC —elaborado por Equipos Consultores y la Cátedra Sura de Confianza Económica de la Universidad Católica— se ubicó así por segundo año consecutivo en zona de pesimismo económico en 2016. En concreto, cerró el año en 45,6, lo que marca una caída de 6,7% frente a los 48,8 que había alcanzado en 2015 en el promedio anual. La frontera entre el "moderado pesimismo" y el moderado optimismo" son los 50 puntos.

"Predisposición a la compra de bienes durables" —uno de los subíndices que componen el ICC— cayó 10,6% interanual, pero "la recuperación que este subíndice registró en el segundo semestre del año moderó el fuerte ritmo de caída que se observó en 2015, y con el que había comenzado el 2016", señala el informe divulgado ayer. La explicación de este fenómeno se encuentra, agrega el trabajo, en la apreciación del peso frente al dólar y en la "moderación" de las expectativas en relación a cómo seguirá la trayectoria del billete verde.

En tanto, la "Situación económica del país" —otro de los subíndices del ICC— también descendió en comparación con 2015 (en este caso, -1,7%), pero fue una contracción menor a la que se había visto un año antes (cuando había sido -5,1%).

El año pasado el subíndice "Situación económica personal" cayó 9,3%. Este descenso es resultado del promedio de dos subíndices: situación económica actual respecto a un año atrás y cómo cree la persona que esta estará en los pró-ximos 12 meses. Las dos cayeron, pero la que lo hizo de manera más pronunciada (-14,4%) fue la percepción de la situación actual. Esto, dijo Vázquez, puede tener que ver con la inflación, que impacta en el poder de compra de los salarios y también en la capacidad de ahorro. "Es esa sensación de que no le alcanza", graficó la economista.

Por su parte, "expectativas de inflación" y "de desempleo" —que en 2015 habían subido de manera pronunciada, 18,9% y 17,6%, respectivamente— volvieron a aumentar, pero de manera más atenuada. Mientras que las primeras se mantuvieron casi estables, las segundas crecieron, pero a menor ritmo que un año atrás: 5,5%.

La variación más significativa el año pasado fue para "Expectativas de ingresos" para los próximos 12 meses, que se contrajo 6,8% frente a 2015.

Qué pasó en enero.

En diciembre el ICC había caído 2,2% respecto a noviembre. En enero, en tanto, registró una variación positiva de 0,6% frente al último mes de 2016. Así, mientras que en diciembre había sido de 48,8, en el primer mes de este año llegó a 49,1.

El dólar —que reingresó a la franja de los $ 28, recuerda el informe— en enero generó que más consumidores indicaran que es un "buen momento para realizar compras", específicamente de inmuebles y vehículos, lo que hizo que la "Predisposición a la compra de bienes durables" saltara 12,7% en el mes.

En la vereda de enfrente, se deterioró el subíndice "Situación económica personal".

El que acusó el mayor impacto fue la percepción de la situación actual en comparación con un año atrás, que bajó 7,7% frente a diciembre. El informe indica que esto "podría estar asociado a los incrementos del IRPF y de las tarifas públicas" que empezaron a implementarse en enero.

Y de ahora en más, ¿qué se puede esperar? Para Vázquez, si no hay ningún cambio "dramático", cabe prever para el primer semestre de 2017 una confianza "que muy lentamente se podría estar recuperando". De todas maneras, la experta dijo que desde la política económica los márgenes "están muy acotados" y que frente a "cualquier shock" no existiría "el grado de libertad para reaccionar y amortiguarlo". Pese a esto, agregó que mientras el dólar no se recupere se encontrará "un consumidor que todavía empuja".

"Si en estos próximos meses tenemos un consumidor menos pesimista y se continúa recuperando la predisposición a la compra, podríamos encontrar un consumidor cuyo consumo evolucione más en línea con el nivel de actividad de la economía", adelantó la economista.

Máximo histórico de "expectativas de inflación".

En diciembre, en tanto, se alcanzó el máximo histórico de "Expectativas de inflación", que ingresó en la zona de "importante pesimismo". La variación en este caso fue de 24,7% frente a noviembre. Silvia Vázquez indicó que dentro de los elementos que pegan en las expectativas, la que en el mes pudo haber afectado fue el anuncio de la suba de las tarifas públicas. Las de Ancap y Antel subieron 8%, OSE aumentó 8,2%, y la de UTE lo hizo 7,5% (sin que alcance a los hogares que pagan la tarifa social).

Cámara de Comercio espera nivel de ventas similar a 2016.

Días atrás, la última Encuesta de Actividad del Sector Comercio y Servicios, elaborada por la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS) mostró que después de un comienzo de año complicado en 2016, sobre los últimos meses las ventas para el sector comercio y servicios comenzaron a transitar por mejores horas.

De hecho, en el cuarto trimestre de 2016 casi 6 de cada 10 rubros relevados por la gremial presentaron variaciones positivas en sus ventas en términos reales.

Dentro de los rubros con desempeños más positivos durante el año pasado, la encuesta de la gremial de comercio resalta el de casas de electrodomésticos que, a pesar de haber experimentado un comienzo de año a la baja, logró crecer 6,5% en 2016.

En relación a qué se puede esperar para este año, el relevamiento de la CNCS marca que "predomina la expectativa acerca de un 2017 sin grandes cambios". En este sentido, la mayoría de los empresarios consultados aguarda tener al final de 2017 un nivel de ventas similar al del año anterior. Por esto "no se espera una importante reactivación en la demanda". El tipo de cambio y los costos son los principales elementos a los que estarán atentos los comerciantes, agrega la encuesta.

Igualmente, se alerta que el escenario económico tanto interno como externo hace posible "esperar un año 2017 cargado de incertidumbre así como de permanencia de riesgos latentes que pueden poner en jaque la continuidad del actual crecimiento moderado que alcanzó el sector".

El trabajo recuerda que los datos hechos públicos hasta el momento — los del cuarto trimestre de 2016 se conocerán en marzo— muestran que mientras que en los primeros tres meses del año pasado el consumo cayó 4,8% interanual, mejoró en los meses siguientes. De hecho, en el período julio-septiembre creció 0,4%.

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Predisposición a comprar bienes durables explicó mejor desempeño. Foto: Archivo

LOS CONSUMIDORES Y SUS EXPECTATIVAS

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