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McCain, el héroe que comenzó a despedirse

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McCain: referente republicano, muy respetado por los demócratas y crítico de Donald Trump. Foto: Reuters.

REFERENTE DEL PARTIDO REPUBLICANO

El senador republicano, prisionero de guerra en Vietnam, tiene cáncer cerebral y ya no va al Congreso.

El senador republicano John McCain, afectado por un cáncer cerebral, retornó a su hogar en Arizona hace meses. Si bien el Senado aguarda por el regreso de esta respetada figura política estadounidense, muchos de sus colegas parecen resignados a no verlo nuevamente en Washington.

Más de una docena de senadores —muchos de ellos amigos del legislador desde hace un cuarto de siglo o más— admiten que les cuesta habituarse a un Senado sin contar con quien ha sido una fuerte personalidad en ese medio. Todos ellos aspiran a ver el regreso a la política activa de este monumento del Partido Republicano, pero varios admiten, en privado, que eso podría no suceder jamás.

"Lo extraño en todo momento", confió el senador demócrata Michael Bennet.

McCain, de 81 años, con seis períodos en el Congreso, fue diagnosticado el año pasado con un glioblastoma, una forma agresiva de cáncer de cerebro que ya se cobró la vida de otro gigante del Senado en 2009, Ted Kennedy.

Y la salud de este veterano de la guerra de Vietnam podría tener un gran impacto sobre los esfuerzos de los republicanos por mantener su estrecha mayoría en el Senado. Un retiro en mayo de McCain llevaría probablemente a una elección parcial en noviembre, en un ambiente electoral favorable a los demócratas.

Los miembros del Congreso evitan hablar de este tema tabú. "Él no se fue", afirma el senador republicano Roger Wicker, y dice que McCain sigue "en gran parte aún presente", manteniendo teleconferencias con su equipo y dirigiendo a la distancia la poderosa comisión de las Fuerzas Armadas del Senado.

McCain forma parte de un grupo de senadores capaces de unir a los dos partidos. "No hay ninguna duda con respecto al hecho de que el país cuenta más para John que el partido", indicó el senador demócrata Chris Murphy

McCain perdió la elección presidencial de 2008 frente a Barack Obama. Pero con el correr de los años se ganó el respeto y la admiración de sus colegas, adquiriendo una estatura particular a los ojos de los estadounidenses.

El exvicepresidente demócrata Joe Biden es un exsenador y amigo cercano. Recientemente visitó a McCain en su establecimiento agrícola en Arizona, donde convalece. "Quería decirle cuánto lo quiero y hasta qué punto él cuenta para mí y cuánto admiro su integridad y su coraje", dijo Biden al New York Times.

Lindsey Graham, senador republicano y amigo cercano de McCain también le visitó. El segundo senador por Arizona, el republicano Jeff Falke, ha ido dos veces. "Tuvimos una buena conversación", señaló después de su segundo encuentro, rehusando hablar sobre la salud de su amigo.

Según el New York Times, McCain ha hecho saber que no quiere en sus funerales la presencia del presidente Donald Trump, quien un día se burló de su prisión en Vietnam y con quien mantiene una relación tempestuosa. En su lugar, pidió que fuera el vicepresidente Mike Pence.

Desde su llegada a la Casa Blanca, la relación de McCain con Trump ha sido muy tensa, ya que el influyente senador no ve con buenos ojos muchas de las políticas del mandatario ni su manera de gestionar las relaciones exteriores.

Según el New York Times, McCain ha pedido ser sustituido en la Cámara Alta por alguien de su más estrecha confianza, y el diario apunta a que podría ser su esposa Cindy, quien ocuparía el cargo hasta las elecciones legislativas de noviembre.

Para cuando haya partido

En sus nuevas memorias que aparecerán el próximo 22 de mayo, John McCain lanza un llamado a la unidad de los estadounidenses, a quienes demanda "encontrar la sensación de que somos semejantes antes que diferentes". "Posiblemente yo haya partido antes de que ustedes lean esto", escribió además.

POLÉMICA

"Se está muriendo de todas formas"

Una asesora del presidente Donald Trump se burló de la salud del senador republicano John McCain, asegurando que su oposición al nombramiento de Gina Haspel como nueva directora de la CIA no tiene importancia "porque se está muriendo".

"No importa, se está muriendo de todas formas", dijo la asesora de comunicación de la Casa Blanca, Kelly Sadler, en una reunión celebrada el jueves, según informan CNN y otros medios.

La nominada de Trump para dirigir la CIA, Gina Haspel, tiene un pasado polémico y está vinculada a la práctica de la tortura cuando digirió una prisión secreta en Tailandia en el año 2002. Durante su audiencia ante el Senado esta semana se negó además a condenar la tortura, aunque prometió que la CIA no volvería a usar esos métodos durante los interrogatorios.

Por ello McCain, que pasó cinco años en prisión durante la guerra de Vietnam y fue torturado, pidió en un comunicado a los senadores que rechacen el nombramiento de Haspel.

La Casa Blanca no negó las palabras de Kelly Sadler. "Respetamos el servicio del senador McCain a nuestra nación y rezamos por él y su familia en este momento difícil", indicó un comunicado.

Por su parte la esposa de McCain, Cindy, recordó en un tuit a la asesora: "Mi marido tiene una familia, siete hijos y cinco nietos".

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