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Fútbol y política: conflictos que oscurecen el Mundial

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Foto: EFE

EL MUNDIAL DE FÚTBOL 2018

Desde el ex espía envenenado a casos de dopaje afectan imagen de Rusia.

Tres meses antes de albergar el Mundial de Fútbol, Rusia ocupa un lugar central en varios de los conflictos diplomáticos con Occidente, lo que oscurece un torneo de repercusión planetaria.

Rusia se vio atribuir el Mundial de Fútbol-2018 en 2010, mucho antes de sus intervenciones en Siria y Ucrania, que han enfriado sus relaciones con Occidente hasta niveles sin precedentes desde la Guerra Fría, explica Mathieu Boulègue, del círculo de reflexión Chatham House basado en Londres.

"Estamos ahora en otro mundo", afirma. Para Simon Chadwick, de la universidad inglesa de Salford, este Mundial (14 junio-15 julio) tiene como efecto "proyectar la imagen de una Rusia fuerte y poderosa".

Además, el Mundial será el primer gran evento de impacto global que tendrá un su tierra un seguramente recién reelecto Vladimir Putin, amplio favorito para las elecciones presidenciales del próximo domingo.

Estos son los cinco conflictos que envenenan la relación de Occidente con Moscú.

Ex espía envenenado.

El ex espía ruso Serguéi Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, han quedado entre la vida y la muerte por la administración de un agente neurotóxico. Ambos fueron hallados el domingo pasado inconscientes en un banco en Salisbury, en el sur de Inglaterra. Todas las miradas se dirigieron a Rusia, tras el precedente de Alexander Litvinenko —un antiguo agente ruso asesinado en Londres en 2006 con una sustancia radiactiva—, pero Moscú negó estar tras el ataque y denunció ser víctima de una campaña de desprestigio. El Reino Unido dice que si se confirma la participación del gobierno ruso en el caso del envenenamiento del ex espía, no enviaría delegados oficiales como ministros al Mundial.

Siria.

El apoyo indefectible de Moscú al régimen sirio de Bashar Al Asad exacerba las crispaciones con Occidente.

Sin embargo, "hay una clara percepción entre los países occidentales de que no habrá solución de paz en Siria sin que Rusia desempeñe un rol central", dice Mathieu Boulègue, quien cita asimismo los intereses rusos para sacar provecho de la futura reconstrucción de un país devastado.

Los ciberataques.

Desde las acusaciones de injerencia en la elección presidencial de Estados Unidos en 2016, varios gobiernos occidentales —entre ellos España, Francia, Alemania y Reino Unido— denunciaron tentativas rusas de perturbar sus consultas o elecciones nacionales con campañas de desinformación en línea y una secuela de fake news. Moscú ha rechazado sistemáticamente estas acusaciones, pero los analistas afirman que tales ciberataques forman parte de un trabajo de zapa para debilitar a Occidente.

Ucrania.

Rusia anexionó en 2014 la península ucraniana de Crimea tras la llegada a Kiev de autoridades prooccidentales y el derrocamiento del presidente prorruso Viktor Yanukovich.

Desde entonces, un violento conflicto entre separatistas prorrusos y fuerzas de Kiev en el este de Ucrania ha dejado más de 10.000 muertos y suscitado duras críticas de Occidente.

La anexión de Crimea se produjo tras los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi, recuerda Chadwick, que fueron percibidos en Rusia "casi como el símbolo del retorno de Rusia como potencia mundial".

El dopaje.

El Mundial de Fútbol se juega en un país que se ha convertido en un "paria" del deporte internacional, constata Boulègue. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) ha acusado a Moscú de dopaje institucionalizado, y mantuvo el martes la suspensión de Rusia en las competiciones internacionales, pronunciada en noviembre de 2015. Rusia se vio también privada recientemente de participar como país en los Juegos Olímpicos de invierno en Corea del Sur y solo algunos de sus deportistas pudieron acudir bajo la bandera olímpica. El Comité Olímpico Internacional (COI) levantó finalmente el 28 de febrero la suspensión del comité olímpico ruso.

El espía envenenado seguía viendo al servicio británico

Sergei Skripal, el doble espía ruso envenenado con un agente nervioso en el Reino Unido, se encontraba cada mes en un restaurante con su antiguo contacto en el servicio de inteligencia exterior británico, el MI6, según reveló el diario The Times. Skripal, de 66 años, que continúa hospitalizado en estado muy grave, fue arrestado en Rusia en diciembre de 2004 por revelar secretos al MI6 y se refugió en el Reino Unido tras ser liberado en 2010 en un intercambio de espías.

El exagente de la inteligencia rusa, que vivía en la localidad inglesa de Salisbury, y su antiguo "controlador" británico conversaban de forma regular en inglés y ruso sobre ciertos negocios en Polonia, entre otros asuntos, según The Times, que subraya que existen dudas sobre si Skripal continuaba trabajando en inteligencia.

Su hija, Yulia, de 33 años, está también ingresada con pronóstico muy grave.

Los agentes han analizado la tumba en Salisbury de la esposa de Skripal, Liudmila, que según The Times murió de cáncer a los 60 años en 2012. Oficiales con trajes protectores retiraron asimismo flores del memorial dedicado al hijo del doble espía, Alexandr, que falleció por una insuficiencia hepática en San Petesburgo el año pasado, con 43 años, y cuyas cenizas se trasladaron al Reino Unido. EFE

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