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El rescate de Ingrid se ensayó como una obra cinematográfica

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BOGOTA | EL TIEMPO / GDA

El audaz rescate de Ingrid Betancourt se preparó con ensayos, como si se tratara de una obra cinematográfica. Aunque el riesgo era calculado, la demora en el levantamiento del helicóptero "liberador" hizo peligrar el éxito de la operación.

"La parte importante del plan era que la guerrilla creyera que efectivamente había una operación para trasladar a los secuestrados a donde estaba Alfonso Cano. Se ensayó la forma como se los recibiría y cómo íbamos, inclusive, a montar a dos miembros de la guerrilla en el helicóptero", relató el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, en una entrevista.

Miembros de la inteligencia militar colombiana presentaron hace algún tiempo el plan que daría libertad a la rehén franco colombiana y a 14 rehenes más. En él se proponía infiltrar el secretariado de las FARC y al frente del guerrillero alias "César", para crear una operación ficticia y rescatar a los secuestrados. La infiltración no se haría de un día para el otro, llevaría mucho tiempo.

La operación ficticia consistía en hacerle creer a "César" que el "mono Jojoy" (otro guerrillero) le enviaba la orden de trasladar a los secuestrados a donde estaba el líder rebelde Cano, para iniciar la negociación sobre un intercambio humanitario. Se le haría creer a "César" que "Jojoy" enviaba las instrucciones a través de un mensajero o correo humano.

El plan incluía asimismo que dos guerrilleros abordarían el helicóptero; una acción fundamental para que los rebeldes no sospecharan.

Pero era demasiado audaz y poco posible de realizar. Entonces fue rechazado. "Parecía una locura", cuenta Santos.

Sin embargo, el personal de inteligencia insistió y comenzaron a probar que el plan era viable y que el riesgo para los secuestrados era mínimo. Entonces, se puso a prueba. "El 30 de mayo nos demostraron que la operación podría ser exitosa", narra Santos.

Para convencer a las autoridades colombianas, Inteligencia demostró que había infiltrados en el secretariado de las FARC y también en el frente donde estaban los secuestrados. "Montaron una especie de estudio de cine, para practicar el plan. Las personas que participaron directamente en los helicópteros se sometieron, inclusive, a clases de teatro", explica el ministro.

El 20 de junio, Santos decidió que la preparación del plan debía acelerarse. Cuando estuvo convencido de que era posible, se lo presentó al presidente Álvaro Uribe, quien lo autorizó. "¡Adelante, ministro!", me dijo.

Según contó Santos, se ensayó muchas veces y todos los implicados actuaban "como si sintieran que iban a participar en la película más importante de sus vidas".

Hubo asesoramiento de expertos en actuación. Inclusive, a una parte de los "actores" se les entrenó en artes marciales y en cómo neutralizar a los guerrilleros cuando estuvieran a bordo del helicóptero. Fue un entrenamiento muy severo.

"El último que los entrenó fue el general Mario Montoya, comandante del Ejército. Con él hicieron ejercicio físico sobre cómo derribar a un contrincante y dominarlo", explicó Santos.

Aún con la mejor preparación, se correrían múltiples riesgos. El principal era evitar que "César" se comunicara con el verdadero "Jojoy" o con Alfonso Cano.

"Con Cano nunca se comunicaba. A Jojoy lo bombardeamos permanentemente para dificultarle contactos (...) En los mensajes que los infiltrados llevaban a "César", se le advertía que esto era absolutamente secreto y que mantuviera total silencio, porque si hablaba por radio lo podrían detectar", relató el titular de Defensa.

Pero la clave para que todo el proceso fuera posible fue la infiltración. Y no sólo ingresaron fuerzas militares a las filas enemigas, sino que también se convenció a guerrilleros de que prestaran su ayuda. En este último caso la "colaboración" no fue a cambio de recompensas, como suele ocurrir en estos casos, sino "por venganza", según explicó Santos.

Hace tres semanas se le insinuó a "César" que comenzara a reunir a su gente -porque estaban en tres grupos separados- y así lo hizo. Una vez que el pez mordió el anzuelo, la acción se desplegó.

Como todo plan arriesgado, la tensión estuvo a flor de piel. "El momento de mayor peligro de fracaso fue cuando comenzó a demorarse el levantamiento del helicóptero del sitio donde estaban recogiendo a los secuestrados", señaló Santos. Estaba previsto que el suceso demoraría entre 7 y 10 minutos. Pero se extendió a 22. "En esos 12 minutos pensamos que algo había pasado. Después supimos que la demora fue culpa de los secuestrados que se negaban a subir atados", agregó.

La exitosa misión, que se vio coronada hace seis días con la imagen que recorrió el mundo de Ingrid Betancourt descendiendo del helicóptero de rescate, hace suponer que el futuro político del ministro de Defensa se aprecia más despejado.

De hecho, ante la posibilidad de que la operación hubiese fracasado -lo que habría sido un desastre político para el gobierno colombiano- Santos le había propuesto a Álvaro Uribe su renuncia. Pero todo salió a la perfección. Y el único comentario de Santos en materia política se ha limitado a su apoyo al presidente. "Si (Álvaro) Uribe se lanza a la reelección va a contar con mi apoyo incondicional. Si definitivamente no se lanza, va a tener mucho que decir sobre quién podría ser su sucesor". En ese caso, Santos dijo que también apoyaría a la persona que el jefe de Estado señale.

¿Y usted no se lanzaría? No.

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