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Javier Milei viaja a Washington por temas de negocios y religión, acompañado de Santiago Caputo, su mano derecha

El presidente electo visitará “El Ohel”, un lugar que cobija la tumba del rabino “el Rebe de Lubavitch”, y mantendrá reuniones con el Departamento del Tesoro y el FMI.

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Javier Milei
Milei se prepara para una agenda intensa que lleve a encaminar una economía en crisis.
Foto: La Nación/GDA

La Nación (GDA)
El presidente electo Javier Milei partió a los Estados Unidos junto a su principal asesor, Santiago Caputo, y tendrá una primera escala en Nueva York, donde visitará “El Ohel”, un lugar que cobija la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, mejor conocido como “el Rebe de Lubavitch”. Se espera que también se dirija a Washington para mantener reuniones con funcionarios estadounidenses.

Desde el equipo de prensa de Milei dijeron que “primero va al Ohel en Nueva York a dar las gracias por el lugar que le ha dado Hashem (dios)” y después mantendría reuniones de trabajo en Washington, de las que no se sabe si también participará Luis Caputo, el ex funcionario macrista que suena para ocupar el cargo de ministro de Economía.

Fuentes libertarias señalaron que después de su paso por Nueva York, el presidente electo podría dirigirse a Washington por actividades pautadas allí con el Departamento del Tesoro, el Departamento de Estado y Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo acompañará, entre otras figuras, Santiago Caputo, una de sus manos derechas y a quien el libertario definió como “el verdadero arquitecto” de su triunfo.

Resta confirmar si Luis Caputo, el exministro de Finanzas de Mauricio Macri y quien podría ser parte del gabinete de Milei, se sumará a esta ronda de encuentros con organismos claves para el futuro económico de la Argentina.

En tanto, desde la embajada de los Estados Unidos en la Argentina dijeron que el embajador Marc Stanley viajará a Washington DC para participar en reuniones introductorias entre el presidente electo y funcionarios del gobierno de Estados Unidos. El viernes, el embajador afirmó en una conferencia de prensa que hay gestiones para ofrecerle una reunión de alto nivel a Milei en su inminente viaje a Estados Unidos.

“Lo invité a reunirse con funcionarios, hay grandes probabilidades de que ello ocurra”, dijo. Más tarde precisó que sería “una sola reunión de alto nivel” con representantes del Departamento del Tesoro, del Departamento de Estado, y de los responsables para América latina como Kevin Sullivan, siempre con carácter “exploratorio, para conocerse”, ya que, destacó, “Milei no es aún el Presidente”.

Pugna por diputados

La disyuntiva entre Cristian Ritondo (Pro) y Florencio Randazzo (PJ), las dos figuras que pugnan por la bendición de Milei para presidir la Cámara de Diputados, implica mucho más que un duelo de nombres.

Ambos le ofrecen al presidente electo dos perfiles distintos de alianzas parlamentarias para sustentar la gobernabilidad futura: mientras Ritondo garantiza un modelo “llave en mano” de cogobierno con el ala dura de Pro, Randazzo se ofrece como puente hacia sectores del peronismo potencialmente dispuestos a sumarse a un esquema amplio de “alianzas tácticas” con el nuevo oficialismo.

Ritondo, jefe del bloque de Pro, ya puso sus cartas sobre la mesa: con su legión de diputados promete articular un espacio de centroderecha que partiría de un piso mínimo de 90 voluntades. Un número similar al que tenía Mauricio Macri cuando arrancó su gestión en 2015. Es insuficiente en términos numéricos -el quorum es de 129 legisladores-, pero descuenta que podrá sumar, en un primer anillo de potenciales aliados, al sector del radicalismo que en las últimas elecciones apostó por la candidatura presidencial de Bullrich.

Puesto a elegir, Milei deberá ponderar los pros y contras de cada oferta. Tiene tiempo hasta el 7 de diciembre para decidir: ese día está convocada la sesión preparatoria para la jura de los nuevos diputados y elección de autoridades.

Milei parte con desventaja: su tropa de La Libertad Avanza no solo es ínfima en términos numéricos -representa apenas el 15% del total de la Cámara baja- sino que, además, sus miembros tienen escasa o nula experiencia parlamentaria.

Ergo, el futuro presidente deberá nutrirse de elementos de “la casta” que tanto deploró en campaña para enfrentar a un kirchnerismo que, aunque golpeado tras la derrota, amenaza con ponerse el cuchillo entre los dientes.

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