A principios de abril de este año, una denuncia anónima al 0800500 del Ministerio del Interior, informó que un vendedor ambulante (H.C.) convivía con una menor de 11 años.
La denuncia, a la que tuvo acceso El País, señala que la Policía no pudo hablar con la expareja de H.C. porque "está amenazada" y "él le rompe toda la casa".
La denunciante manifestó que, en noviembre del año pasado, hubo una denuncia en la Seccional 17ª (Mendoza) con una resolución judicial de que "la menor volviera con su madre", señala el documento.
"Eso pasó solo durante una semana. La madre de la menor volvió a entregarla a H.C.", agrega la denuncia.
La Policía citó a varios vecinos quienes manifestaron que el acusado mantenía una "relación de pareja" con la víctima.
En tanto, la expareja de H.C. negó que este la golpeara y agregó que no conocía la relación entre H.C. y la menor porque "trabajo día y noche".
Restricción.
A fines de abril de este año, cuando ya era pública la situación de la niña y su embarazo, el Juzgado de Familia prohibió a H.C. acercarse a menos de 200 metros de la menor. Pocos días después de ser internada en el Hospital Pereira Rossell por orden judicial, la menor se escapó de la sala y se dirigió a una placita ubicada dentro del predio del centro asistencial.
Un testigo declaró en el Juzgado que el acusado también se encontraba dentro del hospital y hablaba por celular con la víctima. Ambos no llegaron a encontrarse. Un familiar convenció a la menor que debía volver a sala.
Días más tarde, la Justicia Penal volvió a citar al acusado. Este declaró que un hermano de la niña le entregó una carta de esta que incluía un número de celular. El magistrado advirtió a H.C. que había incumplido las medidas cautelares y se lo intimó a no acercarse a la niña o sería procesado por un delito de desacato. En el Juzgado, el acusado aportó una carta de la menor donde ella le señalaba que quería mantener la relación sentimental con él.
La Justicia Penal ordenó que la menor volviera con la madre