La conflictividad laboral en agosto alcanzó un nivel muy elevado, de acuerdo con el Instituto de Relaciones Laborales de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica. La conflictividad fue la más alta para un mes desde que gobierna el Frente Amplio.

A su vez, agosto fue el único mes en el que se realizaron dos paros generales (solo hay un antecedente en este sentido en 1995). Hubo 13 conflictos (dos fueron los paros generales), se registraron dos ocupaciones (en el Frigorífico Carrasco y en la empresa del plástico Soul pack), se perdieron 645.942 jornadas que involucraron a 651.286 trabajadores. La conflictividad global se multiplicó por ocho con respecto al mes anterior y por 10 en relación con el mismo mes de 2014, de acuerdo con el estudio.

La conflictividad sectorial creció mucho menos (dos veces con respecto al mes anterior y 5,4 veces frente al mismo mes del año anterior), lo que indica el enorme peso de los paros generales en la conflictividad. En los meses de agosto de 2005 y 2010 la conflictividad fue mucho menor porque las movilizaciones por mejoras en el presupuesto comenzaron en la etapa de discusión parlamentaria, mientras que en este año empezaron mientras el Poder Ejecutivo lo elaboraba.

A nivel privado, los sindicatos rechazaron las pautas gubernamentales por entender que desindexaban sus ajustes y que los aumentos no acompañaban el crecimiento del producto interno bruto. Por su parte, la declaratoria de esencialidad de la educación pública al ser unánimemente rechazada por el movimiento sindical provocó un aumento de la movilización y de los paros. "Casi desde los primeros meses de asumido el gobierno, (los sindicatos) comenzaron paros "preventivos" realizados antes del inicio de las negociaciones, en previsión de una propuesta gubernamental que suponían no conformaría", dice el estudio.

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