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El saludo de Luis Lacalle Pou a la paisanada el día antes de asumir como presidente

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El presidente electo fue uno más entre los cientos de jinetes que desfilarán hoy. Foto: Fernando Ponzetto.
FERNANDO PONZETTO

FESTEJO

Luis Lacalle Pou prometió trabajar para zurcir la falsa división entre el campo y la ciudad. u201cGran parte del éxito electoral fue el de unir y el de no dividir", dijo.

El menú era bien campero: cordero, galleta criolla y de postre manzana roja. Después de más de dos horas de fotos, saludos y firma de, el Luis Lacalle Pou pidió para saludar a los asadores y con su corte se abrió la cena para los invitados.

En el predio de la Rural del Prado había muchos caballos. Varios cientos. Unos decían mil criollos, otros aseguraban que habían contado más de 2.300 y que hoy llegarían otros cien. La cuenta depende de con quien se hablara. Lo cierto es que había muchos. Y todos ellos desfilaran hoy escoltando al nuevo presidente del Uruguay.

La imagen difícilmente tenga antecedentes: un jefe de Estado custodiado a lo largo de toda la Avenida del Libertador por cientos, de caballos. Gente que viajó más de diez días para apoyar a su presidente, al líder en el que depositaron su voto y la esperanza de mejorar el país.

u201c¿Quién tiene mi verijero?u201d, preguntó el blanco a sus colaboradores. El cuchillo corto, de no más de 15 centímetros tiene el mango forrado con la caparazón de un tatú mulita. u201c¿Habrá un pedacito de garrón?u201d, preguntó Lacalle Pou a los asadores que desde temprano se encargaron de cocinar 80 corderos.

El presidente electo llegó acompañado de su familia y explicó que necesitaba agradecerle a la paisanada, u201ca la gente de adentrou201d, porque siente que desde allí se gestó su triunfo.

Las diferentes delegaciones que llegaron del interior tenían regalos preparados. Los organizadores le obsequiaron un cuchillo de oro y plata. u201cTe lo voy a pagaru201d, dijo Lacalle Pou y le dio $ 20 en dos monedas de diez para cumplir con la tradición que los cuchillos no se regalan: se compran.

u201cAhí está. Para que no se corte la amistadu201d, acotó el Juan Carlos López u201cLopecitou201d que ofició de presentador.

La calma de u201clos pingosu201d contrastaba con la tensión de los militantes blancos. Unos cuantos decían estar ansiosos, otros nerviosos, y varios repiten la idea de: u201cNo he caído aun que somos gobiernou201d. Pero todos coinciden en sentir una emoción especial.

Unos cuantos la dejaban, soltando sus lágrimas en el medio del discurso del líder blanco.

u201cLa política es de a uno. La gente es de a uno. Si realmente es bien entendida es ir a lo individual, a lo chico, a lo personal, a lo local. Y así fue toda la campaña. Y por eso demoré un rato y pido disculpas porque uno cada vez que recibe un apretón de manos, un saludo, una mirada con responsabilidad es más peso que va asumiendo, pero también más afecto. Es la energía que nos hace andaru201d, arrancó el presidente electo.

En la Rural del Prado se hizo un gran asado. Foto: Fernando Ponzetto.
En la Rural del Prado se hizo un gran asado. Foto: Fernando Ponzetto.

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Allí se comprometió a trabajar para unir. Porque así u2014dijou2014 fue su campaña y no pretende cambiar. u201cGran parte del éxito electoral fue el de unir y el de no dividir. Este mensaje también es para tierra adentro. Hay una parte del Uruguay que se cansó de la división artificial del campo y la ciudad. Es algo que tenemos que zurciru201d, aseguró.

El líder tampoco temió en mostrarse con los ojos vidriosos. En el cierre entonaron la canción u201cA Don Joséu201d, y en el momento que la letra dice: u201cOriental en la vida, y en la muerte tambiénu201d, Lacalle Pou bajó su mirada y se secó los ojos.

u201cEsto está divinou201d, agradeció el blanco y descolocó a los anfitriones. u201cSe acuerdan de Aquí está su disco. ¿Puedo pedir un tema más? Los Orientalesu201d, dijo Lacalle Pou y la guitarra arrancó: u201cDe todas partes vienen los orientalesu201d, coreó la gente revoleando algunos ponchos y camperas.

Ayer estuvieron varios de los ministros. Estuvo su compañera de fórmula, Beatriz Argimón, que hoy jurará como la primera mujer electa para ocupar la vicepresidencia. Estuvo Guido Manini Ríos, y varios de los militantes jóvenes que lo acompañaron a lo largo de la carrera a la Presidencia.

Lacalle Pou dedicó más tiempo a las fotos. Las toma él para que queden bien. Incluso dedica varios segundos a la firma de cada bandera. u201cBien tiranteu201d, le recordó a su colaboradora Margarita Morales, quien trabajó a lo largo de las dos campaña con Lacalle Pou. Esa era la frase que decía el blanco para lograr estampar su firma correctamente. u201c¡Ah! Como te acordás, Margau201d, dijo el blanco y ella respondió: u201cY algunas cosas quedanu201d. Lacalle Pou levantó su mirada y muy sonriente volvió con la frase de su padre: u201cEl azul quedau201d.

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