Lacalle acordó con Cabildo puntos de la reforma jubilatoria y ahora negocia con los colorados

Los socios de la coalición discuten la viabilidad de bajar a 20 los años para el cálculo de las jubilaciones.

Luis Lacalle Pou y Guido Manini Ríos, en noviembre de 2019.
Foto: Archivo El País
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Por Joaquín Silva
Hay una frase que repiten en Torre Ejecutiva -y que en realidad es casi un leitmotiv de la política- que es que “nada está arreglado hasta que todo está arreglado”, aunque todos saben cuándo las negociaciones intrincadas comienzan a desenredarse, pese a los nuevos obstáculos que puedan surgir.

Esto es lo que parece estar ocurriendo por estas horas con la reforma jubilatoria , más allá de que, como ocurre a menudo entre políticos, las cosas suelen volver a trancarse cuando parece alcanzarse un punto de acuerdo.

Como sea, la coalición de gobierno dio un paso relevante en el casillero de estas negociaciones, que han tensado al máximo las relaciones en la interna, como lo admiten casi todos sus dirigentes.

Porque esta iniciativa, que ha tenido de un lado al Poder Ejecutivo y del otro a Cabildo Abierto -aunque, como se verá, ahora también emerge el Partido Colorado como un actor con postura fuerte- llevó a la coalición de gobierno a pasar sus peores momentos como alianza oficialista. Así ocurrió al punto tal que hubo varios dirigentes -sobre todo senadores del Partido Nacional- que, en caliente, reflexionaban que si Cabildo Abierto no aportaba sus votos y cedía a sus reclamos el bloque llegaba a su final.

De hecho, el pasado viernes hubo un tuit de Manini que dejó atónitos a algunos dirigentes blancos por lo que podían estar dando a entender sus afirmaciones. El senador afirmó, cuando caía la tarde y las negociaciones estaban más “trancadas” que nunca, que esta iniciativa era “un proyecto más dentro del período de gobierno” y que “de ninguna manera se pone en riesgo la coalición de gobierno”. Que si alguien la quería “romper, que lo diga”.

Para ese momento, sin embargo, Cabildo no había dado una respuesta final y los puentes entre el presidente Luis Lacalle Pou y Manini -quienes se reunieron el jueves 30 de marzo y salieron sin acuerdo- continuaban tendidos, pese a que el panorama para entonces era complejo, como reconocieron fuentes oficiales consultadas por El País.

Entonces llegó el fin de semana que estuvo lejos de ser de descanso para los principales dirigentes del oficialismo. Fueron horas de varias llamadas y conversaciones entre Lacalle Pou y los referentes de los socios de la coalición de gobierno, comunicaciones de las que también formó parte el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado .

Y así fue que finalmente se llegó a un “principio de acuerdo” con Cabildo Abierto en al menos dos exigencias que Manini había presentado como sine qua non para votar esta reforma: la cantidad de mejores años de los trabajadores a tomar en cuenta para calcular las futuras jubilaciones -los cabildantes pedían que no sean más de 20- y que se desglosara el artículo que busca habilitar a las AFAP a invertir sus fondos en el exterior.

Respecto a esto último se acordó que el tema fuera debatido en un proyecto de ley aparte, que bien puede ser la Rendición de Cuentas de este año.

Y en lo anterior se accedió al número de Manini -cuando la iniciativa planteaba originalmente que fueran 25 los mejores años para realizar el cálculo-, algo que fue recibido con buenos ojos por los cabildantes (ver aparte).

Pero acá fue que surgió el nuevo escollo para el gobierno de Lacalle Pou, porque al momento de comunicar al Partido Colorado que se veía como posible acceder a estos planteos, la respuesta que recibió el Ejecutivo no fue precisamente alentadora.

Porque los colorados no entienden cómo ahora sí se acepta “modificar la base del cálculo” para las jubilaciones cuando hasta ahora se había dicho que de esa manera “la reforma no se sostenía”. “Van a tener que venir a contarnos cómo es posible, porque si siempre se sostenía la reforma con este cambio lo hubieran hecho de primera y no habríamos pasado por este carnaval”, sintetizó a El País un alto dirigente de este partido.

De manera que el voto que hoy falta en la coalición es el de los colorados, que tiene pensado solicitar un nuevo “cuarto intermedio para analizar la situación” en la comisión especial que discute la reforma en Diputados, según indicó el representante Conrado Rodríguez, coordinador de la bancada de este partido.

“Ahora hay que hacer nuevos estudios, nuevos cálculos y ver si de esta forma el sistema es sostenible en el tiempo, por lo que decimos que en este momento no hay acuerdo”, agregó el diputado.

En el Ejecutivo, mientras tanto, destacan el “acercamiento de las posiciones” de las últimas horas y que el equipo de seguridad social que ha trabajado en esta iniciativa, con Rodolfo Saldain a la cabeza, está a disposición de concurrir al Parlamento para dar las explicaciones sobre los nuevos cambios, según supo El País.

Domenech: "Nos satisface haber hecho aportes para mejorar la ley"

El presidente de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, se mostró optimista ayer a la tarde en diálogo con El País respecto a la suerte de esta reforma jubilatoria, en función de que el Poder Ejecutivo había comunicado la aceptación de los dos reclamos fundamentales de su partido.

“Nos deja la satisfacción de creer que hemos hecho aportes para mejorar la ley y blindarla frente a un posible referéndum”, dijo el senador, que insistió en lo “mucho mejor” que estaría la iniciativa de concretarse su aprobación con la incorporación de los planteos de Cabildo.

“Por lo menos, si se aprueba así, nos sentimos en mejores condiciones para salir a defender la ley”, añadió.

Es que este ha sido, de hecho, uno de los puntos en los que más ha insistido el propio Guido Manini Ríos a la hora de justificar su negativa a votar el texto tal como pretendía el gobierno de Luis Lacalle Pou.

En una entrevista que dio a El País días atrás , el líder de este partido había señalado que este proyecto, si se aprobaba con “debilidades” y, sobre todo, con urgencia, iba a generar que la oposición lo convirtiera en una “bandera política” con la que darían “manija” durante la venidera campaña electoral.

“Lo vimos con la Ley de Urgente Consideración, bastante más lejos del proceso electoral, lo vamos a ver con esto seguramente. ¿Qué duda hay? Es más, ya hay instalada una carpa acá frente al Palacio y hay spots publicitarios. Ya hay un clima de impugnación de la eventual ley”, señaló el senador. Por eso, concluyó, ante la probabilidad de enfrentar otra vez una consulta popular, la norma debería resistir “un ataque feroz” de la oposición. “Entonces -pidió- aprobemos la mejor ley posible, la que tenga menos flancos expuestos. Ese es el concepto”.

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