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Carlos Pagni: “Las diferencias entre Javier Milei y Carlos Menem son siderales”

El periodista político de La Nación e historiador argentino describió los perfiles y desafíos de los principales candidatos; qué está en juego con la dolarización y lo qué se prevé si gana Milei.

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Carlos Pagni
Carlos Pagni
Foto: Francisco Flores/ El País

Carlos Pagni, periodista e historiador argentino, considerado uno de los analistas políticos más agudos de Argentina, visitó Uruguay en el marco de un evento de CPA Ferrere. En entrevista con El País, marcó que Javier Milei encarna “la desesperación de la gente” y que tiene “diferencias siderales” con Carlos Menem. Se refirió a la dolarización y subrayó que pese a las dificultades que ve en las campañas de Patricia Bullrich y Sergio Massa, la elección no está “cerrada” a favor del libertario.

-¿Estas elecciones argentinas son las más disruptivas desde el retorno a la democracia, en 1983?

-Sí, probablemente, porque estamos en un proceso en donde el sistema político tradicional se ha modificado mucho. Obviamente todo tiene mutaciones, aparecieron partidos nuevos, pero siempre el sistema logró representar a casi toda la sociedad. Hoy lo que vemos es una crisis de representación importante, donde de 35 millones de personas que están obligadas a votar, 11 millones decidieron no concurrir a las urnas el 13 de agosto, y unos 7 millones votaron por un candidato que está en el borde de la impugnación al sistema. Eso es novedoso. Es ir ingresando a un terreno muy desconocido, que no habíamos experimentado en elecciones anteriores. Si bien hubo elecciones con mucha abstención, en 2001 y 2021, acá estamos hablando de una reconfiguración importante del tablero, que no sabemos cómo y en qué va a decantar.

-¿La irrupción de Javier Milei es una vuelta al menemismo?

-No, da la impresión de que la irrupción de Milei es parte del péndulo argentino que va de posiciones muy asentadas en ideas como la libertad de mercado, la iniciativa privada, la inversión privada como motor de la economía y organizadora de la sociedad. Las ideas de Milei le pueden resultar simpáticas a gente que estuvo con (Carlos) Menem, e incluso en lo ideológico puede haber alguna convergencia. Milei es gran admirador de Menem, se presenta así. Ahora, de todos modos, las diferencias son siderales entre Menem y Milei.

-Parte de la opinión pública aún insiste con similitudes entre ambos...

-Menem era un hombre de partido, había sido gobernador de La Rioja entre 1973 y 1976, y entre 1983 y 1989, que es cuando llega al gobierno nacional. Para llegar al poder debió ganar la interna del Partido Justicialista. Es decir, Menem gobernó con una estructura de gran alcance territorial y con organizaciones muy consistentes detrás, entre otras los sindicatos. Milei no, es un outsider completo. A Menem se lo veía como un outsider, pero no lo era; Milei sí lo es. De Milei la pregunta que nos estamos haciendo todos es cómo va a fiscalizar una elección, cómo va a tener una mayoría parlamentaria, que Menem después la tuvo. Es muy distinto el caso de Menem, que era alguien con un extraordinario conocimiento de la arena política, de cómo funciona esa actividad, y de las personas que intervienen en ella. Milei creo que está aprendiendo cómo es el mundo en el que tendría que gobernar.

-¿Qué encarna el personaje político de Milei?

-La desesperación de la gente frente a una política que durante demasiado tiempo le dio muy malas prestaciones; sobre todo económicas, pero no solo de este tipo. Con niveles de corrupción muy grandes, con comportamientos o circuitos mafiosos cada vez más evidentes, con una pésima calidad de la Justicia, en todo lo que tiene que ver la Justicia con la política. Es la acumulación de una cantidad de inconsistencias muy importantes del sistema político, una de las cuales es el empobrecimiento de la clase media, que produce un fenómeno de resentimiento muy grande. Gente que siente que la sacaron del lugar donde le corresponde estar. Eso produce un malestar enorme que se viene desplegando desde hace demasiado tiempo, por lo menos, una década.

Javier Milei encarna la desesperación de la gente ante política de malas prestaciones.

-¿El catalizador de este fenómeno político fue la pandemia del covid-19?

-Creo que la cuarentena produjo un trauma muy importante cuyas consecuencias no terminamos de ver pero, además, estamos atrapados en una crisis económico-financiera desde abril de 2018 sin poder salir de ella. Es un desgaste, un esmeril muy grande sobre la calidad de vida de la gente, y sobre todo de la clase media que genera este resentimiento en el cual Milei se apoya para redireccionarlo sobre la clase política.

-El último dato de inflación es el más alto de los últimos 30 años. Ante la propuesta de ajuste, ¿Milei no podría asustar a los argentinos, y que el voto se corra hacia Massa o Bullrich?

-Creo que Milei simboliza frente a muchísima gente una solución económica a partir de una receta que es la dolarización y el ajuste a la política. Tiene un discurso muy habilidoso, que no sabemos hasta dónde va a ser refutado o no, según el cual el ajuste que propone es a la clase política, no a la gente. No sé si está tan claro que la dolarización supone una devaluación muy fuerte del peso, y que esto supone un recorte enorme del poder adquisitivo porque las cosas están hechas de dólares, y el dólar va a ser más caro. No sé si la gente sabe que eso supone, por lo menos por varios meses, un espiral inflacionario. No sé si la gente sabe que para hacer un ajuste fiscal hay que recortar los subsidios a la energía y licuar las jubilaciones. Todo eso Milei, con mucha habilidad, no es que lo oculta, pero la gente no le pregunta por esas cosas.

-¿Massa puede revertir su resultado con las medidas económicas que activó tras las PASO?

-El problema del “Plan Platita” es que no logra ocultar, y más bien potencia, el problema que está dañando a la gente, que es la inflación. Empieza a verse que las inconsistencias que conducen a la inflación, o que la mueven -básicamente monetarias y fiscales- se potencian más, y por lo tanto puede haber más inflación y corrida cambiaria, etcétera. No sabemos si no está incrementando los problemas. Después, este oficialismo tiene una imagen de un gobierno que fracasó, que Massa debe admitir, porque ni siquiera él defiende al gobierno.

-¿Bullrich es quien tiene la campaña más difícil de los tres candidatos más fuertes en estos comicios?

-Sí, tiene una campaña electoral difícil. Es la que menos votos individuales sacó y tiene que lograr que los votos de (Horacio Rodríguez) Larreta no se vayan a otro candidato. Y lograr algo más sutil, pero central, que es darle una orientación a su mensaje y a su campaña. A quién quiere enfrentar, contra quién quiere polemizar. Todo eso todavía está borroso en su candidatura. Pero Bullrich tiene, al mismo tiempo, una disponibilidad de votantes muy superior a la de Massa. Es muchísima la gente que dice “yo a Massa jamás lo votaría”, y “jamás votaría de nuevo de este gobierno”. Son niveles de más del 60%, frente a un 52%-53% en Bullrich. Tiene un mercado mucho más disponible que Massa, pero necesita una campaña más potente.

Carlos Pagni
Carlos Pagni.
Foto: Francisco Flores

Bullrich con la campaña electoral más difícil y el gobierno actual con la imagen de que fracasó.

-Unos 170 economistas plantearon días atrás que la dolarización en Argentina es peligrosa. ¿Qué puede ocurrir si se aterriza este proyecto?

-Unos dicen que no se puede implementar y otros que, además, no conviene. Yo no soy especialista en política monetaria, pero escucho gente que plantea lo más obvio: sin dólares, es imposible dolarizar. Ante esto, otros responden “vamos a tener una especie de fondo, de fideicomiso, con activos argentinos a partir de los cuales vamos a emitir bonos y con ellos vamos a conseguir los dólares”. O sea, va a haber un endeudamiento gigantesco. ¿Cuál sería el riesgo país? ¿Cuál sería el precio de los bonos? No estoy contestando que no se pueda hacer, me gustaría que me contesten eso. Por otra parte, el shock de confianza que demandaría esa operación para que venga gente a querer poner plata para comprar esos bonos todavía no se ve. Esto es muy importante.

-Sobre todo tras los resultados de las elecciones primarias, del 13 de agosto...

-La primera fuerza política, de Milei, consagra al mercado como una especie de talismán religioso; y la segunda fuerza también, porque se impuso la candidata más promercado, Patricia Bullrich. Sin embargo, los títulos públicos se deterioraron; subió la tasa del riesgo país; se detuvo un crecimiento que venía habiendo en el precio de los activos bursátiles y se planchó la bolsa medida en dólares. Quiere decir que los que tendrían que invertir no están pensando en el discurso económico, sino en la viabilidad política de ese discurso, que es el gran problema de la dolarización.

-Usted nombró también a aquellos que indican que pese a ser viable, la dolarización no sería la mejor opción...

-Dicen que no convendría porque te atás de pies y manos ante el riesgo de que haya una suba de la tasa de interés en Estados Unidos; un fortalecimiento del dólar, que implica una devaluación de todas las monedas con las que comerciamos, sobre todo en la región, y quedarías atado a esa sobrevaluación perdiendo competitividad con los países con los que tenés intercambio comercial. O sea, también tendrías un problema aunque se pudiera hacer. Después está la discusión de cuál ha sido finalmente el rendimiento socioeconómico, la mejora, el progreso de los países que adoptaron la dolarización, como Ecuador, y ya sabemos que es bastante complicado. Entonces, está muy debatido.

-Puntualizó en el evento organizado por CPA Ferrere, de este viernes, sobre el cambio de tono de Milei...

-El candidato ahora está relativizando el tema de la dolarización. A medida que va subiendo el nivel de votos, se va volviendo más prudente, pero cuando habla de dolarización está hablando de una bandera electoral. El 80% de ese mensaje es de marketing electoral, más que de programa económico.

-¿Esta elección, que tendrá la próxima instancia el 22 de octubre, está cerrada?

-No, nunca una elección está cerrada porque está lleno de imponderables y no sabemos qué va a pasar. No sabemos si Bullrich ahora inicia una campaña de caravanas, como las que hizo (Mauricio) Macri en su momento, y logra producir un giro. No sabemos qué va a pasar con Milei, que está siendo convertido ahora por Tucker Carlson en un personaje internacional con 70 millones de reproducciones de su entrevista en los Estados Unidos. Ni sabemos qué va a pasar con el “Plan Platita” de Massa.

Argentina, el día después y sus vínculos

-¿Si gana Milei, la democracia argentina está en riesgo?

-Puede estar en riesgo, no tanto por el triunfo de Milei sino por la fragmentación que implica su triunfo. Desde tensiones muy fuertes en Juntos por el Cambio a las que habría en el peronismo, y eso llevaría a una pulverización del poder político que hace que la democracia sea menos eficiente y que le pueda dar respuestas más problemáticas a las demandas de la gente. ¿Milei tiene pulsiones antidemocráticas? Bueno, se confiesa un cultor de las ideas de (Juan Bautista) Alberdi, de la tradición liberal en lo ideológico. En lo temperamental no es así, parece más un populista. Tiene la tendencia a que la política se constituye en un vínculo entre el líder y la masa, sin intermediaciones. Es problemático y se parece mucho a lo de Cristina (Fernández de Kirchner).

-¿Un gobierno de Milei podría tener una mejor relación con Uruguay?

-Un gobierno de Milei, y probablemente también uno de Bullrich, sería más proclive a la integración en general, y con Uruguay más. Si hay un gobierno como el actual (de Luis Lacalle Pou), la afinidad de Milei y de Bullrich va a ser mucho mayor que la de Massa. Hay que tener en cuenta algo: el factor Cristina Kirchner en la ecuación política de Massa sigue siendo muy importante.

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