Publicidad

El rendimiento de invertir tiempo en los hijos

Compartir esta noticia
Foto: Pixabay

OPINIÓN

Es posible trabajar fuera de casa sin tener que reducir el tiempo dedicado a los hijos. Es clave diseñar bien los incentivos y enfocar bien la población objetivo.

El National Bureau of Economic Research (NBER) acaba de publicar una investigación de Jacob Bastian y Lance Lochner sobre la posible disputa entre el tiempo dedicado al trabajo y a los hijos. Los incentivos fiscales al trabajo materno han sido efectivos para aumentar la oferta laboral femenina, pero ¿cómo afecta el tiempo invertido en los niños? Bastian y Lochner responden esta pregunta estudiando el efecto de un programa de incentivos fiscales a las madres que trabajan en Estados Unidos (el EITC: Earned Income Tax Credit).

Encuentran que el incentivo es efectivo especialmente en las madres más pobres y, aunque se pasan a trabajar fuera de casa y ven menos horas a sus hijos, el “tiempo de calidad” invertido en los hijos no disminuye. El ajuste que hacen es: menor tiempo dedicado a tareas del hogar y a traslados, pero no disminuyen el tiempo que dedican a sus hijos en acompañarlos en su aprendizaje y compartir actividades de desarrollo socioemocional.

Mujeres que trabajan fuera y atienden a sus hijos

El tiempo que le dedican a la prole es una forma importante en que se concreta la inversión que hace una familia. Más de dos tercios de todos los gastos de una familia en el desarrollo de sus hijos (menores a 12 años) se trata de inversión en tiempo de los progenitores.

Alguien podría pensar que los programas que incentivan el trabajo de las madres afuera de la casa serían un atentando contra el tiempo que dedican a los hijos. Pero en realidad, el artículo de Bastian y Lochner muestra que tanto la participación laboral femenina como el tiempo dedicado a los hijos han aumentado a lo largo del tiempo. ¿Cómo se puede explicar esto? Es que los padres dedican tiempo no solo a los hijos sino también a otras tareas del hogar, a traslados, etc.

¿Cómo reaccionarán las madres ante un incentivo a trabajar fuera de casa? Es clave entender las decisiones que toman en cuanto a la asignación de su tiempo en casa: cuánto tiempo a los niños y cuánto tiempo a otras tareas del hogar. Con los ingresos que consigue con su trabajo puede reducir el tiempo que dedica a otras tareas del hogar.

El incentivo fiscal

Bastian y Lochner estudian el impacto del EITC: se trata de una devolución de impuestos a las madres que trabajan y cumplen algunos otros requisitos. El EITC distribuye 65 mil millones de dólares por año a casi treinta millones de familias de bajos ingresos, ayudando a 6 millones a superar el ingreso correspondiente a la línea de pobreza. Los beneficios que se obtienen a través del EITC dependen de los ingresos anuales del hogar, del número de hijos, del lugar de residencia y del status matrimonial. Los beneficios posibles anuales para las madres que trabajan van desde 500 dólares a 6.000 dólares.

Otros estudios previos sobre el efecto del EITC demuestran que tiene impacto positivo en la educación de los hijos (resultados en los tests y número de años completos de estudio), y en el empleo e ingreso futuro de los hijos de las familias socioeconómicamente más vulnerables. ¿Cómo se entiende que la madre está menos tiempo en casa, pero los hijos tienen mejores rendimientos? Aunque el EITC aumenta la oferta de trabajo formal de las madres mediante el incentivo fiscal a los salarios de las familias más pobres, no necesariamente reducen el tiempo que dedican los progenitores a los hijos.

Por ejemplo, el mayor ingreso que recibe el hogar gracias por el EITC puede crear incentivos a aumentar las inversiones totales en los hijos. Si todo lo que uno invierte en sus hijos son bienes complementarios —es decir bienes que se potencian entre sí, cubren una necesidad actuando en conjunto— las familias querrán aumentar todo tipo de inversión en el desarrollo de sus hijos, incluido el tiempo que los padres les dedican.

En otras palabras, el EITC hace posible que el salario de las madres que trabajan aumente debido al subsidio fiscal, y esto lleva a que las madres sustituyan el tiempo dedicado a tareas ordinarias del hogar por tiempo dedicado específicamente a invertir en los hijos (ayudándoles en el aprendizaje, realizando actividades estimulantes de su desarrollo, etc.). En suma, el mayor ingreso que generan las madres les permite ser más eficientes en las tareas del hogar: pueden comprar tecnología para reducir tiempo de tareas en el hogar y pueden contratar otras personas para que se ocupen de esas tareas. De esta manera, pueden liberar tiempo para invertir en sus hijos.

Identificar la calidad del tiempo dedicado a los hijos

La investigación publicada en NBER emplea encuestas del uso del tiempo de Estados Unidos entre 2003 y 2018. Los autores examinan en detalle cómo cambia el tiempo que dedican a las madres antes y después de recibir el subsidio fiscal (EITC). Y comparan esas madres respecto a otras madres con similares características pero que no califican para el EITC por vivir en otros Estados. Encuentran que las madres que reciben el subsidio por trabajar no reducen el tiempo invertido en el desarrollo de los hijos (por ejemplo, leerles, jugar con ellos, ayudarlos con sus deberes escolares) sino que reducen el tiempo dedicado a tareas ordinarias del hogar y a traslados. Otro resultado interesante: las madres que reciben el subsidio dedican menos tiempo en llevar a sus hijos al médico. Esto se puede explicar por mejoras en la salud del niño gracias a la mayor inversión de tiempo en ellos.

Apuntar a primera infancia

Katherine Michelmore y Natasha Pilkauskas también acaba de publicar —en el Journal of Labor Economics— una investigación sobre impactos del incentivo fiscal EITC a las mujeres que trabajan. Demuestran que los efectos que se señalan en los párrafos anteriores se concentran en las madres con hijos menores a tres años de edad, y para hijos más grandes se diluye el efecto. Ya se ve que es clave que los que diseñen política pública enfoquen bien su población objetivo. Y una vez más encontramos que apuntar el dinero público a Primera Infancia es una buena inversión.

(*) Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Montevideo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad